Los trazos internacionales de la ilustradora Maria Jesús Contreras
Los trazos internacionales de la ilustradora Maria Jesús Contreras Los trazos internacionales de la ilustradora María Jesús Contreras PASA SUS DÍAS ENTRE CHILE, ESTADOS UNIDOS Y JAPÓN. EL LUGAR NO IMPORTA, PORQUE ENTRE SUS CLIENTES SE CUENTAN GUCCI, HERMÈS, APPLE Y DIFERENTES PERIÓDICOS ESTADOUNIDENSES.
SOBRE EL RITMO DE TRABAJO QUE LA HA LLEVADO HASTA ESTE PUNTO, CON MÁS DE 12 HORAS DE TRABAJO DIARIO, ASEGURA: "SIEMPRE VIVO TRABAJANDO COMO SI FUESE EL ÚLTIMO DÍA DE MI PEGA". POR Juan Toro. FOTOS: Sergio Alfonso López. L as ranas pueden sentarse en una elegante silla de restaurante, pueden jugar a ser cupido, bailar, recrear el Mago de Oz o ir al gimnasio. Todo en colores claros y con un innegable sentido del humor.
Así es parte de la obra de la ilustradora chilena María Jesús Contreras, la misma que hoy es publicada cada semana en The New York Times y medios como The Washington Post, New Yorker y que sus clientas incluyen a marcas como Apple, Gucci, Hermès o McDonald's. --Soy muy buena para mandarme a cambiar. Así que si veo mucho a la misma gente, me quiero ir y sufro un poco. Estar muy cerca de mis amigos, de mi familia no me gusta. Necesito distancia. Al final, me comunico mejor a través de los dibujos. Es la manera que no me provoca tanta ansiedad --dice Contreras, mientras de fondo suena un vinilo con la banda sonora de "El viaje de Chihiro", de Hayao Miyazaki.
Está sentada en la terraza de su departamento en Providencia un lunes de febrero, pero pronto deja el lugar y volverá a su casa en Miami, donde se quedará por seis meses, antes de irse a su tercera casa, en Kioto, Japón. Pero si los dibujos son una forma de comunicarse, es fácil decir que Contreras no para de hablar. El mesón de la cocina está cubierto solo de algunas de las publicaciones impresas que ha tenido el último tiempo en medios estadounidenses y europeos.
Justo en frente, está el espacio de oficina que comparte con su marido, psiquiatra, y su escritorio donde el computador y la tableta de dibujo están funcionando más de 12 horas diarias: --Sufro mucho de ansiedad, a niveles que no puedo funcionar si no estoy ocupada haciendo algo. Mientras estoy dibujando, no estoy pensando en mí misma ni en gente ni nada. Estoy tratando de separarme de mi mente lo más posible. --¿ Por eso sus dibujos son graciosos pero con un elemento inquietante? --Sí, siempre hay algo así. Lo que pasa es que la vida es demasiado absurda y necesito sentirme cómoda con eso. A veces siento que soy una persona muy alegre y es una contradicción constante. Tratas de ser serio, pero al final te tienes que confrontar con tu propio absurdo. Intento ser lo más honesta, la gente quiere ver algo lindo y alegre porque la vida ya es demasiado feliz.
Pero a la tercera vuelta puedes ver la expresión de mis personajes que quizás no lo están pasando tan bien, porque es un poco así la vida. *** Mientras crecía, las artes plásticas y los dibujos no estaban tan cerca de María Jesús Contreras. En el campo de su familia, en Temuco, recuerda, las artes entraban desde lo práctico. Su madre es agrónoma y su papá se dedica a la agricultura en plantaciones de papas y criando animales. --Mis papás son artistas en sus rubros. Son artistas para resolver cosas. Creo que no hay nada más artístico que resolver problemas con lo que hay. Mi papá saca una llanta, la corta, la amarra y así arregla la manguera para seguir regando. Me parece lo más poético de crecer en ese ambiente. No lo cambiaría. La idea de dibujar llegó a través de la tele. "¡Oye, Arnold! ", de Nickelodeon, y las animaciones japonesas que transmitía CHV por las tardes: --La tele era la ventana al mundo que yo tenía. Aunque después pienso que hay algo del color de los letreros del barrio del sur. Para llamar la atención, todos los locales hacen algo, para que escojas una de las 200 verdulerías. Esa idea del cartel y la saturación me hacía mucho sentido.
