Autor: JORGE WELCH Presidente Asociación de Emprendedores de Chile-ASEC
CARTAS: Impuesto invisible que asfixia a pymes
Señor Director: Mientras se discuten reformas tributarias en el Congreso, hay un impuesto no declarado, no progresivo y profundamente injusto que miles de emprendedores ya pagan todos los días: enfrentar un sistema que los sabotea desde el primer trámite. Hace unos días, Rosario Onetto y Carolina Bazán —reconocidas empresarias gastronómicas— denunciaron en este mismo espacio la absurda odisea que han vivido para obtener una patente de alcoholes en su nuevo local. Meses de espera, trámites repetidos y respuestas imprecisas. Lo preocupante es que no se trata de una excepción. Es la realidad de miles de emprendedores que intentan formalizar un negocio en Chile. Si a alguien con visibilidad y redes le ocurre esto, ¿qué queda para quien parte desde cero? En Chile se habla con urgencia de destrabar permisos para grandes inversiones. Hay mesas de trabajo, compromisos transversales y planes de reactivación. Pero poco se dice de las pymes, que enfrentan una burocracia igual de paralizante, pero sin prensa, sin lobby y sin plan dedicado. La es un impuesto invisible: no se cobra en una boleta, pero sí en tiempo, incertidumbre y frustración. Para muchos, la espera de una patente puede significar no abrir, no pagar sueldos, perder el único capital que tenían. En este ciclo electoral, urge que todos los candidatos se comprometan con medidas concretas: ventanillas únicas reales, plazos vinculantes, digitalización total y rendición de cuentas efectiva. Porque emprender ya es bastante difícil como para tener que pelear, además, contra el sistema.