Hiperconexión y soledad
El pasado mes de junio, la Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió que una de cada seis personas en el mundose ve afectada por la soledad y alertó que alrededor de 871.000 muertes anuales en el planeta están relacionadas con esta problemática.
Aunque estas cifras no resultan muy alentadoras, es necesario comprender qué entendemos por soledad para poder avanzar en este análisis; la soledad es, en esencia, la discrepancia entrelasrelaciones socialesquese desean tener y las que realmente se tienen.
Una persona puede experimentar la soledad incluso estando rodeada de otra gente, ya que este sentimiento también tiene un componente subjetivo, lo cual invita a reflexionar no solo esfera íntima del individuo, sino también a través de una mirada más estructural de la sociedad actual.
Sibien hoy, más que nunca, los seres humanos están conectados gracias a la tecnología, al mismo tiempo se sienten más solos, ejemplo de ello es lo que ocurre con los jóvenes, quienes presentan altos indicadores de soledad, manteniendo relaciones cada vez menos profundas e íntimas. Esta conexión ha sido, en muchos casos, reemplazada diseñadas precisamente para generar adicción.
Bastacon observar cómoel teléfono móvil se ha transformado en un objeto tan preciado que parece imposible de soltar, al punto de sustituir incluso las conversaciones telefónicas por mensajes escritos o audios que limitan la interacción genuina. Por otro lado, el modelo económico imperante promueve la competencia por sobre la colaboración, lo que incrementa el riesgo de aislamiento. Esto contribuye a una visión egocéntrica centrada en las propias necesidades, dejando de lado las problemáticas del entorno.
Es necesario dejar de manifiesto que la soledad no sólo genera problemas a nivel de salud mental como, por ejemplo, trastorno depresivo, sino también a nivel físico, ya que los altos niveles de cortisol posibilitan enfermedades cardiacas que pueden generar muertes prematuras. Es a construir comunidad desde la colaboración y no desde la competencia, abriendo espacios para hacer cosas con otros y no solo en solitario. Este desafío es posible si secomprenden los beneficios quetiene lo colectivo versus lo individual. Ivonne Maldonado, Universidad de Las Américas