En el colegio, recuerda, sus profesores se percataron de su habilidad para el dibujo y solía hacer las tareas de artes de otros: --Pero siempre estaba esta circunstancia en la que esto nunca se haría realidad. --¿ No pensaba que podría ser ilustradora? --Yo era muy fantasiosa. Entonces, pensaba que obvio en algún momento yo me convertiría en Britney (Spears) y solo debía descubrirme alguien mientras yo estaba metida en el barro. Pero después se me olvidó y me enfoqué en estudiar, dar la PSU, ser buena alumna, entrar a la universidad. Sus padres, recuerda, eran estrictos en lo académico. Con eso en mente y por aprovechar su buen puntaje en la prueba de admisión, entró a estudiar Ingeniería en la Universidad Santa María: --Fue un drama. Llegaba llorando todos los días porque no entendía programación. Mi papá ahí me dijo "no voy a seguir pagándote una carrera que la estás sufriendo tanto". Ahí me cambié a Diseño en la Católica. Y aunque sentía la presión de ser la mejor, por ser su segunda. Los trazos internacionales de la ilustradora Maria Jesús Contreras - 1 Li L -,, _.. -% Contreras estudió Diseño en la Universidad Católica. -4 1. Los trazos internacionales de la ilustradora Maria Jesús Contreras carrera, Contreras terminó por acercarse desde el diseño al mundo de la ilustración: --Agradezco la disciplina que me metieron mis papás. Son de mucho esfuerzo y siento que yo no sé hacer las cosas de otra manera que no sea esa. Cuando la gente me dice que soy talentosa, siempre pienso que no. Solo llevo mucho tiempo haciendo muchos dibujos.
Si pasaras todo el día, pero de verdad todo el día, haciendo lo mismo, probablemente serías exactamente igual de bueno o mejor que yo. *** "¿ Esto es una estafa?", fue la primera respuesta que envió María Jesús Contreras cuando recibió el correo electrónico de la plataforma digital Wetransfer, el 27 de enero de 2020.
Querían utilizar una de sus ilustraciones para su sistema de envíos de archivos, algo que le daría a su trabajo una vitrina a 5 millones de personas al día por un mes: --Pensé que era el típico correo de los que llegan ofreciéndote miles de dólares, obvio que debía ser spam porque yo no soy nadie. Pero era real y acepté. La oportunidad no llegó de la nada. Desde que estaba terminando la carrera de Diseño que ya tomaba trabajos de ilustración.
En ese momento trabajaba para una viña y, al mismo tiempo, hacía sus dibujos y los publicaba en el mismo Instagram que utiliza hasta hoy: --Desde esa oportunidad, llegó una cascada de directores de arte de todo el mundo pidiéndome cosas. Hace una pausa y agrega: --Igual todos los días me despierto pensando que hoy puede ser el día que se acaba el trabajo y hasta aquí llegué. Siempre vivo trabajando como si fuese el último día de mi pega. Por eso sus horarios no son los más comunes. Comienza a trabajar a las cinco de la mañana, hace pausas para comer y puede seguir hasta las doce de la noche o la una de la madrugada. No hay otra forma, su trabajo se debe acomodar a los horarios de sus clientes en el extranjero: --Es muchísimo, pero me encanta. Lo estoy pasando bien mientras dibujo, siempre.
Aunque en un comienzo dudó de los motivos por los que medios europeos podían estar buscando su trabajo: --Al principio eran hartos clientes de Inglaterra y Francia, y pasé los primeros tres años de eso creyendo que era solamente porque querían llenar algún cupo de diversidad, como que quizás buscan a una latina, alguien de un país tercermundista. Tuve esa inseguridad por mucho tiempo. Pero la única manera de combatir la inseguridad, de pelearla, era seguir haciendo material. Así aprendí que no hay nada más lindo que estar orgullosa de donde uno viene y de las referencias que tengo. Hasta hoy, asegura, le parece inverosímil abrir la bandeja de entrada de su correo electrónico y ver The New York Times, The Washington Post y marcas de moda pidiendo alguna de sus obras.
Tampoco ayuda que en un tono muy formal, y conociendo su obra, le pidan cosas como un pollo bailando en toalla sosteniendo un secador de pelo: --Y tengo que responder: "Por supuesto, no hay problema". A veces no me hace sentido que este realmente sea mi trabajo. Pero lo es. Y a pesar de ser tan negativa, cada día agradezco que mi trabajo es dibujar, porque no me la creo. *** María Jesús Contreras sale poco de su casa. Y cuando tiene tiempo libre, pocas veces se despega de una pantalla. En los tiempos libres ve internet, juega Nintendo Switch o ve animé. Al enumerar sus pasatiempos, se ríe y dice rápido: --Soy una niña rata (joven que pasa mucho tiempo jugando en internet), que pasa todo el día en su casa. No soy la persona súper intelectual que se dedica al arte. --¿ Una hija del internet? --Totalmente, soy una hija del internet. Literalmente, vivo del internet. Como era del campo, aún recuerdo la primera vez que pude usar internet, con un chip que conectaba al computador con minutos limitados. Ese es un cuestionamiento que tiene desde el comienzo. Aún en el colegio, se planteó el estudiar arte, pero terminó por descartarlo: --No me sentía capaz de ser artista. Los artistas son intelectuales que entienden el mundo. No es lo mismo ser artista que "hacer monos". Nunca tuve la idea de ser artista, aunque en la retrospectiva, mis ilustraciones están un poco en ese borde. --¿ Hoy se considera artista? --No. No sé, yo dibujo. Lo que hago está en el medio de las artes, pero así como que mi trabajo sea arte, creo que no.
