Autor: Vittorio Corbo
Los efectos de la política comercial de Trump
Los efectos de la política comercial de Trump DONALD TRUMP HA PROPUESTO UN AUMENTO SIGNIFICATIVO DE LOS ARANCELES A LAS IMPORTACIO-NES DE VARIOS PAÍSES, con el fin de proteger la industria nacional, revertir la desindustrialización y frenar la pérdida de empleos manufactureros. Además, busca reducir el déficit comercial bilateral y aumentar los ingresos fiscales. Sin embargo, más allá de estos fines económicos, Trump también utiliza la amenaza de mayores aranceles como un mecanismo de presión en otras áreas. Entre sus propósitos está controlar la inmigración ilegal, frenar el ingreso de fentanilo desde China, México y Canadá y, al mismo tiempo, negociar mejores condiciones de acceso para los productos estadounidenses en el extranjero.
Como parte de estas medidas, Trump ya impuso un arancel del 10% adicional a todas las importaciones desde China y ha anunciado que impondrá un arancel de 25% adicional a las importaciones de Canadá y México. Además, esta semana ha intensificado su estrategia proteccionista.
El martes ordenó al Departamento de Comercio abrir una investigación sobre las importaciones de cobre, argumentando razones de “seguridad nacional”. Un día después, anunció su intención de aplicar aranceles adicionales de 25% a las importaciones provenientes de la Unión Europea. Finalmente, el jueves reafirmó su postura con un nuevo anuncio: planea imponer otro arancel adicional del 10% a todas las importaciones de China.
Como señalan el exsenador republicano Phil Gramm y el exsecretario del Tesoro demócrata Larry Summers, en una reciente carta publicada en The Wall Street Journal, el proteccionismo es una mala política pública que, lejos de beneficiar a EE.UU., lo termina perjudicando. Los aranceles distorsionan la producción al incentivar a los productores a asignar capital y trabajo a bienes y servicios que podrían obtenerse a menor costo en el mercado internacional. Esto desvía recursos de sectores donde la producción interna es más competitiva y, en última instancia, encarece tanto los bienes importados como aquellos que compiten con ellos en el mercado local. Más allá de sus efectos internos, los aranceles también pueden desencadenar guerras comerciales con consecuencias económicas impredecibles. La historia ofrece un claro ejemplo con la Smoot-Hawley Tariff Act de 1930, cuyas restricciones comerciales contribuyeron a profundizar la Gran Depresión. Por otra parte, Gramm y Summers documentan que el último superávit comercial de EE.UU. se registró en1975 y que, desde entonces, la producción manufacturera se ha más que duplicado. Sin embargo, la imposición de aranceles a insumos clave, como el acero y el aluminio, como hizo la administración Biden, terminó perjudicando a sectores productivos que dependen de estos materiales.
De hecho, por cada trabajador en la industria del acero y el aluminio, hay 36 empleados en industrias que dependen directamente de estos productos, lo que demuestra el alto costo de estas políticas para el conjunto de la economía. Por otro lado, el uso de aranceles como herramienta fiscal tiene un impacto limitado en la recaudación, dado que las importaciones representan una proporción relativamente baja del PIB. El declive del empleo manufacturero en EE.UU. no es un fenómeno exclusivo ni atribuible a las importaciones.
Como documenta Lawrence (2025), esta tendencia responde principalmente a la automatización, al au-Para un país pequeño y abierto como Chile, la mejor estrategia es fortalecer su economía interna para enfrentar los desafíos del nuevo entorno externo. Esto implica estabilizar las finanzas públicas y reducir las trabas a la inversión”mento de la productividad laboral y al desplazamiento de la demanda hacia el sector servicios. Este patrón se observa también en países con importantes superávits comerciales, como Alemania, Japón, Malasia y Corea del Sur, que han experimentado la misma transición. Más recientemente, China también ha seguido este proceso, lo que confirma que la reducción del empleo manufacturero es una consecuencia natural del desarrollo económico y no simplemente el resultado de políticas comerciales adversas. Si el objetivo es mejorar los ingresos de los trabajadores, las políticas deberían enfocarse en programas de formación y aprendizaje para preparar a las personas para empleos bien remunerados en el sector servicios. El alto déficit de cuenta corriente de EE.UU. suele atribuirse a los aranceles que enfrentan sus exportacio-ANÁLISISnes en otros países.
Sin embargo, como se explica en los cursos básicos de macroeconomía, este déficit tiene su origen en un gasto agregado mayor que el ingreso, o equivalentemente en una inversión mayor que el ahorro nacional, situación que en los últimos años se ha visto agravada por un creciente déficit fiscal. Por otra parte, existen razones que van más allá de lo estrictamente económico para imponer aranceles. En algunos casos, se busca afectar deliberadamente a otro país, asumiendo costos internos, o reducir la dependencia de importaciones estratégicas. No obstante, estas situaciones son excepcionales y deben evaluarse con cautela, pues sus costos pueden superar los beneficios. Además, el contexto actual de EE.UU. hace que el impacto de los aranceles pueda ser aún más perjudicial. Con la inflación todavía por sobre la meta de la Fed y una economía en pleno empleo, el shock de oferta derivado de los aranceles amenaza con darle otro impulso a la inflación. De hecho, como muestran las encuestas recientes, estas medidas han generado creciente preocupación entre los consumidores estadounidenses.
Además, la mayoría de las medidas de inflación esperada a dos años han mostrado una tendencia al alza, lo que sugiere que el proteccionismo podría intensificar las presiones inflacionarias en lugar de resolver los problemas económicos de fondo. Para un país pequeño y abierto como Chile, la mejor estrategia es fortalecer su economía interna para enfrentar los desafíos del nuevo entorno externo. Esto implica estabilizar las finanzas públicas y reducir las trabas a la inversión. También es fundamental mejorar la eficiencia del sistema político y abordar con urgencia la crisis en el sistema educacional y la seguridad pública, que afectan tanto competitividad como el bienestar de la población. En el plano internacional, Chile debe seguir apostando por la apertura y la diversificación de mercados. Profundizar los acuerdos comerciales existentes y acelerar negociaciones con India y otros países asiáticos es clave, especialmente con aquellos que comparten preocupaciones similares sobre el proteccionismo de Trump.
En definitiva, las políticas comerciales deben sustentarse en evidencia y no en discursos proteccionistas que, lejos de fortalecer la economía, terminan perjudicando a los consumidores, productores y la competitividad de los países en el largo plazo. Además, el auge del proteccionismo no solo erosiona la eficiencia del comercio internacional, sino que también debilita la gobernabilidad global y agrava las tensiones geopolíticas..