Francia abraza a la derecha radical
Una semana de las elecciones legislativas en Francia, el Presidente Emmanuel Macron intenta, aparentemente sin éxito, frenar el avance de la extrema derecha. Las encuestas sugieren que el movimiento Rassemblement National (RN) cuenta con 35,5 por ciento de intención de voto en primera vuelta y ganaría con cierta comodidad.
Tal como ocurrió, por cierto, en las elecciones para el Parlamento Europeo del 9 de junio, donde la agrupación liderada por Marine Le Pen casi duplicó a Macron y su movimiento de centro liberal, Ensemble, lo que empujó al mandatario a disolver la 'mblea Nacional, donde tenía mayoría relativa. En segundo lugar de los sondeos se ubica el Nuevo Frente Popular (NFP) la recién constituida coalición de izquierdas que agrupa ala Francia Insumisa, ecologistas, socialistas y comunistas, con el 29,5 por ciento. Recién en tercer lugar aparece Ensemble, con el 19,5 por ciento y un riesgo cierto de que sus candidatos se queden fuera de la segunda vuelta del 7 de julio.
Se ha vuelto un tópico, a partir del progreso electoral de RN y otras agrupaciones de orientación similar —como AfD en Ale- “Los electores están dispuestos a darle una oportunidad a la extrema derecha, advierte el Financial Times, después de haber intentado todo lo demás”. Mania, Vlaams Belang en Bélgica, el Partido de la Libertad (FPO) en Austria o los Hermanos de Italia, de Giorgia Meloni— atribuir el crecimiento de la ultraderecha al rechazo a la inmigración, o al avance del islam. Sobre todo porque el voto dederecha radical se ha hecho fuerte, primero, en las zonas menos desarrolladas, como el campo y los viejos distritos industriales en de dencia, en Francia, o la antigua Alemania comunista. Las elecciones europeas mostraron, sin embargo, que dichas preferencias han avanzado también hacia las clases medias, y que el «cordón sanitario»en torno alacultra» se había roto.
Ahora, una encuesta de Ipsos para Financial Times, en Francia, muestra que los electores, además, creen que Le Pen y su partido serían más capaces en la gestión de la economía, en asuntos como mejora del nivel de vida, gestión del déficit fiscal y reducción de impuestos. Sorprendentemente, los consultados creen que RN sería más eficaz en la reducción del desempleo, que ha sido, justamente, uno de los grandes éxitos de la administración de Macron. Otra encuesta, publicada el sábado, señala también que el programa económico de RN es mejor percibido que el de la izquierda o el del oficialismo.
Economistas prestigiosos han advertido que las propuestas de la derecha, como rebajar el IVA sobre la energía y el combustible, o revertir el alza de la edad de jubilación, son “fiscalmente irresponsables”, no están financiadas y sólo profundizarán el déficit.
Pero miembros del equipo de Macron, citados por el periódico británico, señalan que el mensaje de las encuestas coincide con el que reciben al hacer campaña: que los votantes han abrazado a Le Pen porque se sienten frustrados con las experiencias recientes —como los socialistas bajo Francois Hollande y luego Macron—, y porque el desorden de la izquierda no los transforma en una opción creíble o coherente. Los electores están dispuestos a darle una oportunidad a la extrema derecha, advierte el Financial Times, después de haber intentado todo lo demás.