Todavía vive en mí la persona de cuatro años, que cree que tener un cuadro en un marco que huela a óleo metido en un museo húmedo es más arte que lo que hago. --¿ Por el soporte digital? --Un poco por el soporte digital, pero también por mi soporte de no tomarme la vida tan en serio. Cuando algo es concreto y lo toco, vive como un objeto físico, me da ansiedad y me quiero deshacer de él. Pero eso no significa que todo lo que hace Contreras sea totalmente físico. Su proceso creativo es una mezcla. En vez de utilizar las herramientas de los mismos programas digitales que utiliza para dibujar, cuando necesita hacer una línea recta, coloca una regla sobre.
Los trazos internacionales de la ilustradora Maria Jesús Contreras la tableta de dibujo, un vaso cuando necesita un círculo y toma fotos de papeles reales para dibujar encima de ellos: Es chistoso, pero así trabajo, y las líneas no quedan perfectas, pero me gusta eso.
En su rubro se han preocupado mucho de la inteligencia artiflcia4 ¿ cómo lo toma? Estuve preocupada, pero después pensé, ¿qué hubiese hecho si hubiese vivido el paso de los caballos a los autos? Qué ridícula me vería mirando hacia atrás, diciendo que mejor no cambiemos. Quizás la lA va a dibujar mejor que yo, pero ya. Quizás en algún momento me tenga que dedicar a otra cosa.
Renovar casas y arrendarlas igual me gusta mucho. *** El cuadro de Bal du moulin de la Galette, de Pierre-Auguste Renoir, Renoir, que se encuentra actualmente en el Museo de Orsay, en París, es una de las nuevas obras de María Jesús Contreras.
El propio museo le encargó una reversión de la pintura como parte de una nueva actividad, en que siete de sus cuadros más populares serán reversionados en ilustraciones: Es uno de los proyectos más grandes en los que estoy trabajando trabajando últimamente, entre otras cosas que no puedo decir.
Entre lo que sí se puede decir, se viene una nueva ilustración encargada para la marca de lujo Hermés y otra para Gucci que será estampada en pañuelos: Cuando me llegó el correo decía: “Gucci x María Jesús Contreras”, y de nuevo pensé que era una estafa. Sigo teniendo esa mentalidad parece. Ahora ya había enviado el dibujo a Gucci y me lo mandaron de vuelta, porque me pidieron que lo firmara. Eso es algo que encuentro increíble. No sé qué tanto le ven a mis dibujos, pero ahí están. Qué la llevó a apuntar a ese tipo de éxito por sobre cosas como exponer su propia obra? Si yo dibujo la carátula de un álbum, le doy valor a un músico.
Si hago el retrato de un famoso que va a estar en los Oscar, el honor es de esa persona. iIe RotaI óPrefiere tener un éxito que no la -J ponga a usted en el centro de atención? Claro. Básicamente, no sé por qué acepté acepté dar una entrevista dice riendo. Creo que es porque en mis sueños no soy tan tímida ni ansiosa. Al final termino haciendo lo más arriesgado e incómodo, que quizás no debería hacer ylo termino haciendo igual. Y no sé cómo, pero ha resultado bien. Siento que tengo que dar el 800% de mí, porque no sé si lo merezco, sobre todo pensando en todo el talento que hay en Chile. Y como no sé si lo merezco, al menos voy a hacer lo posible con mi trabajo por llegar a merecérmelo. Sobre el escritorio de Contreras, una figura de Godzilla tiene su anillo de matrimonio en la cola, es uno de los recuerdos de Japón que hay por la casa, junto con libros, revistas y figuras. Allá, en Kioto, la espera la casa que compró y renovó este año, que actualmente está arrendando. Algo similar hizo con su casa en Miami y otro departamento departamento en Santiago, que no es en el que vive. A pesar de las dudas, admite, su forma de trabajo ha dado sus frutos. Qué metas tiene afuturo? No hay futuro.
Me levanto, reviso mi mail, si es que puedo seguir dedicándome a lo que hago... Aunque si pienso en una gran ambición, me gustaría mucho alguna vez hacer una serie animada, como “iOye, Arnold!”. Entregarles a los niños del futuro algo distinto..