“La prioridad económica del futuro Gobierno es lograr un boom de inversión”
Juan Andrés Fontaine: MM 1151 Y Paulina Modiano os últimos datos de la economía chilena no han sido positiv han encendido algunas alarm: sobre si realmente se está transitando por un camino de recuperación.
El crecimiento nulo registrado en septiembre, llevó al ministro de Hacienda, Mario Marcel, a reconocer que no se alcanzará la meta de crecimiento prevista (2,6%). En el mejor delos casos el alza estaría levemente sobre un 2%. Esto, más la inflación de 1% en octubre —por encima de las expectativas del mercado—, han llevado al Gobierno y a la oposición a establecer un acuerdo en el marco de la discusión presupuestaria que, entre otras medidas, disminuye el erario del 2025 en unos US$ 600 millones. El pacto, por cierto, no suavizará un debate donde la derecha ha endurecido su postura en el financiamiento de áreas como el Ministerio de Cultura o el INDH. Mientras tanto, el PC y el Frente Amplio se han pronunciado en contra de la reducción del gasto.
En medio de toda esta discusión, el economista, consultor, académico y exmi- “Hubo un error de Mario Marcel al cantar victoria en los primeros meses de este año sobre que estábamos nuevamente retomando una senda de crecimiento”, agrega el exministro sobre el difícil escenario económico del país. Nistro de Economía y Obras Públicas, Juan Andrés Fontaine, llama a mirar la imagen de largo plazo, pero sin dejar de expresar una perspectiva crítica a la gestión económica del Gobierno. “Hubo un error de Mario Marcel al cantar victoria en los primeros meses de este año sobre que estábamos nuevamente retomando una senda de crecimiento. Pero también es una equivocación ver sólo el mes de septiembre porque tuvimos un crecimiento nulo.
Es más importante analizar la tendencia y eso muestra que Chile está creciendo poco más de un 2,0% este año y probablemente algo parecido el próximo, lo que es muy mediocre en un mundo que crece al 3%”. “La inversión no logra repuntar” —¿ Ocurre lo mismo con la inflación del 1% en octubre, es sólo un dato puntual?—Ahí la situación es algo diferente. Aún hay presiones inflacionarias que no son menores por el alza del dólar que impacta en la electricidad, el Metro y muchos otros bienes y servicios importados. Además, los sueldos siguen subiendo un FOTOGRAFÍA: CLAUDIO CORTÉS V. 8% anual, en parte influidos por el aumento del salario mínimo. Por eso pienso que no va a ser fácil para al Banco Central lograr sus metas, ni este año ni el próximo. Tendrá que graduar muy cuidadosamente las reducciones de tasa de interés, que todavía son altas, para no alentar la salida de capitales en busca de mejores rendimientos en EE.UU.
U otros países, como ya ha ocurrido en los últimos meses. —Pero eso podría provocar que el crecimiento siga estando bajo y esa es una tendencia que se viene arrastrando por más de una década. —Así es y eso significa que nos estamos quedando atrás en la carrera del crecimiento. Dentro de los datos recientes, el último trimestre revela que el consumo y la inversión siguen flojos.
Específicamente, la inversión no logra repuntar, aunque el último dato de importaciones de bienes de capital subió un poco, lo que podría estar dando alguna señal de vitalidad. —¿ Cuál es a su juicio la razón de este estancamiento? —El problema son las expectativas, tanto de los consumidores como de los empresarios, que siguen estacionadas en una zona pesimista que está relacionada con la alta dosis de incertidumbre regul: toria que se dejó a caer sobre este país desde el estallido social, después por los procesos constituyentes y con el programa del actual Gobierno, que se proponía acabar con el modelo económico que nos había otorgado 30 años de progreso económico y social.
