Autor: Marcelo Sánchez, Fundación San Carlos de Maipo
COLUMNAS DE OPINIÓN: Por los niños que no celebran
COLUMNAS DE OPINIÓN: Por los niños que no celebran Por los niños queno celebran Marcelo Sánchez, Fundación San Carlos de Maipo gosto es el mes de la niñez. Pero para miles de niños en nuestro país no hay otivos para celebrar.
No sólo no hay torta ni juguetes, hay abandono, violencia, miedo y una creciente soledad que sustituye las relaciones personales por las pantallas o por las drogas. 700 mil escolares presentan inasistencia grave y cerca de 50 mil abandonan el sistema educativo cada año. El crimen organizado ha encontrado en ellos una herramienta extorsiva: los reclutan, rompen familias y comunidades, y los usan como vigías, soldados, incluso como micro traficantes. Vidas arrebatadas para ser zombies. Niños con un "fierro" en las manos antes de aprender a leer. Niñas en redes de explotación sexual, vulneradas con total impunidad, incluso donde deben ser protegidas por el mismo Estado que las separó de sus padres. En 5 años las denuncias por explotación sexual infantil se han triplicado.
Se estima en cerca de 6 mil las víctimas actuales, sin oferta para rehabilitar, como los 41 mil niños en listas de espera en el Servicio de Protección o los 14 mil niños sin cupo en salud mental, o los más de 3 mil "inimputables", invisibles al sistema, sin programas que ayuden a interrumpir oportunamente sus trayectorias delictivas, e incluso a los 40 mil que delinquen cada año, que cuando hay programas que funcionan, apenas llegan al 10% que lo necesita. Niños que murieron por violencia en sus familias o aquellos que cayeron en la calle, portando un arma o víctimas de una bala loca. Entre 2018 y 2024 fueron asesinados 359 niños y adolescentes, de ellos 129 tenían menos de 15 años, una estadística que los saca de su anonimato con la muerte. También están aquellos que vieron morir alguno de sus padres acribillados, a los que mataron fuera de su colegio, los que se quitaron la vida por el acoso escolar. No hay conmoción nacional, no hay duelo colectivo. Sólo silencio y, algunas veces, excusas. Cientos de miles en trabajo infantil de riesgo, sin ir al colegio o dañando su frágil cuerpo.
La paradoja es que tenemos leyes especializadas en niñez, sistemas en plena instalación, oferta pública amplia, sin embargo, las leyes no cuentan con mecanismos que las hagan efectivas. ¿Por qué -entonces en lugar de celebrar la niñez no nos preocupamos de cumplir con lo básico?, de partir protegiendo a cada niño que estamos perdiendo. Este agosto no es para celebrar. Es para actuar. para celebrar. Es para actuar..