COLUMNA OPINION Comer bien para defenderse mejor
COLUMNA OPINION Comer bien para defenderse mejor COLUMNA OPINION Comer bien para defenderse mejor La alimentación cumple un rol esencial en el mantenimiento de la salud, particularmente en el funcionamiento adecuado adecuado del sistema inmunológico. A través de la dieta obtenemos los nutrientes fundamentales proteínas, grasas, carbohidratos carbohidratos (incluida la fibra), vitaminas y minerales que permiten fortalecer las defensas naturales del organismo. Las proteínas, presentes en alimentos como carnes, huevos y legumbres, estas son clave en la producción de anticuerpos anticuerpos y células inmunitarias. Además, son indispensables en los procesos de reparación y formación de tejidos, y constituyen constituyen una fuente importante de energía. Asimismo, las grasas (lípidos) participan en la regulación de las respuestas inmunológicas, ya que influyen en la activación, diferenciación y proliferación de las células inmunes, así como en la modulación de los procesos inflamatorios. No obstante, la calidad de las grasas es crucial: los ácidos grasos omega-3, presentes en pescados grasos, semillas y ciertos aceites vegetales, ejercen un efecto antiinflamatorio y favorecen una respuesta inmunitaria equilibrada.
Por último, los carbohidratos son la principal fuente de energía para las células del sistema inmune; se recomienda priorizar carbohidratos complejos, como los presentes en granos enteros, frutas y verduras, en lugar de azúcares refinados, los cuales pueden inducir una respuesta proinflamatoria.
Las vitaminas y minerales desempeñan un papel clave en el fortalecimiento del sistema inmunológico y en la protección protección frente a agentes patógenos: La vitamina C participa activamente en la producción y función de los anticuerpos, favoreciendo la respuesta del organismo organismo frente a infecciones. Se encuentra en alimentos como los cítricos, la piña, el ají pimiento, la espinaca, la coliflor, la col de Bruselas y el brócoli. Por su parte, la vitamina D es fundamental para la maduración de los linfocitos T, células encargadas de reconocer y eliminar otras células infectadas o anormales. Sus principales fuentes alimenticias son los pescados grasos como el salmón y el atún, la yema de huevo, el hígado, la mantequifia y los aceites de pescado. Las vitaminas del complejo B también desempeñan funciones clave en el sistema inmunológico.
La vitamina B6 apoya la producción de anticuerpos, el folato o vitamina B9 participa en la diferenciación y proliferación de células inmunes, y la vitamina B12 es esencial para el desarrollo y funcionamiento adecuado de los linfocitos. En cuanto a los minerales, el zinc es crucial para una función inmunológica eficiente y se encuentra principalmente en carnes rojas, mariscos y legumbres. Por último, el selenio actúa como un potente antioxidante que ayuda a mantener la integridad celular y a prevenir el daño oxidativo, estando presente en pescados, mariscos, carnes, huevos, nueces y cereales integrales. La clave para mantener un sistema inmunológico fuerte y eficiente es una alimentación equilibrada y variada, rica en nutrientes esenciales. María Guerra, académica investigadora Facultad de Ciencias de la Rehabilitación y Calidad de Vida USS;1].