Crisis de autoridad en las aulas: la violencia contra docentes se dispara y revela una fractura estructural en la educación chilena
Crisis de autoridad en las aulas: la violencia contra docentes se dispara y revela una fractura estructural en la educación chilena profesores también se ha transformado en una fuente de conflicto”, asegura. académico de la Universidad Andrés Bello, la situación responde a un cambio de paradigma. “Venimos de una estructura vertical donde el profesor era incuestionable. Hoy, los estudiantes se perciben como sujetos de derecho y exigen con fuerza, incluso notas y aprobaciones, generando fricciones constantes”, señala. Lo que para muchos era un avance hacia una educación más democrática y participativa, también ha tenido consecuencias no previstas: el debilitamiento del vínculo jerárquico y simbólico entre docentes y alumnos.
“Claramente ya no ven la verticalidad como la veíamos generaciones atrás”, agregó Catalán a la Tercera. peso del contex familias, políticas y El to: precarización Carmen Gloria Zúñiga, doctora en Educación y jefa del programa de postgrado en la Universidad Católica, sostiene que la crisis de autoridad refleja una tensión cultural más profunda: “Lo de la autoridad docente es solo una expresión de problemas sociales mucho más amplios. La relación de los los apoderados con La experta cuestiona discursos como el de “yo decido la educación de mi hijo”, que tienden a instrumentalizar a la familia como cliente y al profesor como proveedor. “Se pierde el valor profesional del maestro. Eso, sumado a la sobrecarga laboral, debilita emocional y operativamente al docente”, explica. Las cifras parecen respaldar estas afirmaciones. Según datos de Ingreso a la Educación Superior 2025, las carreras de Pedagogía cayeron un 1,5% respecto al año anterior, sumando así siete años consecutivos de descenso. El fenómeno no es menor: se proyecta que para 2030, Chile podría enfrentar un déficit crítico de docentes en diversas áreas clave del sistema escolar. A ello se suma otro dato alarmante: solo el 15% de los profesores chilenos considera que su trabajo es socialmente valorado, según un estudio de la OCDE de 2018.
En contraste, el promedio de esa percepción entre los países miembros asciende al 26%. “Cuando la voz del docente deja de sonar con respeto en el aula, se erosiona el pilar mismo del aprendizaje”, advierte el académico español Francisco Imbernón, experto en formación docente y miembro de la Universidad de Barcelona.
“Alumnos agreden a profesor que los habría sacado de la sala por decir un garabato”, “Docente resulta acuchillado intentar tras separar a dos alumnas”: titulares que hace solo una década habrían sido excepcionales hoy aparecen con preocupante frecuencia en medios de comunicación nacionales. Lejos de ser hechos aislados, estos episodios son parte de un patrón sostenido de conflictividad dentro de los establecimientos educacionales del país, donde la autoridad docente parece diluirse a pasos acelerados. Entre enero y marzo de la Superintenden2025, cia de Educación registró 2.501 denuncias por violencia escolar, lo que representa un aumento del 14,2% respecto al mismo periodo de 2024.
De esas, una proporción creciente involucra agresiones directas a docentes por parte de estudiantes, situación que, según los gremios del sector, es solo “la punta del iceberg”. “Cada vez son más frecuentes estos casos y casi a diario recibimos reportes de situaciones muy delicadas.
Las que llegan a los medios son las más graves, pero hay muchas otras que quedan invisibilizadas”, advierte Mario Aguilar, presidente del Colegio de Profesoras y Profesores de Chile. la obediencia natuDe ral cuestionamiento al permanente Para Juan Pablo Catalán, Agresiones físicas, desautorización sistemática y fuga de vocación: la docencia en Chile enfrenta una crisis profunda marcada por el deterioro de la autoridad pedagógica. Expertos y cifras confirman que ya no se trata de casos aislados, sino de un fenómeno estructural con implicancias sociales y culturales de largo alcance.
EL PROBLEMA, SIN EMBARGO, VA MÁS ALLÁ DEL AULA.. Crisis de autoridad en las aulas: la violencia contra docentes se dispara y revela una fractura estructural en la educación chilena LA VIOLENCIA COMO FORMA DE SUSTITUCIÓN DE AUTORIDAD Pablo Neut, investigador chileno en la Universidad Autónoma de Barcelona, ofrece una mirada crítica: “Donde no hay autoridad legítima, emerge otro tipo de orden: la violencia, el autoritarismo o el paternalismo”, resume. Y señala que muchas prácticas pedagógicas antes consideradas normales, hoy son vistas como autoritarias, sin que se haya reemplazado ese vacío por nuevas herramientas formativas. “Muchas universidades siguen centrando la formación en lo académico y no en habilidades de gestión emocional, resolución de conflictos o liderazgo en contextos adversos. Es una falla estructural”, denuncia Zúñiga. La situación chilena no es única. En distintos países se observa una desvalorización de la profesión docente alimentada por políticas tecnocráticas que han despojado de autonomía al profesor. Según Imbernón, “la estandarización curricular, la fiscalización excesiva y la presión por resultados han debilitado el juicio profesional docente”. Aun así, existen ejemplos esperanzadores.
