Autor: CARMEN LUISA LETELIER DE DOMEYKO Profesora emérita de la Universidad de Chile, Premio Nacional de Arte 2010, Miembro de Número de la Academia de Bellas Artes del Instituto de Chile
Hechos que nos hacen avergonzar
Señor Director: Con profunda pena, vergilenza y preocupación, me quiero referir a los vergonzosos sucesos acaecidos con menos de un mes de diferencia en nuestra querida Universidad de Chile. Me refiero en primer lugar a la reubicación de la conferencia programada en la Casa Central, de la vice primera ministra de Ucrania.
Un grupo vociferante, bajo el pretexto de protestar por los acontecimientos en Palestina, se tomó el Patio Domeyko, con gritos, tambores y pancartas, lo que naturalmente impidió el acto programado a esa misma hora en el Salón de Honor.
Ignoro la relación que pudiera existir entre la guerra de Rusia en Ucrania y los espantosos sucesos de Gaza, pero el hecho es que se impidió por la fuerza y las amenazas un acto programado con tiempo y promoción. Estoy segura de que la querida y extensa colonia palestina de Chile no está de acuerdo con estas actitudes de violencia.
Felizmente, la rectora Devés, dando muestras de valor y sensatez, logró trasladar el acto a las dependencias de Rectoría, donde se pudo escuchar la conferencia.. Luego, ayer nos enteramos de la cancelación de la actuación del director de orquesta argentino de apellido israelita Yeruham Sharovsky, además de las amenazas de muerte en su contra, por el solo hecho de ser de esa etnia. Es un gran músico, y ya había actuado anteriormente en Chile frente a la Orquesta Sinfónica.
Obviamente, como argentino, no tiene ninguna injerencia ni responsabilidad en las brutales acciones del gobierno de Israel en Gaza y en Palestina. ¡En un futuro próximo tal vez sea imposible escuchar obras de Mahler, Schoenberg, Alban Berg o Mendelsohn por ser judíos!... No sea que haya alguna funa... Ambos sucesos están demostrando una creciente ola de actitudes matonescas, solo comparables a las de los "camisas pardas” del Tercer Reich. En ambas ocasiones "por razones de seguridad" se debió suspender o alterar las actividades.
Como música, como académica y como ciudadana chilena, repudio estos hechos que nos hacen avergonzar como país democrático y civilizado, y que desgraciadamente tienen lugar en nuestra Universidad, lugar por esencia pluralista, académico y de encuentro de ideas y visiones de mundo. Sus autoridades, encabezadas por su rectora y el Consejo Universitario, en una actitud valiente y digna de académicos del más alto nivel, también han repudiado estos actos.