Autor: JOSÉ TOMÁS TENORIO LABRA
Ajustes “dolorosos” y un plan de renovación que no convencen hunden el respaldo a Starmer
Ajustes “dolorosos” y un plan de renovación que no convencen hunden el respaldo a Starmer Desde el inicio de su gobierno ha tratado de manejar las expectativas al advertir sobre el “agujero fiscal” que enfrenta Reino Unido, y constantemente recuerda que serán necesarias “medidas impopulares” para la “renovación nacional” que promete, pero el pesimismo con el que el laborista Keir Starmer describe el escenario actual del país y con el que parece guiar su agenda económica y fiscal está pasándole la cuenta al Primer Ministro.
Hace semanas que las encuestas entregan muy malas señales para Starmer, que acaba de cumplir tres meses en el poder, después de conseguir 403 de los 650 asientos de la Cámara de los Comunes, una mayoría más que cómoda que devolvió el gobierno a manos laboristas tras 14 años en oposición.
En su último estudio de popularidad, YouGov le da una aprobación del 25% y destaca que un tercio del electorado laborista está descontento con el inicio de su administración, mientras que otra encuesta publicada ayer por la firma reveló que un 59% de los británicos considera al gobierno de Starmer como “sórdido”. Pero es la presión interna tanto del gabinete como del Laborismo la que más fuertemente ha golpeado a Starmer.
Recientemente, tuvo que dejar ir a la jefa de personal de su despacho, Sue Gray, quien renunció el domingo en medio de una polémica por haber pedido un incremento de sueldo, que al parecer fue concedido, para situarlo en 170.000 libras (222.390 dólares) brutas anuales, 3.000 libras (3.924 dólares) más que el del jefe de Gobierno.
Gray había tra-El laborista ha sufrido caídas de popularidad y presiones internas:impuestos y gastos, que por un lado son claramente los votantes, y por la otra son los mercados financieros”, a quienes es crucial “no preocupar”. tar el crecimiento”, afirma a “El Mercurio” Paul Whiteley, experto en economía política y profesor emérito del Departamento de Gobierno de la Universidad de Essex.
Es que Starmer sigue haciendo hincapié en la idea de que los 14 años de gobiernos conservadores anteriores dejaron un “agujero negro” de 22.000 millones de libras (US$ 29.500 millones) que requerirá “sacrificios” por parte de su gobierno. Y aunque en varias ocasiones el Ejecutivo se ha resistido a entrar en detalle sobre posibles nuevosCRÍTICAS INTERNAS Un tercio de los laboristas dicen que están descontentos con el inicio de la gestión de Starmer. ESSERPECNARFrecortes, la ministra de Finanzas Rachel Reeves ya adelantó que planea ahorrar 5.500 millones de libras (US$ 7.380 millones) este año y unos 8.000 millones (US$ 10.700 millones) en 2025. Por su parte, el Primer Ministro volvió a dar señales de que su gobierno podría decidirse prontamente por un aumento de impuestos, a pesar de que durante toda la campaña rechazó esta idea.
En la conferencia de su partido advirtió que “el hecho de que todos queramos impuestos bajos y buenos servicios públicos no significa que se pueda ignorar la ley de hierro de que se deben financiar adecuadamente las políticas” públicas.
El Partido Laborista, explica Steve Schifferes, profesor e investigador honorario de la Facultad de Políticas y Asuntos Globales de la City University of London, necesita abordar “dos audiencias cuando se trata deEl gran dilema del gobiernoUn elemento que ya asoma como clave en ese escenario será la presentación a fines de octubre de los presupuestos para el próximo período.
La propuesta dará más luces sobre los planes en materia fiscal y económica de un gobierno al que sus críticos también le achacan la falta de medidas concretas para abordar temas como el costo de la vida o la crisis de servicios públicos, al menos en el corto plazo.
Presentar estos presupuestos no es una ta-rea fácil para un gobierno que se enfrenta a “un gran dilema”, dice Schifferes: “Por un lado, si quiere demostrar responsabilidad fiscal, va a tener que recortar gastos, y elevar impuestos hasta cierto punto.
Y por el otro, si quiere en el largo plazo estimular el crecimiento económico, eso va a tener que significar más inversiones tanto del sector privado como del gobierno en infraestructura”. Starmer, en tanto, sostiene que si bien esos presupuestos serán “dolorosos”, también serán necesarios para la “renovación nacional” en la que quiere avanzar. “Puede que los laboristas estén tratando de manejar las expectativas.
Si la gente piensa que va a haber deflación al aumentar los impuestos y recortar el gasto, y el presupuesto finalmente resulta ser algo no tan malo, entonces eso podría ayudar a que el público tenga más confianza”, dice Whiteley. bajado en una investigación independiente sobre las fiestas en Downing Street durante la pandemia cuando Boris Johnson estaba al frente del Ejecutivo.
Días antes, al cerrar la convención del partido, los militantes laboristas dieron un duro golpe a Starmer al aprobar una moción que exige al gobierno dar marcha atrás en su decisión de recortar subsidios de invierno a los combustibles para casi 10 millones de pensionados en el Reino Unido y mantener esta ayuda solo para los jubilados más pobres.
Además, parlamentarioslaboristas, sindicatos y asociaciones afines que apoyaron a Starmer en la elección que ganó criticaron la medida como parte de lo que ven como una política de austeridad en momentos en que el costo de la vida va en aumento y varios servicios públicos clave están sumidos en una crisis por falta de recursos.
Señales contradictorias sobre los recortesAunque Starmer prometió la semana pasada que su gobierno no tomará más medidas de aus-teridad particularmente en lo que respecta a servicios públicos como los sistemas de justicia, las prisiones y el Servicio Nacional de Salud (NHS, por sus siglas en inglés), el premier no logra calmar las críticas de sectores políticos, empresariales y de economistas que lo acusan de proyectar una imagen demasiado pesimista del país. “El gobierno parece haberse sobrepasado con su imagen de pesimismo y desesperación. Esto ha afectado la confianza de los consumidores, y perjudicará su objetivo principal de aumen-. Los críticos del Primer Ministro británico lo acusan de proyectar un escenario demasiado pesimista ante las dificultades económicas. El laborista ha sufrido caídas de popularidad y presiones internas: R asumió como Primer Ministro el 5 de julio.