EDITORIAL: El hambre como arma y el silencio como cómplice
EDITORIAL: El hambre como arma y el silencio como cómplice El hambre como arma y el silencio como cómplice Mientras el mundo observa con horror lo que ocurre en la Franja de Gaza, la tragedia humana se profundiza. Lo que comenzó como un conflicto armado ha devenido en una catástrofe humanitaria sin precedentes en el siglo XXI. Cientos de miles de civiles palestinos, en su mayoría mujeres, niños y ancianos, enfrentan hoy una amenaza amenaza tan letal como las bombas: el hambre. La inseguridad alimentaria en Gaza ha alcanzado niveles extremos. Según agencias internacionales, más del 90% dala población enfrenta enfrenta algún grado de desnutrición severa. Los suministros básicos no llegan, los hospitales están colapsados, y los convoyes humanitarios humanitarios son bloqueados o atacados. Lo que debería ser un principio básico del derecho internacional la protección de la población civil está siendo sistemáticamente ignorado. La comunidad internacional, incluidos los lideres de potencias como Estados Unidos, la Unión Europea, y organismos como la ONU, ha emitido comunicados, llamados y advertencias. Pero las palabras ya no bastan. La pasividad, la dilación diplomática y la tibieza moral solo pecpetúan el sufrimiento. Los líderes mundiales deben actuar ahora, con decisión y coraje.
Hay acciones concretas que pueden y deben tomarse: Presionar por un alto al fuego inmediato y sostenido, con garantías verificables de acceso humanitario sin restricciones; Exigir responsabilidades ante los crímenes de guerra y llevar a los responsables, de ambos bandos, ante la Corte Penal Internacional; Aumentar el financiamiento de ayuda humanitaria y garantizar su distribución efectiva a través de corredores seguros, bajo supervisión internacional; y apostar por una solución política seria yjusta, basada en el respeto a los derechos humanos humanos y al derecho internacional, más allá de intereses geopolíticos. Chile, con su tradición de compromiso con la paz, los derechos humanos humanos y su voz en foros internacionales, también tiene un rol que jugar. No podemos normalizar el uso del hambre como armada guerra. No podemos seguir viendo morir a niños por desnutrición sin alzar la voz. Gaza es hoy un espejo que interpela al mundo. Lo que hagamos o dejemos de hacer quedará escrito no solo en la historia, sino en la concienciada esta generación..