Autor: Por Liberty Valance

EL FUNCIONAMIENTO DE LAS INSTITUCIONES
EL FUNCIONAMIENTO DE LAS INSTITUCIONES A mi buen juicio, las instituciones en Chile funcionan como reloj, más biencomo relojes digitales o de péndulo, de bolsillo, arena, sol o cucú. Las jurídicas, políticas, legislativas y las que sean. Del tercero, cuarto o quinto poder. Las públicas y las privadas. Se me aparece en el cielo azul de mi entendimiento, entre nubes blancas y esponjosas, la frase que encabeza mi credo: “Hay que dejar que las instituciones funcionen”. Amén.
Una frase inolvidable que concitó y concita el acuerdo y aplauso general. ¡Que vivan ellas: las instituciones! Recuerdo a tanto extranjero ilustre, personeros importantes, que en la comparación con América Latina, para no exagerar, partían del país y nos dejaban un pensamiento hablado: “En Chile las instituciones funcionan”. Amén de nuevo. Es que las escucho funcionar: cric y crac, crac y cric. Me tranquilizan. De forma acompasada, como latido de corazón: tictac, tictac. Me adormezco en paz.
Cuando viajo raudo o lento por una autopista escucho un pitido que suena en horario bajo, medio y alto, proviene del verbo “conceder” y dar de merced, y así fue como la autopista se concesionó, por lo tanto, ese pito durará más que mi vida. Así funcionan las duraderas instituciones.
Me falta una cuota de las contribuciones 2024, ya me las subieron, por supuesto, pero el tema es que vence a fines de noviembre, y me han enviado recordatorios, advertencias y mensajes, para que no me olvide que la institución existe.
Y si ya pagué, en ese caso, la puedo olvidar, pero hasta el próximo año nomás, porque su memoria es servicial e implacable, pero también cariñosa, porque se acuerdan de mi cumpleaños y me saluda la clínica donde nací y después me operé, el banco que me convirtió en depósito, la gran cadena de supermercados donde compro y también el cementerio donde me iré solo y callado. Incluso la compañía eléctrica que me tuvo sin luces y apagado se acuerda de su cliente predilecto. Me llaman las instituciones por el celular, de preferencia eligen tardesimpensadas, momentos inoportunos y de forma automática noche y día. Eso significa que no duermen ni descansan, siempre pendientes, es lo único en el país que entra en la definición del 24/7. Miro la hora, la doy y veo que es verdad. Tictac, tictac. Tengo varias plataformas, no sé distinguir lo que es en vivo o en demand o en canal, el mentado premium, el llamado streaming o la tal aplicación. Compré uno que fue absorbido por otro, y tenía uno que fue comprado por el del lado. No sé cuál es cual, pero así funciona el ecosistema y vivo en la selva de la imagen. Me aburro con lo que veo, miro lo que al otro día olvido, ando con ojos derretidos y ya no sé lo que tengo.
Soy el personaje ignorante de la película, menos que eso: soy un código QR al que ya escanearon. ¿Cuál es mi cámara? Acérquese, enfóqueme la mano y el dedo índice, es de mala educación apuntar a la gente, pero si lo hago es con un propósito pedagógico, no es más que eso: quiero mostrarles el funcionamiento de las instituciones..