Museo Nacional de Bellas Artes recupera sus colores y ornamentaciones originales
Museo Nacional de Bellas Artes recupera sus colores y ornamentaciones originales N o hay fotografías a color de los primeros tiempos del Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA). Pero quienes ingresen hoy al edificio, tendrán una experiencia estética similar a la de los visitantes de inicios del siglo XX.
Después de un año de trabajos de restauración y puesta en valor, el Monumento Nacional no solo recuperó la iluminación del vestíbulo --gracias a los arreglos de la cúpula y a la limpieza y pintura de sus muros--, también recobró el aspecto de sus maderas originales, los colores de sus metales, el brillo de sus ornamentaciones. Y presenta, en el mismo hall, un nuevo mobiliario blanco, que fue diseñado siguiendo las líneas simples de las primeras sillas y mesas que tuvo el museo. Las obras convocaron a decenas de especialistas en patrimonio y se desarrollaron --salvo alguna excepción debido a la instalación de andamios de gran altura-sin cerrar el museo. Eso permitió que los públicos constataran la envergadura de las faenas y su avance, informaciones que fueron entregadas in situ a través de carteles y también vía redes sociales.
Al parecer, las molestias ocasionadas por los trabajos y el ruido no fueron relevantes para los espectadores: el año cerró con 500.000 visitantes, un incremento del 20% respecto de 2023. "Los públicos tuvieron una tremenda generosidad. Fue impactante constatar que las personas tienen una apropiación hacia este patrimonio. Quieren al museo, quieren estar acá, visitarlo. Estamos tremendamente agradecidos por su actitud y paciencia.
Comprendieron que aquí hay un legado que es para el disfrute público", comenta Varinia Brodsky, d i r e c t o r a d e l M N B A, mientras recorre por primera vez el edificio con las obras ya finalizadas.
La acompaña la arquitecta del museo, Magdalena Vergara, quien indica algunos hallazgos del proceso y enfatiza: "Además de la generosidad de los públicos, destacaría la de los equipos del museo y de quienes asumieron la conservación y restauración. Hubo un sentido de colaboración y aprendizaje notable". Las materialidades marcaron los descubrimientos. La banquina de las barandas del segundo piso, por ejemplo, parecía de metal, pero era de una madera que ahora reluce por su tonalidad y vetas.
Asimismo, el brillo de los escudos ubicados en los perímetros del vestíbulo estaba cubierto por pintura y polvo, y en el caso de la quincallería, se reveló que las españoletas provenían de la famosa fábrica francesa Vachette, operativa desde 1864.
El proyecto de conservación estuvo a cargo de BEC Ltda., empresa constructora especializada en restauración de edificios institucionales; costó casi mil cien millones de pesos, provenientes del Servicio Nacional del Patrimonio Cultural (SNPC), y tiene su raíz en el Plan Maestro desarrollado por el Premio Nacional de Arquitectura Fernando Pérez Oyarzún, quien dirigió el museo hasta 2023. Dicho informe y plan estipula también otras necesidades, como mejorar el anfiteatro y el Salón Blanco. "Esperamos pronto contar con los presupuestos para abordar esas necesidades. Son procesos largos porque involucran trámites administrativos, etapas extensas de diseño.
Queremos hacerlo bien, pensando en el futuro y con la seriedad que amerita trabajar en un m o n u m e n t o ", s e ñ a l a V a r i n i a Brodsky. Junto con la recuperación patrimonial, las obras incluyeron también elementos nuevos.
En el hall se instaló un sistema de climatización, y en el segundo piso --donde se eliminaron tabiques para recuperar la circulación entre salas del diseño original-se instaló un nuevo piso de eucalipto, porque más del 70% del piso original estaba dañado.
Museo Nacional de Bellas Artes recupera sus colores y ornamentaciones originales Con un año de trabajos y una inversión que superó los mil millones de pesos, especialistas le quitaron más de 100 años de encima al edificio.
La puesta en valor, que permitió recobrar atributos arquitectónicos originales, se desarrolló especialmente en la cúpula, los muros, las puertas, la banquina y la quincallería. "El Mercurio" realizó el primer recorrido tras el término de las obras. LOS TRABAJOS SE PRESENTARÁN OFICIALMENTE EL PRÓXIMO VIERNES: DANIELA SILVA ASTORGA CARLA PINILLA Varinia Brodsky, directora del Museo Nacional de Bellas Artes, recorre las obras finalizadas junto a Magdalena Vergara, arquitecta del MNBA. CARLA PINILLA Durante las obras se descubrió el brillo de las chapas, así como de los escudos dorados que están en los vértices del hall. Estaban cubiertos con capas de suciedad o, en algunos casos, pintura. CARLA PINILLA CARLA PINILLA El proyecto incluyó la restauración de las 19 puertas de lingue de doble hoja, que conectan con el vestíbulo central y los espacios comunes del museo. CARLA PINILLA En la cúpula se cambiaron los vidrios que estaban trizados o rotos (unos 400). También se ajustaron los sellos y se realizó una limpieza exterior. Al entrar al museo de inmediato se nota la nueva luminosidad y el perfecto tono ocre de los muros. El edificio está plagado de detalles. La restauración recuperó los colores originales de las barandas, y también descubrió los dorados y brillos de antaño..