Autor: Esteban González
El mortal choque que antecedió al naufragio de la lancha Bruma
El mortal choque que antecedió al naufragio de la lancha Bruma El buque pesquero industrial P.A.M. Bonn, de la empresa PacificBlu.
Bonn y Alcamar 1 El mortal choque que antecedió al naufragio de la lancha Bruma En enero de 2020 un buque de pesca -de una sociedad compuesta por Blumar, Pesquera BioBio y Congelados Pacífico colisionó a una lancha pesquera en alta mar y dejó a tres pescadores fallecidos.
La investigación de la Armada concluyó graves omisiones de parte del capitán de la nave mayor, en una zona de alto tráfico y constante conflicto entre artesanales e industriales. alto tráfico y constante conflicto entre artesanales e industriales.
Esteban González Esteban González La madrugada del pasado 3 de abril, tan sólo tres días después de que la lancha de pesca artesanal Bruma desapareciera junto con sus siete tripulantes -por lo que está siendo investigado el buque pesquero industrial Cobra de la empresa Blumar-, Mauricio Silva Salas (64) dice haber sentido nuevamente un profundo miedo en la oscuridad de alta mar.
Al mando dela lancha Don Vicente 1, esa madrugada Silva y su tripulación estaban "fondeados" (anclados con un peso muerto para evitar el movimiento) para pasar la noche a unos 10 kilómetros al oeste de la Isla Mocha, en la región del Biobío. Pasada la medianoche, relata, vio cómo el buque pesquero industrial PA.M.
Bonn, delaempresa PacificBlu -una asociación de Blumar, Pesquera Biobío y Congelados Pacífico-, se dirigía desura nortea toda velocidad en ruta de colisión con Don Vicente 1. "Llamé por radio al capitán del Bonn y me dijo "hace rato quete estoy llamando". Yo le dije, pero usted me tiene a la vista y por qué sigue navegando en el mismo rumbo, o sea que si no le contesto la radio me pasa por encima", relata Silva, quien tenía fresco en su memoria la destrucción de la Bruma.
Especialmente, porque el pescador conocía personalmente a José Medel Sepúlveda (53), patrón de la lancha destruida, y su hijo, José patrón de la lancha destruida, y su hijo, José Medel González (31). Pero nosólo eso. "Le dije al capitán, sabe que, a mi ya mechocó la Bonn una vez y parece que usted quiere volver a hacerlo. Se me puso pesado y me dijo que él ese día noandaba de patrón del buque y ahírecién cambió elrumbo", cuenta Silva.
El choque en la niebla La fatal colisión al que hace referencia Mauricio Silva ocurrió la tarde del 31 de enero de 2020 a unos 20 kilómetros al oeste de la costa de Lebu, enla región del Biobío y mató a tres pescadores.
Su parecido con la reciente tragedia dela Bruma y la investigación realizada por la Armada de Chile entregan luces de los errores y omisiones cometidos por ambas embarcaciones, en una zona dealto tráfico marítimo y de constante conflicto entre artesanales e industriales. Ese día alas 14.30 horas había zarpado desde el puerto de Lebu la lancha artesanal de madera Alcamar 1, de similares características a la desaparecida Bruma. Su objetivo era pescar congrio dorado mediante la técnica de espinel, consistente en tirar una larga cuerda con numerosos anzuelos. Al interior de Alcamar 1, además del patrón Mauricio Silva, iban otros cinco tripulantes, dos de los cuales habían abordado la nave sin permiso de la autoridad marítima. SIGUE ». El mortal choque que antecedió al naufragio de la lancha Bruma eii. e La lancha Alcamar tenía similiares características a la malograda embarcación Bruma.
En la zona navegaban numerosas embarcaciones, entre ellas el Pesquero de Alta Mar Bonn de la empresa PacificBlu a cargo del patrón Roberto Arze Guzmán (64). Con una tripulación de 21 personas, su objetivo era buscar merluza de cola.
Arze declaró ante a la Armada que a eso de las16.00 horas pudo estimar "que en un momento llegó a haber unos 50 contactos deembarcaciones en el radar", porlo que tuvo que hacer cambios de rumbo para esquivar a algunas de ellas. Peroa las17.00 horas, una densa niebla -común el sector comenzó a cubrirlazonadenavegación.
