Estos errores comunes de los padres pueden afectar la convivencia escolar de sus hijos
Estos errores comunes de los padres pueden afectar la convivencia escolar de sus hijos LO QUE NOSE DEBE HACER:Pensar que cualquier situación conflictiva que ocurre en el colegio es bullying o amenazar directamente a los apoderados del estudiante con el que se tiene un problema son ejemplos de errores que afectan la armonía en el aula. escolar o directivos, así como sus mismos padres.
Los estudiantes tienen que aprender que pedir ayuda es positivo, que tienen que defender sus derechos y el de sus compañeros, en caso de que también estén involucrados, con el fin de cortar el círculo de violencia desde su inicio”, indica Espinoza.
En esa línea, Varela agrega que los padres “pueden entregar habilidades socioemocionales como la autorregulación, la empatía y la asertividad, que son competencias importantes para la vida”. sin tener que recurrir a la agresión o a la burla hacerlo es una recomendación poco acertada, concuerdan los entrevistados, la psicóloga de la Clínica U. Andes explica que este aprendizaje debe partir desde la casa. “Primero, debe favorecer una autoestima positiva, en donde los niños se sientan seguros de sí mismos, porque esto les va a permitir poner límites frente a situaciones donde se sientan transgredidos.
En el caso de que el escolar sienta que la postura de sus límites no está siendo efectiva, se les debe indicar que pueden recurrir a los adultos significativos que están dentro del colegio, como los profesores jefes, docentes de convivenciaLos padres tienen que enseñar a sus hijos adefenderse sin recurrir a la agresión o la burla. Esto, afirman los especialistas, se logra en casa, favoreciendo, entre otros, una autoestima positiva que les permita poner límites frente a situaciones donde se sientan transgredidos. CONSTANZA MENARES“Los padres siempre texto escolar, que aprendan y sea dentro del conjos lo pasen bien par de que los hise van a preocu un espacio seguro.
No obstante, en el colegio, al ser un lugar en donde convergen distintas personas, familias, profesionales de la educación y estudiantes, es posible que se generen conflictos, tanto dentro como fuera de las aulas”, asegura Mónica Espinoza, psicóloga infanto-juvenil de la Clínica U. de los Andes.
Pensando en que con el inicio de clases pueden surgir interacciones que pongan en riesgo la sana convivencia escolar, sobre todo en estudiantes hasta octavo básico, la experta señala algunos de los errores comunes que cometen los apoderados al aconsejar a sus hijos. Uno de ellos es “pensar que todo es bullying. Es importante siempre evaluar el contexto, el nivel de madurez de los niños y la impulsividad con que cada uno de ellos está resolviendo algún conflicto. Hay situaciones que son propias de la edad y que no necesariamente corresponden a acoso escolar.
Para saberlo, hay que evaluar si se cumplen algunas características, como qué tan frecuente se repite, si hay una jerarquía de una persona versus la otra y que, efectivamente, se genere un malestar significativo”. Jorge Varela, investigador del Instituto de Bienestar Socioemocional de la U. del Desarrollo, coincide: “Se sobrediagnostican o sobreestiman problemas de convivencia, conflictos, discusiones e incluso peleas con un fenómeno de bullying.
Son cosas distintas, pasan en momentos distintos de la vida y a veces las familias tienden a sobredimensionar hechos de este ti-po que pueden ser simplemente un conflicto entre estudiantes, no una situación de acoso o maltrato”. Otro error frecuente, señala el especialista, “es el ejemplo que, lamentablemente, genera más problemas: son los padres que tratan de resolver el problema por los propios medios.
Ha habido situaciones de apoderados que agreden a estudiantes o padres que quieren resolver la situación de manera directa”. En esta línea, Espinoza dice que utilizar canales de comunicación inadecuados, como el WhatsApp del curso o las reuniones de apoderado, en donde se plantean situaciones que quizás no son para exhibir en público, es otra equivocación.
“La sugerencia es siempre usar los canales oficiales del colegio, ya sea el contacto directo con los profesores jefes o los encargados de ciclo y convivencia escolar, porque así se logran evitar prejuicios y sesgos entre los otros papás. Lo principal es promover una gestión adecuada del conflicto, favoreciendo que los niños puedan resolver sus problemas de manera pacífica, en donde prime el respeto, la valoración de la diversidad y la empatía”, puntualiza.
Sin agresión ni burlasMaría José Inostroza, psicóloga de la Clínica Indisa, afirma que “otro error común que podrían cometer los adultos es no darle importancia o minimizar el problema al no validar las emociones del niño o la niña.
Hay que enseñarles a los más chicos a comunicar sus emociones, que aprendan a expresar su molestia y rabia, pero sin ser violentos o hirientes”. Sobre cómo pueden las familias enseñar a sus hijos a defenderse. R F