Mascareño analiza el informe PNUD
Mascareño analiza el informe PNUD Clientelismo y corrupción Las redes de favores, el amiguismo, el pituto, el clientelismo, las redes de corrupción tienen lugar en todo nivel, y son probablemente una de las más grandes constricciones a la conducción del cambio social en contextos complejos. Estas formas parasitarias aprovechan la estratificación social para conectar grupos e individuos con el fin de obtener rendimientos extrainstitucionales particulares y no generalizables.
La literatura sobre esto es extensa en Chile (e.g., Rehren 1996; Barozet 2006; Mascareño 201b; Silva 2019; Barozet et al. 2020; Siavelis et al. 2022, entre otros). Estas redes afectan las condiciones de justicia institucio nal y concentran recursos en algunas personas de la red, mientras excluyen a otras.
Limitan fuertemente una competencia justa en el mercado (Paganelli 2024), y son también una barrera para el acceso por mérito, un principio que, bajo la forma de trabajo duro para surgir en la vida, alcanza un 86% de preferencias como algo importante o muy importante en la última Encuesta CEP 91(2024). Asimismo, las relaciones clientelares eliminan las barreras reglamentarias, jurídicas y éticas que la propia sociedad ha desarrollado para evitar estos rendimientos. Puesto que por definición tales redes actúan "en las sombras", parte importante de su energía se concentra en cubrir sus rastros por medio de pagos, corrupción, chantajes o amenazas. Internamente, construyen semánticas autojustificatorias para controlar las posibles "desviaciones decentes" de algunos de sus miembros.
También la reciente Encuesta CEP 91 (2024) ha mostrado que un 69% de las personas piensa que mucha gente o casi todos están involucrados en situaciones corruptas en el servicio público, y que la corrupción se extiende al Congreso (63%), el gobierno (60%), los tribunales de justicia, las fundaciones y el Ministerio Público (50%), las municipalidades y gobiernos regionales (49%), las empresas públicas y privadas (47% y 44%) e Impuestos Internos (41%). Quienes aparecen con menores niveles de corrupción para la ciudadanía son Carabineros, las Fuerzas Armadas y la PDI (36%, 34% y 29%), instituciones con escándalos de corrupción recientes, pero cuya confianza creció con el incremento de la delincuencia. Las prácticas corruptas más extendidas, según la población, consisten en ubicar a cercanos en posiciones de poder, usar información o fondos públicos en beneficio propio y aceptar sobornos. Este tipo de prácticas no puede separarse según élite y movimiento social, o élite y ciudadanos o pueblo.
Las redes de favores y la corrupción en general son siempre relacionales y temporalmente recursirelacionales y temporalmente recursirelacionales y temporalmente recursiLecturas 4 DAA DAA DAA Mascareño analiza el informe PNUD En un artículo publicado por el CEP, del cual ofrecemos un extracto, Aldo Mascareño observa el reciente Informe PNUD y concluye que, si bien este plantea un examen adecuado de la sociedad chilena, sus respuestas y propuestas no siguen ese diagnóstico. vas, es decir, conectan a los actores en el tiempo mediante el compromiso de "devolver el favor". Para la ciudadanía puede parecer un juego solo de élites, especialmente en casos que provocan escándalos mediáticos, pero ello pasa por alto que favores, redes y rendimientos recíprocos que afectan el orden institucional legítimo están distribuidas a todo nivel: en la extorsión y el control de barrios por el narcotráfico, en poderes locales vinculados a servicios sociales o infraestructuras, a permisos comerciales, de construcción privada y pública o de explotación natural, al desvío de fondos públicos a través de organizaciones o fundaciones de baja y alta envergadura, entre otros (Damon= te y Schorr 2022). La elaboración de una imagen de la sociedad en la que se concibe al pueblo como "virtuoso" y a la élite como "corrupta" es justamente la pretensión del populismo. Emplearla como descripción técnica del mundo impide observar la operación que la construye, y a la vez oculta las múltiples interpenetraciones e interrelaciones que están detrás. Las redes son transversales y multidireccionales; justamente en ello radica su capacidad de obtención de rendimientos particulares, y también su capacidad para obstaculizar el cambio y la conducción de él. Burocratización Por distinguir entre élite y movimientos o pueblo, el Informe subvalora también las hipertrofias públicas como una importante constricción a la conducción del cambio.
