Boric, poesía y casa de Allende
Boric, poesía y casa de Allende 0EditorialEl Mandatario quiso hacer una jugada quese podía calificar hasta poética y A soñadora. El temaes quecuandose gobierna, está bien soñar, pero sedebe hacer con los piesenla tierra. as esquirlas por la fallida compra de la casa de Salvador Allende siguen impactando. La senadora Isabel Allende y la ministra de Defensa Maya Fernández declararán como imputadas de una denuncia por fraude al Fisco, con lo que la polémica estálejos de cerrarse.
Se trata del primer traspié del Gobierno en la última recta de su gestión esta vez con un involucrado directo como es el Presidente Gabriel Boric, quien -«de acuerdo a los mediosfue al que se le ocurrió comprar elinmueble. Lo ocurrido es muy lamentable y está lejos de tener malas o pero ciertamente refleja la inexperiencia del Mandatario y sus equipos en general durante estos años. Esta vez involucró a la hija de uno de sus referentes o modelos a seguir, lo quesin duda debe ser undolor muy grande. También se podría decir, a propósito de su faceta de lector de poesía, que quiso hacer una jugada poética y soñadora que sonaba linda. El problema es que nadie de su equipo le hizo ver que era un error o, peor, si es que alguien le dijo hizo caso omiso.
El Gobierno de Gabriel Boric se planteó como uno transformador, idealista y soñador, es por ello que temas como la compra de la casa de Allende se toman su agenda, pero lo cierto es que a la hora de gobernar está bien soñar, pero con los pies en la tierra donde hay una institucionalidad que funciona y eso implica conocerla.
Eso fue lo que pasó al final, había un desconocimiento del tema lo que terminó en un exabrupto que podría dejar graves consecuencias con una ministra y una senadora declarando como imputadas en un caso que, de todas formas, puede que termine en nada porque finalmente la venta nunca se concretó.. La polémica por la compra de la casa del exPresidente no para. Todo habría partido por una idea del Presidente. Si nadie se lo hizo ver es una torpeza. Si alguien se lo hizo ver e hizo caso omiso también. Editorial