“En los países nórdicos, donde se valora la formación continua, la autonomía profesional y el liderazgo la autoridad distribuido, pedagógica ha logrado preservarse”, comenta el académico. ¿Cómo recuperar la autoridad del docente? Los expertos coinciden en que el problema no se soluciona solo con castigos más duros o con cámaras en las aulas.
Se necesita una estrategia integral que incluya: Reformar la formación inicial docente con enfoque en convivencia, salud mental y justicia social, implementar modelos de liderazgo distribuido, como sugiere el Informe GEM 2024-25 de la UNESCO, respromover modelos taurativos de disciplina, enfocados en la reflexión, la reparación y el diálogo, revalorizar social y económicamente la profesión docente, con mejoras salariales, estabilidad laboral y participación en el diseño de políticas educativas, y establecer mecanismos de colaboración efectiva entre apoderados, docentes y directivos, alineando la autoridad familiar y escolar. “La autoridad no puede basarse en el miedo. Debe construirse en la coherencia ética, en la competencia profesional y en la calidad del vínculo pedagógico”, señala Mario Aguilar. Lo que está en juego es más que la disciplina de una sala de clases: es el tejido moral de la escuela como comunidad de aprendizaje. Recuperar la autoridad del profesor no implica volver al autoritarismo, sino reconocer que sin una figura docente sólida, respetada y valorada, el sistema educacional se tambalea. Como advierte el investigador Pablo Neut: “El aula es un espejo de la sociedad.
Si allí se pierde el respeto por el saber, por el otro, por el rol de guiar, entonces estamos enseñando sin enseñar”. Y si la enseñanza pierde su brújula, también lo hace el futuro de una sociedad que necesita más que nunca de pensamiento crítico, diálogo y convivencia. Y para eso, el respeto al profesor no es opcional: es esencial. Violencia escolar en Tarapacá: Aumentan las denuncias por agresiones a docentes en 2025. Durante el primer trimestre de 2025, la Superintendencia de Educación recibió un total de 84 denuncias en la región de Tarapacá, de las cuales 56 (66.6% ) correspondieron al ámbito de convivencia escolar.
Este número representa un aumento significativo en comparación con el mismo período del año anterior, donde se registraron 62 denuncias, evidenciando un incremento de 35.5%. Dentro de las denuncias por convivencia escolar, se destacan 25 casos de maltrato a párvulos y/o estudiantes, 16 por discriminación, 9 relacionadas con medidas disciplinarias, 4 por situaciones de connotación sexual y 2 por maltrato a miembros adultos de la comunidad educativa. Este último dato es especialmente preocupante, ya que refleja agresiones directas hacia docentes y otros adultos en el entorno escolar. A nivel nacional, la Superintendencia de Educación reportó 2.501 denuncias durante el primer trimestre de 2025, lo que representa un aumento del 14.2% en comparación con el mismo período de 2024. Las denuncias por maltrato a miembros adultos de la comunidad educativa aumentaron en un 121.2%, pasando de 33 casos en 2024 a 73 en 2025.
El director regional de la Superintendencia de Educación en Tarapacá, Jaime Arenas, señaló que este incremento puede deberse a múltiples factores, como un mayor conocimiento de los derechos por parte de estudiantes y apoderados, así como a problemas de socialización que persisten desde la pandemia.
La seremi de Educación de Tarapacá, Carolina Vargas, expresó su preocupación por las dificultades que enfrentan los establecimientos educativos en materia de convivencia y salud mental, destacando que este es uno de los principales desafíos para la gestión educativa postpandemia.
Este aumento en las denuncias por violencia escolar, especialmente aquellas que involucran agresiones a docentes, subraya la necesidad urgente de implementar estrategias efectivas para prevenir y abordar estos conflictos, promoviendo una cultura de respeto y convivencia en las comunidades educativas de Tarapacá. UN FENÓMENO GLOBAL, UNA CRISIS NACIONAL.