Ante la poca visibilidad, que según se establecióenla investigación llegó a ser de sólo 20 metros, Bonn emitió una alerta radial de su posición y trayectoria, sin recibir respuesta de otros barcos, pero nunca bajó su velocidad de navegación de 11 nudos (20 km/h). "Mientras esperaba la llegada del personal que dispuse para cubrir los puestos de vigía obligatorios en navegación con bag visibilidad o mal clima, como ocurrió con Cobra esque diviso a un tripulante de cubierta (sector proa) realizándome señas agitando las manos, percatándome al mismo tiempo de la presencia de humo en el sector de la proa", expuso Arze ante la Armada.
Desdeel otro lado, el patrón de Alcamar 1 relató que a la misma hora, "llega desesperado y % donJosé Contreras paraindicarme queteníamos un barco encima en la popa (... ) aceleré el motor a full y alcancé a dar dos vueltas de timón a estribor cuando fuimos golpeados por la nave", relató Mauricio Silva. El fuerte impacto de una nave de acero a la lancha de madera dio vuelta a Alcamar1 y sus seis tripulantes fueron lanzados al mar. La investigación de la Armada Silva logró salir a la superficie por una ventana del puente de mando inundado. Carlos Muñoz, otro de los tripulantes de la Alcamar 1, logró aferrarse a una tabla. Mientras que Luis Virquilao, el tercer sobreviviente, se subió a lo que quedaba del casco de la nave. Tras nadar, Silva logró activar el bote salvavidas y los tres quedaron a salvo. "Ese barco iba máxima velocidad. En eseinstante cuando hay neblina tiene que ir tocando la bocina y al mínimo y avisando que va. Nunca ni siquiera se escuchó el motor", relata hoy Muñoz, quien también conocía a parte de los desaparecidos de la Bruma.
En paralelo, a diferencia de lo que habría ocurrido recientemente con el pesquero Cobra, el patrón del buque Bonn activó la emergencia por colisión y giró en 360 grados para acudir en rescate de las víctimas. Así fue que lograron embarcar a Silva, Muñoz y Virquilao. De inmediato, fue recuperado el cuerpo sin vida del tripulante Juan Aravena Reyes. Aldía siguiente apareció el cuerpo de José Contreras Lobos. Mientras que los restos de René Espinoza López, el tercer fallecido, pudieron ser identificados semanas después del accidente. Enabril de 2020 la Investigación Sumaria Administrativa de la Armada de Chile concluyó que Roberto Arze, quien dirigía el buque Bonn, incurrió en una seriede "omisiones" de "mayorponderación" que generaron el accidente.
Entre ellas, que no redujo la velocidad y no cumplió con la obligación de hacer sonar el pito de la embarcación cada dos minutos en baja visibilidad, y que no sintonizó correctamenteel radar para detectar a Alcamar1. Por su parte, se concluyó que el sobreviviente Mauricio Silva, patrón de la lancha, también incurrió en omisiones.
Por ejemplo, que al momento del impacto mantenía su radar apagado, por loque "no pudo advertir el riesgo de abordaje para haber coordinado entre naves el paso seguro". Como sanción administrativa, la Armada determinó suspender por60 días la licencia de navegación de Arze por "tener responsabilidad en el incumplimiento de las reglas de navegación ante situación de baja visibilidad". Silva, por su parte, fue suspendido por 15 días. La indemnización Tanto Mauricio Silva como Carlos Muñoz volvieron al mar tras el choque del que salvaron milagrosamente. milagrosamente. Ambos aseguran que los riesgos de colisión entre lanchas artesanales y buques industriales son frecuentes en la zona. "Acá en Lebu hay un desorden. Hay muchachosque están recién agarrando las embarcaciones y ocupan el canal de emergencia de la señal radial para gritarlea los industriales cosas como queson los dueños del mar", acusa Silva. Muñoz, por su parte, denuncia que a veces lo buques industriales van "con piloto automático" y que "muchas veces hemos tenido quecortar las amarras para liberarnos y escapar. No nos dejan trabajar tranquilos", dice.
Tras la colisión de enero de 2020 los sobrevivientes y las familias de losfallecidos iniciaron una batalla judicial de casi cuatro años que podría replicarse con el caso de Cobra en la que lograron mantener incautado y detenidoenel puerto el buque Bonn por casi dosaños para asegurar futuras indemnizaciones.
Luego de arduas negociaciones y una querella por cuasidelito de homicidio en contra del capitán Roberto Arze, recién en diciembre de 2024 PacificBlu accedió a pagar a todos los afectados un total de US$ 820 mil ($1.065.777.909) como "acuerdo reparatorio", a cambio del retiro de todas las acciones judiciales contra trabajadores y ejecutivos de la empresa. La investigación penal desarrollada porla Fiscalía Local de Lebu por la muerte de los tres pescadores nunca tuvo formalizados. O.