Autor: Nassib Segovia, vicedecano de la Facultad de Economía, U. Central
Transgénicos: semillas sin ley
E una contradicción: somos un actor clave en semillas transgénicas por nuestra contraestación, pero dentro del país no hay reglas claras para consumo o etiquetado y legislamos comosi no existieran. la ciudadanía desconfía hace más de 20años: en 2000 sólo el 25% aceptaba consumir Organismos Genéticamente Modificados (0GM), Hoy, más del 90% exige etiquetado obligatorio y trazabilidad. La industria avanza en silencio, en 2024-2025 el SAG registró 5.649 hectáreas de transgénicos, 62% en Maule y más del 35% en otrasregiones. El maíz domina, seguido por canola y soya. En Chile, el Decreto 1.523/2001 regula las OGM sólo para investigación y exportación. Sin Ley de Bioseguridad y con el Protocolo de Cartagena sin ratificar, el SAG autoriza caso por caso. En este escenario incompleto, cada actor tira hacia su interés: el Estado administra exportaciones, la agroindustria defiende beneficios, las ONGs alertan sobre riesgos, la academia se divide y los consumidores exigen etiquetado claro. Los transgénicos no son dañinos ensimismos; la respalda. El problema en Chile es la falta de institucionalidad, trazabilidad y transparencia queimpide alos consumidores decidir. Mientras la Unión Europea exige etiquetado sobre 0,9% de OGM, Brasil cuenta con Ley de Bioseguridad y rotulado visible, Perú mantiene una moratoria y Chile sigue atrapado en normas parciales y proyectos que no prosperan. Eshora desuperar la parálisis, Chile requiere una Ley de Bioseguridad conreglas claras, etiquetado obligatorio, fiscalización sólida e inversión pública en investigación. Sóloasitendremos una agricultura soberana y transparente que proteja la salud y respete el derecho a decidir.