El persecutor que quiso “pinchar” el celular de Boric y allanar La Moneda
El persecutor que quiso “pinchar” el celular de Boric y allanar La Moneda El persecutor que quiso "pinchar" el celular de Boric y allanar La Moneda Además de la causa que tiene como protagonista a Karol Cariola, el fiscal ha "incomodado" con diligencias en otras causas que han estado a su cargo, como ProCultura, Sierra Bella y la referente a la compra de la casa de Allende. O ------------------------------------ El fiscal Cooper también solicitó allanar La Moneda e incautar el celular de Miguel Crispi.
María Catalina Batarce María Catalina Batarce Aunque la principal motivación tras el intento de remoción del fiscal regional de Coquimbo, Patricio Cooper, fue la forma en que el persecutor ha dirigido la investigación en contra de la diputada comunista Karol Cariola, su estilo de investigación ha levantado alertas en La Moneda.
Y es que incluso antes de que se abriera la investigación en contra de la otrora presidenta de la Cámara de Diputados, desde el PC se había reprochado la fórmula utilizada por el persecutor en la indagación de la fallida compra venta de la exClínica Sierra Bella. Ahí asomaba como principal imputada la exalcaldesa Irací Hassler, pero finalmente el Ministerio Público comunicará su decisión de no perseverar.
Se reprochó, por lo mismo, que se mantuvo abierta una indagación contra la exjefa comunal pese a que no se advertían delitos. "Esta causa, sin duda que se podría haber cerrado mucho antes, sin embargo, se mantuvo abierta hasta después de las elecciones municipales", comentó Hassler al conocerse la definición. Pero esas no han sido las únicas causas comandadas por Cooper que han tenido como foco a figuras oficialistas.
De hecho, cuando aún estaba a la cabeza de la investigación del denominado caso ProCultura -ahora encabezado por el fiscal Juan Castro Bekios-, fue quien logró pinchar el teléfono de la psiquiatra Josefina Huneeus y interceptar una llamada que esta sostenía con el Presidente Gabriel Boric. Si bien posteriormente la Corte Suprema declaró ilegales dichas diligencias y ordenó que se borraran, fueron las que lo motivaron -previamente a intentar obtener autorización para intervenir el teléfono del propio Mandatario. En ese momento, cabe recordar, el persecutor fundaba la petición en que Boric, eventualmente, podría haber tenido más antecedentes del caso, aunque el Juzgado de Garantía de Antofagasta se opuso. Eso sí, Cooper logró visto bueno para interceptar, en el marco de la misma indagatoria, las comunicaciones de Miguel Crispi, exjefe de asesores del Segundo Piso de La Moneda. No tuvo la misma suerte, eso sí, con la petición para allanar La Moneda e incautar el celular del sociólogo y exdiputado. A propósito de estos sucesos fue que desde el Ejecutivo no escondieron su preocupación y, de hecho, se deslizó por parte de las autoridades que el Ministerio Público tendría que fundar sus peticiones. Incluso, se denunció a la ministra Macarena Lobos por supuestamente intentar incidir en las determinaciones de un ente autónomo. De ProCultura a la casa de Allende Y los "dolores de cabeza" no terminaron ahí.
Pues las pesquisas de Cooper en ProCultura, particularmente el pinchazo a Crispi, lo llevaron a abrir otra indagatoria referente a actuaciones de figuras de gobierno, la relativa a la ahora fallida compraventa de la casa del exPresidente Salvador Allende.
En medio de la indagatoria, a los investigadores les llamó la atención una llamada que el militante frenteamplista recibió de su madre, Claudia Serrano, ya que ahí comentaban sobre el "bochornoso" proceso que le costó la renuncia a la exministra Marcela Sandoval y sobre eventuales "presiones" de la entonces senadora Isabel Allende, quien fue finalmente destituida del cargo. Ha sido bajo esa indagatoria, que aún sigue desformalizada, que Cooper incluso le tomó declaración al Presidente Gabriel Boric y a una serie de otros funcionarios de gobierno, incluidos varios ministros de Estado.
Además, intentó sin éxito allanar La Moneda, con miras a obtener documentación de asesores; el Ministerio de Defensa, dado el rol en la compra de la entonces ministra de Defensa Maya Fernández; y también el Congreso, para ingresar a las oficinas de Isabel Allende. O.