Lula apuesta al G20 para recuperar prestigio internacional después de varios tropiezos
EN RANAS ANO Lula apuesta al G20 para El mandatario brasileño preside desde esta mañana la cumbre de líderes mundiales, donde pondrá en primer plano la agenda social.
Marcelo Silva de Sousa/La Nación (GDA) 1 gobierno del presidente Lula da Silva busca aprovechar su gran momento en Río de Janeiro: Brasil presidirá, a partir de hoy, la reunión de jefes de Estado del G20, evento con. El que, antelos ojos del mundo, intentará mostrarse como un socio confiable para trabajar en las agendas globales.
La presidencia brasileña planteó una agenda ambiciosa con tres principales objetivos para debatir: inclusión social, reforma de las instituciones internacionales y transición energética En el primero de los dos días, y tras recibir junto a la primera dama Janja da Silva a los líderes extranjeros en el Museo de Arte Moderno de Río de Janeiro (Ma M), Lula lanzará formalmente la Alianza Global Contra el Hambre y la Pobreza La iniciativa, a la que ya adhirieron más de 40 países y organizaciones internacionales, busca acelerar los esfuerzos en la lucha contra el hambre y la desigualdad hasta 2030, y será uno de los principales hitos de la presidencia del G20. “Hay una movilización de los países para lograr resultados efectivos”, explicó Mauricio Lyrio, sherpa brasileño, quien señaló que la alianza tendrá una estructura de secretaría con su sede principal en Roma. La iniciativa funcionará como una plataforma pa ctar países, instituciones financieras y organismos internacionales con el fin de implementar una canasta de políticas públicas de probada. Se espera que cuente, entre otros recursos, con fondos del Banco Mundial, socio de la alianza. La administración se enorgullece de que, pese a las enormes diferencias entre las potencias y los conflictos geopolíticos, alo largo del año consiguió aprobar más de 40 documentos a nivel ministerial. “ posible desbloquear el proceso de de nes y obtener resultados”, afirmó Lyrio.
La expectativa del Palacio del Planalto es que también haya consenso para incluir el llamado “impuesto a la riqueza” en la declaración final, un impuesto universal del 2% sobre las mayores fortunas planeta: rias elaborado por el economista francés Gabriel Zucman, pese a la resistencia de algunos países, como la Argentina Hoy por la tarde, en la primera jornada del encuentro de líderes, habrá una segunda sesión para discutirlla reforma de la gobernanza global, un tema espinoso sobre el que no se esperan grandes avances. La propuesta brasileña consiste en debatiruna modernización de las principales instituciones internacionales, como el Fondo Monetario Internacional y las Naciones Unidas, donde Lula insiste en reformar el Consejo de Seguridad. El gobierno quiere buscar una gobernanza más “justa y eficiente”, ya que la composición actual fue ineficiente para evitar la guerra entre Rusia y Ucrania y el conflicto en Gaza. Se espera que la declaración final de deres, documento que consolidará los re: sultados dela presidencia brasileña, sea ne: gociada hasta el último minuto.
La cancille ría brasileña advirtió que, aunque muy rele vante, su presidencia ya ha “dado muchos resultados y decisiones a lo largo del año”, restándole al texto un carácter esencial En la declaración final se prevé un mensaje en favor de la promoción de la paz en los conflictos globales, sin menciones específicas a guerras ni protagonistas. “La negociación de paz no es un tema de la cumbre”, advirtió Lyrio.
El profesor del Instituto de Relaciones Internacionales de la Fundación Getulio Vargas (FGV), Pedro Brites, comentó que recibir el G20 tiene de por sí un “simbolismo muy grande” para Brasil, independiente de los resultados de la próxima semana.
“Una de las metas del gobierno de Lula era recuperar el prestigio internacional y, en cierta manera, solo recibir el G20 con la presencia de los presidentes de Estados Unidos y China habla de una recuperación del reconocimiento y credibilidad”, expresó Brites.
En política exterior, la tercera administración de Lula ha quedado hasta ahora marcada por más tropezones que aciertos, a diferencia de sus primeros dos períodos (2003-2011), en los que el presidente de Brasil se convirtió en una suerte de líder regional. El martes, en el segundo y último día, los jefes de Estado discutirán alternativas para el desarrollo sostenible y transiciones energéticas. Tras eso, habrá una sesión de clausura y transmisión de la presidencia del G20 de Brasil a Sudáfrica, que ocupará ese rol en 2025. Esencialmente el gobierno de Lula se benefició en la comparación con su antecesor, Bolsonaro, quien tuvo un canciller, Ernesto Araújo, que llegó a jactarse públicamente de que el país fuera considerado “paria” internacional, recordó Brites.
Pero Lula no encontró un discurso adecuado ni confiable para mediar en el conflicto de Rusia y Ucrania, en el que siempre fue visto con desconfianza por su condena tibia al gobierno de Vladimir Putin, y tampoco en la guerra en Gaza, donde comparó la acción israelí al Holocausto nazi.
Tampoco en el caso de Venezuela, donde el gobierno brasileño intercedió para intentar garantizar un proceso electoral transparente y terminó siendo engañado por el gobierno de Maduro, a quien en un primer momento intentó defender al asegurar que era “víctima de una narrativa”. “Brasil puso en la agenda del G20 y en la conferencia climática del año que viene en Belém sus dos grandes hitos de la polí. Tica externa. A partir de estas dos reuniones sabremos el legado del tercer gobierno de Lula en política exterior”, agregó el profesor de la FGV.