Eso es lo que ha mantenido un grado muy alto de incertidumbre regulatoria que tiene abrumados a todos los sectores productivos. —Efectivamente hay una baja en la inversión local, pero la extranjera ha aumentado según los últimos datos que se conocen. —Hay que tener cuidado con esa medición, porque la inversión extranjera que se refleja en la balanza de pagos incluye como ingresos la utilidad de las mineras que no ha sido enviada al exterior y eso ha aumentado mucho, porque el precio del cobre ha estado bueno.
Cuando uno excluye ese factor, se da cuenta de que efectivamente la inversión extranjera no ha andado bien tampoco. —Pero hay bastantes inversionistas externos que ya se están instalado en Chile, particularmente interesados en proyectos de litio o de hidrógeno verde. —Lo paradójico es que hay un gran interés de inversionistas extranjeros y algunos nacionales en energía, minería e infraestructura. En todas las mediciones que hace el Ministerio de Economía, hay decenas de proyectos esperando ser autorizados para materializarse. Lo que pasa es que no son aprobados por el exceso de regulaciones y eso es lo que de a poco va a provocando que esas iniciativas se abandonen.
Entonces, cuando digo que la inversión extranjera no ha aumentado mayormente me estoy refiriendo a eso, a que los proyectos no se concretan al ritmo necesario, “Lo que hay que hacer es desregular” —¿ Usted cree que el esfuerzo que está haciendo el Ministerio de Economía al tratar de reorganizar o reducir la tramitación de permisos va a tener un impacto positivo? —Es valioso que el Gobierno haya asumido reformar la tramitación de permisos para agilizarla.
Pero el proyecto que ha presentado es una ley marco, un conjunto de principios que deben inspirar las regulaciones y que se aplicarían solo en la medida que las leyes sectoriales que manejan, por ejemplo, las concesiones marítimas, las medidas ambientales o las consultas ciudadanas, sean cambiadas. Lo que se está haciendo es recién un primer paso en una dirección correcta, pero que requiere actuar con mucha más urgencia sobre las leyes sectoriales. Cómo se concretaría esa urgencia?—Lo que hay que hacer es desregular y el Gobierno ha dicho explícitamente que no va a hacer eso. Hay una visión de que toda iniciativa es un atentado contra el medio ambiente o el patrimonio cultural.
Y eso se ha transformado en una especie de presa para todo tipo de apetitos económicos o políticos de grupos de presión, que usan esas restricciones para intentar frenar proyectos o extraer de los inversionistas distintas concesiones que los hagan de alguna manera participar de los beneficios de esas iniciativas.
El enfoque necesario es mucho más amplio que ordenar los permisos. —A qué se refiere con eso de “apetitos económicos o políticos”, porque parece lógico que si una comunidad se ve afectada por externalidades negativas de un proyecto obtenga alguna compensación. —Es adecuado que las comunidades en torno a las cuales se instalan los proyectos tengan ciertos beneficios y eso hay que hacerlo a través del sistema tributario, para que parte de losimpuestos que se generen queden en esa zona. Eso es una vieja idea que, por diversas razones, no ha visto la luz.
Eso debe seruna norma estándar, pero no se puede aplicar con el esquema caso a caso, que es el que se utiliza para extraer otras ganancias, como participaciones en la renta que genera un proyecto. —Más allá del tema de regulatorio, ¿qué otras medidas podrían impulsar la inversión y el crecimiento? —La prioridad económica del próximo Gobierno, cualquiera sea su signo político, debe ser impulsar el crecimiento y para eso hay una llave a la mano que es lograr una suerte de boom de inversión. Y eso requiere eliminar regulaciones innecesarias. Una vez que se genere ese boom de inversión hay que elevar el ahorro y ahí vienen los aspectos fiscales, tributarios y de seguridad social. La inversión permite aumentar la productividad que en los últimos años también ha estado estancada. Implicaría también una rebaja en el impuesto a las empresas? —El 27% del impuesto corporativo es una de las tasas más altas a nivel mundial y es absolutamente prioritario reducirla.
