EDITORIAL: Los héroes anónimos que tenemos en Labranza
EDITORIAL: Los héroes anónimos que tenemos en Labranza EDITORIAL Los héroes anónimos que tenemos en Labranza Este sábado, mientras muchos disfrutaban del fin de semana, la agrupación Cuatro Patitas Labranza organizaba su Gran Mateada Solidaria. Se reunieron para reunir fondos para su causa.
Pero detrás de los premios, la música y el ambiente festivo, se esconde una realidad mucho más cruda y urgente: la incansable y a menudo invisible labor de los rescatistas de animales, quienes asumen una carga que como sociedad hemos decidido ignorar. Eventos como esta mateada no son solo para recaudar fondos; son un grito desesperado por ayuda. Son la manifestación visible de un trabajo que se realiza en el más absoluto anonimato, a veces a altas horas de la noche, en días feriados, con recursos propios y un desgaste emocional incalculable.
Los voluntarios de Cuatro Patitas Labranza, y de tantas otras agrupaciones similares, son los que responden cuando alguien reporta un perro atropellado, una carnada de gatitos abandonada en una caja o un animal sufriendo por la crueldad humana. Son ellos quienes pagan las cuentas veterinarias, compran el alimento, administran medicamentos y dedican sus hogares como refugios temporales. Lo que estas personas hacen va mucho más allá del amor por los animales. Están abordando de frente un grave problema de salud pública. Y aquí yace el nudo del problema: los rescatistas han ocupado un vacío que el Estado no ha sido capaz, o no ha querido, llenar. No hay un organismo estatal que salga a las 3 de la mañana a recoger a un perro herido. No hay un funcionario público que se haga cargo de la rehabilitación y los costos asociados a la irresponsabilidad de un dueño que decidió que su mascota era un objeto desechable. Esa responsabilidad, con todos sus costos económicos y emocionales, recae enteramente sobre los hombros de ciudadanos comunes y corrientes. Ciudadanos que, en lugar de mirar hacia otro lado, decidieron actuar. Cada peso recaudado por ellos es un parche para una herida que otros abrieron. Es el dinero para pagar la cirugía de un animal apaleado, la leche para una cría huérfana o la esterilización que evitará que nazcan cientos de nuevos animales en la calle. Si agrupaciones corno Cuatro Patitas Labranza no existieran, las calles estarían aún más sobrepobladas de animales sufriendo..