Este problema se ha hecho popular recientemente bajo el concepto de permisología, el que afecta uno de los "sueños" que comparten élite y ciudadanía, el del crecimiento económico, pero desde hace un siglo se le conoce técnicamente como burocratización. La burocra ión es un mecanismo inherente a las organizaciones modernas, no solo al Estado, como lo ha mostrado Max Weber (2013 [1922]) por medio del concepto de racionalización.
En tanto tal, es también una lógica autónoma de la administración política que busca el control de sus entornos relevantes justamente porque esa es su función (Luhmann 2000). Sin embargo, si esa burocratización crece sobre un determinado umbral, la administración comienza a umbral, la administración comienza a umbral, la administración comienza a umbral, la administración comienza a umbral, la administración comienza a umbral, la administración comienza a.
Mascareño analiza el informe PNUD reproducirse solo a sí misma: los permisos pueden dividirse hasta el infini to en nuevos procedimientos y cláusulas para obtener permisos para permisos, con lo que el tiempo de la burocracia se extiende y se desacopla de la aceleración de la economía. Esto es lo que hoy acontece con la permisología.
De este modo, los costos económicos son crecientes y se observan en plazos de 6,6 anos promedio para inversiones, en la incertidumbre en la aprobación de permisos, en una alta judicialización de los procesos o en la alta cantidad de trámites (más de 400) para proyectos de inversión (García Huidobro y Bastidas 2024). Buena parte de las constricciones al cambio y la conducción del cambio en materias de crecimiento económico están en este aumento excesivo de burocratización. Pero el problema tampoco es simple en cuanto a la conducción del cambio.
Si las redes de favores, el clientelismo y la corrupción son operaciones reales en la sociedad chilena actual, entonces el aumento de la burocratización y la permisología puede ser también visto como una reacción a la parainstitucionalidad de esas redes: la administración se protege ante el incremento de posibilidades de corrupción en cada operación.
Entonces, no solo las personas muestran una baja confianza en las instituciones que eventualmente pueden consolidar los cambios económicos, sino que al parecer también las instituciones desconfían de las personas e incrementan sus barreras procedimentales para no ser vulneradas por las acciones de redes de corrupción y clientelismo. Lo que esto sugiere es que la limitación de la permisología también debe correr paralela a un control de la corrupción para evitar los feedbacks positivos entre tales procesos.
Es decir, la conducción del cambio no es reductible a un problema de élites y movimientos, sino de dinámicas emergentes que se producen históricamente entre agentes diversos y cuya inercia captura a nuevos actores, organizaciones, movimientos y personas. nizaciones, movimientos y personas. nizaciones, movimientos y personas. nizaciones, movimientos y personas. nizaciones, movimientos y personas.
Redes digitales Una tercera instancia relevante en la conducción del cambio y que el Informe reconoce como desafío global, pero que luego integra débilmente en los temas de conducción del cambio, es el de las redes sociales digitales y la inteligencia artificial. Aún es difícil dimensionar la transformación histórica que implica el uso masivo de la tecnología digital. El impacto puede resumirse en conceptos como aceleración, simultaneidad y policontexturalidad de comunicaciones e interacciones. No solo lo sólido se desvanece en el aire, sino que también el aire se adelgaza.
En general, las sociedades y gobiernos reaccionan con Ficha de autor Aldo Mascareño es PhD en Sociología por la Universidad de Bielefeld, Alemania, y se desempeña como investigador senior del Centro de Estudios Públicos. sorpresa a estos cambios y vuelven al repertorio conocido de las conspiraciones de la élite para explicar sus derrotas.
Pero lo cierto es que los alineamientos en el medio digital no soportan demasiada planificación, lo que no significa que su impacto no pueda ser extenso (González-Bailón et al. 201). Las convulsiones en Egipto y Túnez en 201 son probablemente el primer ejemplo del papel significativo que pueden jugar las redes sociales en la política contemporánea.
YouTube, Facebook, Twitter, Google Maps, bloggers y activistas, e incluso sitios de citas en línea, teléfonos móviles y redes de SMS, se utilizaron para informar a la gente sobre lo que la televin nacional no mostraba y para organizar acciones políticas y de resistencia: «las redes sociales se han convertido en el andamiaje sobre el cual la sociedad civil puede construir, y las nuevas tecnologías de la información les brindan a los activistas cosas que antes no tenían: redes de información que no son fácilmente controladas por el Estado y herramientas de coordinación que ya están incrustadas en redes confiables de familia y amigos. (Howard y Hussain 2011,48)». No se trata en este caso del liderazgo de movimientos sociales clásicos: trabajadores, estudiantes; sino de conductas emergentes y masivas. Por supuesto, este no es el único caso.
