El ‘ok’ que desconecta… o simplifica”
El ok que desconecta o simplifica” “¿ Frialdad o eficiencia? En Chile, como en gran parte del mundo, ya no hablamos: chateamos. WhatsApp reemplazó al teléfono, los emojis a las emociones, y para algunos, un ok puede cerrar más puertas que abrirlas. En un entorno donde la escritura ha reemplazado a la conversación, los malentendidos se han vuelto digitales. El fenómeno conocido como dry texting, respuestas breves, frías o con emojis, como “vale”, “jaja” o el pulgar arriba, expresiones que se dice corta el diálogo, refleja, para muchos, una creciente desconexión emocional. “Un vale sin más, puede doler más que un silencio”, explica la comunicadora Ami Bondía, doctora en Periodismo con Inteligencia Emocional, quien vincula esta tendencia con la falta de educación emocional en entornos digitales.
La psicóloga chilena Constanza Michelson, en su libro Hasta que valga la pena vivir, advierte que, “la velocidad y el consumo inmediato de vínculos digitales generan vínculos frágiles, descartables”. Esto resuena con lo que la autora española Mar España plantea, en Así se somete a una sociedad (Roca, 2025): “Las emociones, si no se expresan, se pudren”. Ambas coinciden en que es necesario verbalizar cómo nos afectan los mensajes, incluso los más mínimos. Pero no todos ven el dry texting como señal de desprecio. Hay quienes lo consideran una forma legítima de comunicación eficiente. siempre “No hay mala intención o significan una desatención. A veces es pragmatismo, o simplemente otra forma de expresarse”, señalan expertos en comunicación intercultural. En ciertos contextos culturales o laborales, brevedad significa respeto por el tiempo del otro, no desinterés, así su mirada es más funcional. Según la socióloga Paula Escobar, los jóvenes se comunican de forma diferente, y no necesariamente con menos profundidad. “Un sticker puede expresar más que un audio de cinco minutos”, dijo en un conversatorio de la Universidad Diego Portales, sobre generaciones y redes sociales. Emily Lawrenson, de Qustodio, coincide: el problema no es usar chats, sino usarlos para todo. “Hay que saber cuándo cada canal es el adecuado”. En oficinas chilenas, la brevedad es a veces sinónimo de profesionalismo. Pero en lo personal, puede ser leída como distancia. En un país que la calidez, pero valora que se digitaliza a ritmo acelerado, el reto es no perder humanidad en el intento. Porque a veces un ok basta, pero muchas otras, hace falta oír la voz, y así poder interpretar con exactitud el real significado de una emoción. Mackarena Calderon A. Licenciada en Comunicación Social Master en Marketing Digital Presidenta del Colegio de Periodistas de Iquique..