“Los desastres no toman Vacaciones”
“Los desastres no toman Vacaciones” CONFIANZA EN LAS AUTORIDADESLos resultados asociados a los niveles de confianza en las autoridades muestran que, tanto en la dimensión de integridad como en la de competencias, los turistas internacionales declararon los niveles más altos de confianza en el gobierno y las autoridades locales, sin diferencias entre los residentes y los turistas nacionales, quienes declararon los menores niveles de confianza. Cuando las personas enfrentan peligros desconocidos, de los cuales no tienen el conocimiento adecuado, buscan información de fuentes confiables para facilitar la toma de decisiones. Como consigna el artículo científico, la confianza ayuda a las personas a seleccionar expertos y autoridades, y seguir sus recomendaciones.
Los turistas no tienen la misma experiencia, conocimiento e información que los residentes cuando enfrentan peligros naturales, Por lo tanto, deben confiar en las autoridades locales y los expertos para prepararse y responder ante un evento.
PREPARACIÓNLos resultados que indican qué tan preparados están los grupos encuestados -residentes, turistas nacionales e internacionalesmostraron que los residentes declararon con mayor frecuencia que conocían el plan de la ciudad en caso de terremoto/tsunami, sabían cómo funcionaba, sabían dónde se ubican las zonas seguras, sabían qué ruta tomar para llegar y tenían un plan familiar.
“Curiosamente, no hubo diferencias significativas en los porcentajes de respuestas positivas entre turistas nacionales e internacionales”, describen las investigadoras en el documento precisando que: “solo en cuanto al Plan Familiar, encontramos que los turistas internacionales estaban menos preparados (ante terremotos y tsunamis)”. En opinión de los expertos del CIGIDEN, “desde la academia, podemos generar insumos valiosos para el desarrollo de estrategias de preparación que consideren las características específicas de cada población”, afirmó Pamela Cisternas, mientras hace diversas propuestas: “Una de las estrategias que se puede tomar para aumentar la conciencia y la preparación de los turistas internacionales es a través de campañas de información”, y añade que una acción concreta es difundir profusamente los teléfonos de emergencia en aeropuertos y pasos fronterizos, por lo pronto.
No son pocos los eventos que se han producido cerca de fin de año: el terremoto de Kobe en Japón del 2 de enero en el año 1995; el tsunami en el Océano Índico del 26 de diciembre en el año 2004; el terremoto de Melinka en Chiloé, ocurrido un 25 de diciembre en el año 2016; la erupción del volcán Etna en Italia un 24 de diciembre en 2018; los incendios de Viña del Mar que se iniciaron el 22 de diciembre del 2022; por último, no podemos dejar de nombrar el terremoto de la península de Noto en Japón, que tuvo lugar el primer día del año 2024. Durante estas fechas, (diciembre con festividades más los dos meses veraniegos que le siguen) es importante recordar que la geografía chilena conlleva un sinfín de amenazas naturales capaces de desencadenar desastres. Es una oportunidad para conversar en familia sobre nuestras propias vivencias ante estos eventos, que forman parte de nuestra historia colectiva e identidad.
La memoria de los desastres es clave para crear comunidades resilientes: nos recuerda que vivimos en un territorio expuesto a distintas amenazas naturales y nos entrega información tanto aciertos como errores para estar mejor preparados frente a futuros eventos.
Contar con un plan familiar, saber cómo actuar ante un desastre y fomentar una cultura de prevención son actos de responsabilidad, cuidado mutuo y uno de los mejores regalos que podemos entregar a los más jóvenes.. (Cita Destacada del ingeniero civil Stefan Vogel, director ejecutivo CIGIDEN. )