BlackBerry Messenger y Twitter fueron importantes en los disturbios del Reino Unido en 201 para organizar y apoyar movimientos (Lewis et al. 2011), como en el caso de las protest: en Chile en el mismo año, cuando se utilizaron SMS, correos electrónicos, Twitter, Facebook, Instagram, fotologs, para la coordinación, convocatoy organización de acciones políticas (Montero et al. 2017). Las menciocas (Montero et al. 2017). Las menciocas (Montero et al. 2017). Las menciocas (Montero et al. 2017). Las menciocas (Montero et al. 2017). Las menciocas (Montero et al. 2017). Las menciocas (Montero et al. 2017). Las menciocas (Montero et al. 2017). Las menciocas (Montero et al. 2017). Las menciocas (Montero et al. 2017). Las menciones pueden multiplicarse para los anos y eventos siguientes, por ejemplo, el referéndum de Cataluna en 2017 (Ruz et al. 2020), la crisis de los refugiados sirios (Óztúrk y Ayvaz 2018), el Brexit (Grcar et al. 2017) y el estallido social en Chile en 2019 (Sherman y Rivera 2021). Las redes sociales digitales incluyen nuevos "públicos no-permanentes" en el ámbito de la protesta y la opinión pública, quienes a su vez introducen variaciones aleatorias en la comunicación y la acción, aumentando así su impredecibilidad. El público toma un papel más activo, pero menos dispuesto a la convicción permanente.
Ya no es visible solo en las elecciones, y los movimientos sociales pueden (Continúa en la página 16) (Continúa en la página 16). - - - Mascareño analiza el informe PNUD (Viene de la página 15) capturar más atención, pero también están expuestos a más volatilidad y fragmentación. Nuevamente, este no es un tema que sea bien capturado por la distinción entre élite y movimientos sociales. Las redes sociales digitales son, desde el cambio de siglo, el soporte de la comunicación social para individuos, grupos, organizaciones, movimientos, redes, Estados, mercados, sistemas. Gran parte de las estrategias de incidencia de di tintos actores y de los factores que inhiben cambios son posibles debido a este soporte. Son los medios digitales los que favorecen la creación de identidades y su generalización, así como también su disolución y sus colapsos. A través de ellos se impulsa la caída de regímenes opresores y la inestabilidad de la democracia. Sociedades autoritarias como Rusia, China o Venezuela optan por el control o la eliminación de estas redes.
Las democracias liberales, en cambio, oscilan entre las fake news y el fact checking, entre la saturación de información como contramovimiento a la política populista y el derecho al olvido en acciones juzgadas, entre la selección emocional de información y la desconexión fácil de lo que hasta hace un momento parecía de vida o muerte, entre la limitación de uso de técnicas biométricas, de formas subliminales de control conductual y la explotación de vulnerabilidades individuales o grupales (European Commission 2021; Esposito 2022; Komporozos-Athanasiou 2022), Esta dinámica de aceleración, simultaneidad y policontexturalidad es el escenario por defecto de sociedades democráticas complejas como la chilena, que buscan mantener su trasfondo liberal. La conducción del cambio en ella debe pensarse sobre la base de esta descentralización y volatilidad de su producción comunicativa. Concentrar tal conducción en las élites y los movimientos sociales, o en el Estado, es poner a los hermanos Wright al mando de un Airbus 380: son demasiados los puntos ciegos.
La política neopopulista de actores como Trump, Bolsonaro, Putin vive de los puntos ciegos de los demás para incrementar su control sobre "el pueblo". Pero las democracias liberales no son regímenes de control, sino de coordinación social.
En tales casos es mejor ampliar las distinciones para observar mejor. para observar mejor. para observar mejor. para observar mejor. para observar mejor. para observar mejor. para observar mejor. para observar mejor. consecuencias de la: distinciones distinciones distinciones «Las consecuencias de las distinciones. El Informe PNUD 2024», Aldo Mascareño, Puntos de Referencia N? 707, Centro de Estudios Públicos, octubre de 2024. octubre de 2024. octubre de 2024. octubre de 2024.