Hay que hacer algo bastante drástico en esa materia, aunque de manera paulatina, mientras se van adoptando las medidas de control de gastos y eventualmente de alza progresiva de otros impuestos que permitan acomodar el impacto fiscal. “Es valiosa la flexibilidad de Marcel” —Ud.
Mencionó también la necesidad de elevar el ahorro y eso algo que se está discutiendo en la tramitación de la actual ley de Presupuestos. —La principal fuente ahorro en Chile es la privada que se logra al moderar la tributación de las utilidades retenidas de las empresas, Otra fuente importante de ahorro es la del Estado, a través del presupuesto fiscal y eso se ha deteriorado porque estamos en una situación deficitaria. La receta principal ahí es contener el gasto.
La forma de corregir es lograr que sistemáticamente el crecimiento del gasto público sea inferior al del producto tendencial, que ha sido estimado en Chile en torno al 2%. —Bueno, para avanzar en la tramitación del presupuesto 2025 el ministro de Hacienda comprometió un recorte de cerca de 600 millones de dólares en el gasto público y la reasignación de fondos en otros ítems, —Me parece valiosa la flexibilidad exhibida por el ministro de Hacienda. El proyecto de presupuesto original proponía un aumento del gasto muy por encima del crecimiento probable del producto, sin que haya para ello suficiente financiamiento. El recorte planteado ahora modera esa expansión, pero no estoy seguro de que sea suficiente. Por otra parte, los ingresos fiscales, que ya fueron sobrestimados este año, parecen nuevamente inflados para el 2025. El Consejo Fiscal Autónomo (CFA) ha hecho bien en llamar la atención sobre este punto.
Me preocupa quelas proyecciones de ingresos que hace la Dirección de Presupuestos (Dipres) pierdan credibilidad, algo que los evaluadores de riesgo y el mercado de bonos de deuda pública tomarían muy mal. —También hay dudas sobre si ese recorte permitirá financiar reformas que son prioritarias para el Gobierno, especialmente en salud y pensiones. —Hay reformas importantes como la Pensión Garantizada Universal (PGU), que exigen un esfuerzo fiscal significativo, que deben abordarse paulatinamente. En el marco de una economía que crece va a haber espacio para iradoptando progresivamente esos cambios.
Pero si se quiere hacer algo más rápido, habría que recurrir a aumentos de tributos y los que están disponibles son los impuestos personales, que en Chile no son altos comparativamente, como el de la renta de las personas o el IVA. Pero para hacer eso habría que focalizarse en los sectores medios o de ingresos. Pero insisto, la gran alternativa es acelerar el crecimiento para allegar más recursos al fisco y atender esas necesidades.
Ese desafío es completamente abordable, porque hay una gran cantidad de proyectos en carpeta y también de emprendimientos. —En el caso específico de las pensiones, ¿ cree que debe quedar zanjado en este Gobierno? —Esto debió haberse resuelto hace 10 o 15 años. Cada día que pasa lo único que ocurre es que se agudiza el problema. Si hay consenso en subir tres o cuatro puntos a las cuentas individuales, porqué no hacerlo ya. No veo ninguna razón para seguir demorando eso. Y si hay acuerdo en que la edad de jubilación debe actualizarse, también de abordarse ahora. Lo que no creo adecuado es pensar, por razones políticas, en lograr una solución inmediata porque siempre va a haber discusiones sobre si la determinación que se dé es suficiente o no. Lo que hay que hacer es sentarse seriamente a buscar un arreglo responsable a este problema. Desgraciadamente los tiempos electorales no son particularmente propicios para lograr entendimientos y ya entramos en temporada de campaña.
El 27% del impuesto corporativo es una de las tasas más altas a nivel mundial y es absolutamente prioritario reducirla”. El proyecto de presupuesto original proponía un aumento del gasto muy por encima del crecimiento probable. El recorte planteado ahora modera esa expansión, pero no estoy seguro de que sea suficiente”.