Covid-19 derribó al gran arquero de Unión La Calera
En Buenos Aires y luego de contagiarse murió el ex arquero Abraham Giadalah Chahuán, una verdadera leyenda entre los caleranos Abraham Giadalah Chahuán descendía de dos familias de raíces árabes en La Calera. Su padre, Antonio, tuvo almacén y tienda en el centro. Su madre, Widad, es de la estirpe de Nicolás, Salvador y una decena más de Chahuán. Por lo que, por la sangre de sus padres, provenía del ya legendario pueblo de Beit Yala en Palestina. “Un muchacho de una enorme alegría. Siempre fue un hombre generoso. Se había ido de la ciudad, para residir en Buenos Aires, pero no dejaba de atender a los caleranos que llegaban a la capital argentina. Allá, y antes lo hizo acá, atendía a quien se apareciera por esos lados. También fue un deportista destacado y un jugador de Unión La Calera en momentos buenos y malos”, dice el ex dirigente Arturo Chahuán Issa.
Abraham Giadalah Chahuán fue el arquero de Unión La Calera en el equipo campeón de la División de Ascenso de 1984, que dio la vuelta olímpica en la cancha del Estadio Santa Laura después de ganarle al equipo Super Lo Miranda con el único gol del partido que hizo Juan Santibáñez. Él es el primero en morir de ese gran equipo. “Era lindo jugar, y que me pagaran. Es un privilegio jugar fútbol, aunque antes jugábamos por la camiseta, por amor a La Calera.
Ahora juega cualquiera y gana millones”, decía el ex arquero en una entrevista de febrero de este año, publicada en “El Observador”. El ex arquero, quien jugó en Primera, Segunda y Tercera División por Unión La Calera es parte de un grupo de descendientes de árabes de la ciudad que llegaron a jugar profesionalmente. Entre ellos los dos arqueros: Cristian Chahuán y Leonel Jamett. También jugaron Pancho Alam papá y su hijo del mismo nombre que era mediocampista y el consagrado Kiko Chahuán, gran volante de contención. Abraham decía que el mejor momento de su vida lo vivió en 1985, cuando le correspondió jugar contra Colo Colo en el Estadio Nacional, bajo la presión de 80 mil personas. En ese partido Unión La Calera empató 0-0 Abraham Giadalah, arriba a la izquierda, aparece acompañado por su hija Widad, su cuñada Jasna Aguilera y Rufino Aguilera, su suegro. Abajo en la imagen, su nieto Keren, su esposa Magaly Aguilera y su sobrino Naín Zuleta. La oncena titular que, en 1985, empató a cero en el Estadio Monumental frente a Colo Colo. De izquierda a derecha: Domingo Gutiérrez, Eduardo Rojas, Cristian Jelvez, Abelino Albornoz, Emiliano Astorga y Abraham Giadalah.
Abajo, de izquierda a derecha, Jorge Chahuán, Juan Santibáñez, Héctor Román, Luis Valenzuela y Ángel Bustos. con los albos y en la siempre mitológica historia calerana se cuenta que Abraham Giadalah desvió con la mirada un lanzamiento penal. “Mis compañeros decían eso.
Es que yo me tenía mucha confianza”. En 1986 se casó con la calerana Magaly Aguilera, conocida cariñosamente como “Pechy”, con quien tuvo dos hijos: Widad Yamalat y Abraham Yasser y un matrimonio feliz y compartido con amor durante los 35 años que estuvieron casados. Su hija, casada con Andrés García, le dio dos nietos, Kerem y Samira, que fue bautizada en febrero, razón por la cual estuvo nuevamente en su ciudad natal. Ahí contó que hacía unos 18 años había partido a Buenos Aires, luego de heredar el negocio de su padre y que le fue imposible competir con las grandes tiendas. Allá se estableció y fue el “Embajador de La Calera en Buenos Aires”, según lo relatan decenas de caleranos que conocieron de su hospitalidad. Aunque siempre con el deseo de volver, en la capital trasandina instaló primero un restaurante y luego “un negocio al por mayor de venta de poleras, pantalones, shorts, para hombre, mujer y para niños. Vivo tranquilo, gracias a Dios me ha ido bien, no le debo un peso a nadie, no como cuando estaba en La Calera, que debía hasta la camisa”, explicaba. En Buenos Aires estaba su ex compañero en Unión La Calera, Diego Solís, quien además era su cuñado. COMPLICACIONES DE SALUD Pero en la capital argentina tuvo graves problemas de salud, “me fui a hacer un examen de rutina -contabay me dejaron en el hospital. Me pusieron dos "by me operó el mejor cardiólogo de Sudamérica. No pagué un peso, todo gratis, en un hospital de lujo. Operarme en Chile me costaba 150 mil dólares, ¿de dónde iba a sacar esa plata? me hubiese muerto”, decía como si contara una travesura. Sin embargo, en las últimas semanas, Abraham comenzó a vivir otra historia. Su cuñado, Diego Solís, dice “que él y su esposa contrajeron Covid. Pasaron la enfermedad en su casa, pero de un día para otro, enfermó más.
Lo hospitalizaron y falleció, a las pocas horas, en la noche del domingo”. En la mañana de ayer, un consternado Diego Solís, dijo a “El Observador” que “ha sido un impacto, pues estaba pasando bien el virus y creíamos que lo superaría. Ahora su cuerpo está en la morgue y su familia, seguramente en las próximas horas sabrá si fue el Covid o algún otro problema lo que lo llevó a la muerte. Es algo de no creerlo.
Él era un hombre lleno de vida, a quien le sobraban ganas y entusiasmo para vivir”. Es difícil, por los estrictos protocolos del Covid que, por lo menos pronto, el cuerpo de Abraham Giadalah Chahuán vuelva a La calera. “Pero acá, dice Diego Solís, no estará solo.
Estamos nosotros y una gran cantidad de amigos, pues mi cuñado seguirá siendo el hombre sencillo y generoso que recuerdan en La Calera y yo seguiré hablando de su gente, como lo hacía él con el orgullo de ser calerano y yo por haber jugado allá”. Con profunda pena su hijo Abraham escribió ayer desde Buenos Aires su despedida: “Me enseñaste la cultura del trabajo incansable y a superar todos los obstáculos que se crucen, siendo generoso y empático con el otro. Fuiste, eres y serás la mejor escuela e inspiración para mi vida. Adiós papito, con tu protección nuestra familia seguirá avanzando con tus valores, tu alegría y convicciones que siempre nos inculcaste”.