EDITORIAL: La trashumancia no puede seguir esperando
EDITORIAL: La trashumancia no puede seguir esperando La trashumancia caprina es mucho más que un desplazamiento estacional de animales hacia la cordillera trasandina. Es una práctica que forma parte del patrimonio cultural de la región, una forma de vida transmitida por generaciones, y una estrategia productiva vital en medio de una sequía que no da tregua. Sin embargo, año tras año, los crianceros deben enfrentar una realidad lamentable: la descoordinación y la falta de voluntad política para anticiparse a los desafíos logísticos y sanitarios que requiere esta actividad.
Hoy, con el calendario avanzando y sin definiciones claras, los dirigentes del mundo rural advierten con justa razón que se está repitiendo el escenario del año pasado, cuando el retraso en las gestiones provocó pérdidas irreparables para cientos de familias. Las cabras, sin haber sido desparasitadas a tiempo, bajaron su producción y los plazos cordilleranos fueron tan acotados que no se pudo aprovechar el pasto disponible. No basta con anunciar reuniones o con buenas intenciones de última hora. La planificación de las veranadas exige acciones concretas y con la debida anticipación. La instalación de la Mesa Caprina, anunciada para fines de julio, llega tarde si no se acompaña de respuestas claras y recursos comprometidos. Y si bien se reconoce el avance en los programas de desparasitación, aún falta agilidad en la ejecución y transparencia en la toma de decisiones. Los crianceros no solo demandan respuestas del Gobierno Regional, sino también ser considerados como actores relevantes en los encuentros bilaterales con Argentina. Exigen voz y voto en los acuerdos que definen su futuro. No hacerlo es perpetuar una lógica paternalista que los margina de su propio destino. La trashumancia es una de las últimas expresiones vivas de una economía campesina resiliente, austera y sabia. Abandonarla por ineficiencia institucional sería una falta grave no solo hacia los crianceros, sino también hacia la historia e identidad de nuestra región. Ha llegado la hora de tomar definiciones serias y con visión de largo plazo. La cordillera no espera. Y nuestros crianceros, tampoco.
La trashumancia no puede seguir esperando La incertidumbre de los crianceros respecto a la realización de las veranadas 20252026 refleja un abandono histórico que amenaza no solo una tradición ancestral, sino también la subsistencia de cientos de familias de la Región de Coquimbo. EDITORIAL.