Autor: Ignacio Arriagada M.
La historia de la joven que se coronó como la mejor pizzaiola de Chile
La historia de la joven que se coronó como la mejor pizzaiola de Chile Valentina Salas nació en Los Ángeles, en el Biobío. Trabaja en el restaurant Raffaella. preparaban. El ritual que implicaba la elaboración de la masa y la delicadeza con la que eligían y añadían los ingredientes la cautivaron y motivaron a aprender. “Los mismos pizzaiolos (personas que se dedican a preparar pizzas) me enseñaron unos meses. Hubo unarestrucción en el restaurantseguir en el rubro y a aprender más. Sin esperarlo, en mayo de ese año, el propietario de Raffaella le ofreció el puesto de jefa de cocina, el cual aceptó. “Cuando asumí este desafío, Javier me insistía en que participara en las competencias de pizzaiolos. Yo no iba porque no me sentía preparada. A los meses después vimos un video en las redes so-que cada exponente tenía dos oportunidades para preparar una pizza napolitana, que iba a ser evaluada por un jurado. La chefrompió la masa en la primera chance, pero en la segunda arrancó los aplausos de sus pares y el público. “Cuando el jurado me dice que saqué el primer lugar no lo podía creer. En menos de un año me había convertido en la mejor. Evaluaron mitécnica, mis capacidades, mi capacidad de elección, mi pulcritud”, dice Salas.
Así, laemprendedora, con solo 25 años, representará a Chile en la prestigiosa final mundial que se hará a mediados de septiembre en Nápoles, que celebrará ese día el arte del pizzaiolo, patrimonio inmaterial de la humanidad declarado porla Unesco. “Todo el esfuerzo ha valido la pena (... ) Haré lo mejor para dejar el nombre de Chileen lo más alto”. y ahí comenzó todo. Como se fue parte del personal yo me concentré en preparar pastas y pizzas. Fue desgastante, pero muy enriquecedor. Recibí el reconocimiento de los clientes”, admite la administradora gastronómica internacional. Dadas las loas y buenos resultados, la joven buscó perfeccionarse. Para ello se matriculó en una academia de pizzaiolos en 2024. El día la del examen final rompió pizza, lo que la hizo cuestionarse si, efectivamente, era talentosa. El apoyo de su familia y amigos la alentaron aciales de la Associazione Verace Pizza Napoletana (AVPN), que es como el equivalente al evento mundial que promuevteutyela la auténtica pizza napolitana. El video invitaba a los pizzaiolos deChilea participar en la primera competencia nacional. El que ganaba clasificabaala finean lltali a. Fui, pe rosin ninguna expectativa”, especifica Valentina. Al llegar al evento, detec16 los rostros de varios laureados colegas. La contienda, de gran nivel, consistía enesde muy pequeña, Valentina Salas forjó una conexión con el arte de cocinar y disfrutarde la comida.
Con solo nueve años ayudaba a su mamá a decorar las tortas y pasteles que llenaban los estantes y refrigeradores de la pequeña pastelería que tenían en el frontis de su casa en Los Ángeles, en la Región del Bio-bío. Si bien el vínculo con laELAÑO 2024 Valentina se convirtió enla mejor pizzaiola del país tras superar a 35 exponentes. EN SEPTIEMBRE serealizará el mundial dela Associazione Verace Pizza Napoletana, en alía. Ganó la competencia nacional con esta pizza. * aceptada y destinada al grupo que preparaba comida italiana, Su estadía, reconoce, fue de mucho aprendizaje, tanto técnico como teórico. Al terminar el proceso, por una crisis emocional suspendió durante unos meses su ingreso al mercado laboral gastronómico. “A raíz de este problema yo volví a vender pastas, peentre otros. El pedido loba a ro en Santiago. Justo cuando dejar mi mamá porque tenía me recuperé de mi estado, permiso para desplazarse reun día una amiga me copartiendo alimentos durante mentó que había salido con la crisis sanitaria.
Luego el un chico que era amigo del efecto boca a boca hizo lo sudueño del restaurant Raffaeyo y se sumaron otros clienlla y que había escuchado 1es, como vecinos y clientesde que necesitaban personal, mi mamá”, detalla lajoven. entre ellos una chef de pasA mediados de 2021, tas. Postulé y me entrevistó cuandola pandemia alcanzó Javier Lizama, el dueño. Le cierto control, Valentina volhablé sobre mi práctica provió a clases presenciales. fesional y mi emprendiHasta el siguiente año su rumiento de pastas. Él vio las tina era viajar al Biobío a fotos de mis preparaciones y venderlas pastas y retornar a me dijo que empezara el luSantiago a estudiar. nes próximo”, dice la emprendedora entre risas. PUNTO DE PARTIDO La chef dice que que desUno de los objetivos de Salas tacó desde la primera semaera obtenerel título profesiona gracias a la reformulación nal. Para eso solo le bastaba y creación de nuevas recetas realizar la práctica. En bú y por los halagos delos clienqueda de oportunidades hates.
Como en el local tamlló una en el Hotel Mandarín bién se vendían pizzas napoOriental, en Las Condes, en litanas, Valentina veía cada el que para su sorpresa fue día cómo sus compañeros lascocina estuvo presente hasta su adolescencia, fue en la adultez donde cobró mayor trascendencia. “El 2018 yo me fuia Santiago a estudiar kinesiología. Alos tres meses dejé la carrera porque no era lo mío; yo soy más artística, más virtuosa. Me quedé en Santiago y viajaba esporádicamente a Los Ángeles, donde mi familía y amigos me decían que estudiara gastronomía, que ese era mi fuerte, mi talento. Me convencí y el 2019 entré a estudiarlo, también en Santiago”, rememora Valentina, hoy de 24 años. Desde la primera clase de la nueva carrera la joven supo que ahí estaba su vocación y pasión. Justo cuando las evaluaciones eran positivas, el conocimiento crecía y la técnica se pulía, la emergenciasanitaria porel covid191a hizo retornaral Biobío. Confinada en casa, se planteó la idea de cocinar pastas y venderlas. Una cuenta de Instagram y mensajes promocionales de a través 'WhatsApp fueron su primeravitrina. “Los primeros que me compraron fueron amigos y familiares. Yo preparaba las ñoquis, pastas, que eran fettuccine, ravioles rellenos,. La angelina Valentina Salas representará al país en el mundial de preparaciones de pizza, que se celebrará en Italia. CEDIDA