CONCLUSIONES En este artículo he revisado el Informe PNUD 2024 "¿ Por qué nos cuesta cambiar? Conducir los cambios para un desarrollo humano sostenible". He argumentado que el Informe aborda tres puntos centrales: el cambio social en Chile y sus deudas, las estrategias en Chile y sus deudas, las estrategias en Chile y sus deudas, las estrategias en Chile y sus deudas, las estrategias Lecturas 4 DIOS DIOS DIOS DIOS DIOS DIOS DIOS DIOS DIOS DIOS DIOS DIOS DIOS DIOS DIOS de conducción del cambio y los actores principales de esa conducción: las élites y los movimientos sociales. He sostenido que en los dos primeros casos el Informe contiene valiosas premisas y diagnósticos, pero sus análisis no siguen consecuentemente esas premisas.
En el tercer caso, la premisa que distingue como actores centrales del cambio social a las élites y los movimientos sociales es insufi ciente para comprender la complejidad de la conducción del cambio en la sociedad chilena. Algunas conclusiones pueden derivarse de esto.
El Informe reconoce los avances de Chile en múltiples espacios (reducción de la pobreza, aumento de profesionalización, ambiente propicio para la igualdad de género, profundización de la democracia). Reconoce también los desafí: globales en los que el país está inserto. Esto aporta una buena imagen de la complejidad de los cambios. Pero, a la vez, sostiene la impresión de límites atávicos en la sociedad chilena para la realización de ellos.
Lo cierto es que varios de estos límites tienen que ver con reformas que buscaron profundizar y acelerar cambios, quedando sometidas a los efectos no previstos que emergen de la interacción de las mismas reformas con su entorno institucio nal.
Esta es una dinámica que la sociedad chilena debe incorporar reflexivamente en sus diseñons de política; es decir, debe evaluar cómo ella misma se desvía normalmente de lo que le parece denormalmente de lo que le parece denormalmente de lo que le parece denormalmente de lo que le parece denormalmente de lo que le parece denormalmente de lo que le parece denormalmente de lo que le parece denormalmente de lo que le parece denormalmente de lo que le parece denormalmente de lo que le parece deseable, y evaluar asimismo el modo en que la conducta riesgosa de algunos se transforma en peligro y daño para todos en distintas medidas y escalas temporales. La interesante diferenciación de múltiples públicos (clases latentes) que el Informe realiza es un buen punto de partida para ello. Esto indica que hay que manejar disensos: expectativas diversas, conflictivas, contradictorias e incluso indiferentes entre sí. Para ello, la idea de conducción del cambio es apropiada.
Pero si el trasfondo se ha definido como complejo, diverso, con distintos públicos, sin consenso normativo último, entonces la aspiración de un proyecto común niega esa complejidad y solo puede ser fuente de polarización en el debate público y en la conversación (disputa) política. Si los proponentes del proyecto común diagnostican un déficit o un fracaso, entonces los antagonistas (enemigos, adversarios) son los que triunfan. Con ello se lee el mundo como un juego de suma cero: se tiene éxito o se pierde y otros ganan; se tiene poder o no se tiene nada y otros mandan.
Paralelamente, si la expectativa no se cumple aquí y ahora habría villanos a los que hay que castigar; si el movimiento fracasa entonces puede ser el "individualismo asocial" de los demás el que triunfa; y si la ciudadanía vota en contra de cambios radicales es por la ignorancia de lo que realmente le conviene. La simplificación de la complejidad es autoinmunitaria: ba con el reconocimiento de los propios logros y es: conde los avances sobre los cuales puede sostenerse el próximo intento.
En la literatura se han propuesto múltiples mecanismos descentralizados para conducir el cambio de maneras complejas, para manejar disensos con un mínimo de coherencia y perfilar un modus vivendi sin el peso teleológico de un "proyecto común". Varios de esos mecanismos se han implementado en Chile históricamente y en la actualidad. Explorarlos es vital para aprender de los resultados positivos y negativos de esas prácticas.
Si la conducción del cambio se atribuye a macroactores como la élite y los movimientos sociales (o el pueblo), se obtiene nuevamente una imagen demasiado simple de la complejidad que el Informe reconoce que Chile manifiesta.
Esta distinción entre élite y movimientos sociales o élite y pueblo, puede ser útil para algunos proyectos políticos que descreen del orden democrático liberal, como también lo es la distinción entre Estado y mercado que el Informe critica correctamente. Sin embargo, las consecuencias del uso de ambas distinciones como descripciones de mundo son una fuente de riesgo para todos y para la protección de los límites de tales democra= cias liberales. cias liberales..