Autor: Juan Olivares Meza
Un año sin pistas: los desaparecidos de El Tabo y Cartagena que el tiempo no quiso devolver
Un año sin pistas: los desaparecidos de El Tabo y Cartagena que el tiempo no quiso devolver DIARIO EL LIDER PDI C arlos Mariangel tenia 67 años y vivia en Campo Lindo, un sector de El Tabo donde el verde de los árboles parece fundirse con el azul del Pacífico. No era un hombre de calle ni de secretos. Su mundo era la casa, su mujer, su rutina. El 11 de julio de 2024, su esposa Vilma salió temprano al Cesfam. Cuando regreso, el portón estaba cerrado y la casa intacta. Pero Carlos ya no estaba.
Cinco días después, a 33 kilómetros, en el Cajón de la Magdalena, una zona rural de Cartagena donde las quebradas esconden espinas y secretos, Manuel Gaete Hidalgo, de 101 años, salió a caminar como solía hacer todas las tardes. Era parte del paisaje. Pero esa vez no volvió.
En un pais donde los desaparecidos sin prensa ni recursos son olvidados al tercer día, Carlos y Manuel son dos nombres que a la vuelta de un año, el tiempo arrastra sin respuestas. "Mi papá no se llevó nada, ni plata, ni carnet, ni su teléfono. Solo las llaves de la casa", cuenta Kimberlim Mariangel sobre el día que desapareció su padre. "Es muy triste todo esto. Las esperanzas ya no existen, creemos que está muerto, pero no puede ser LA BRIGADA DE HOMICIDIOS DE LA PDI DE SAN ANTONIO REALIZÓ OPERATIVOS SIN RESULTADOS EN LA ZONA DE LAS DOS DESAPARICIONES.
CARLOS MARIÁNGEL DE 67 AÑOS MANUEL GAETE, DE 101 AÑOS hasta que luego todo se apagó, la familia de don Manuel nunca tuvo esa primera ola de apoyo. "Nos ayudaron los bomberos, un joven con dron, vecinos. Pero de las instituciones del Estado, cero. Para ellos, mi abuelo es solo un número", dice Natalia. bia, pena e impotencia. Eso es lo que sentimos. Si yo no llamo a la PDI, ellos no llaman. Nunca hay respuestas.
Yo he estado encima de ellos desde el primer día, pero la verdad es que el sistema nos dejó solos". Mientras la familia de Carlos recuerda como los primeros días hubo un gran despliegue con drones, perros y funcionarios, que no aparezca. No se lo pudo haber tragado la tierra". Su relato se entrecorta al recordar que ha pasado un año. "Es como que pasó muy rápido. .. y muy lento a la vez. Y lo peor es no saber nada. Ninguna pista.
Nada" Natalia Rojas, nieta de don Manuel Gaete, habla desde otra trinchera, pero con la misma herida. "RaDOLOR FAMILIAR Ambas familias han intentado armar teorías que puedan darles algún sentido. "Con mi mama hemos pensado de todo", explica Kimberlim. "Hay días que decimos: "el papá salió, le hicieron algo y lo desaparecieron". Otros días, pensamos: "¿ Y si se fue por voluntad propia?". Pero no calza. No tenía problemas.
Lo más probable es que haya salido y se haya topado con algo o con alguien que terminó con su vida". Natalia también ha explorado posibilidades junto a la tía Paty, quien cuidaba a Manuel. "Nos preguntamos si alguien lo sacó del lugar. Pero tampoco hay rastro de eso. A veces creo que está aquí mismo, bajo alguna zarzamora, esperando que lo encontremos. Pero yo no tengo cómo mover esas plantas, no tengo cómo mirar en la quebrada.
No tenemos ni herramientas ni dinero". -¿ Crees que se buscó con la fuerza necesaria a tu abuelo -No, por eso digo que no se busca a una persona común y corriente como se busca a una persona que tiene poder adquisitivo. Eso lo vemos todos los días en las noticias y da mucha No se busca a una persona común y corriente como se busca a una persona que tiene poder adquisitivo.
Eso lo vemos todos los días en las noticias, en los canales nacionales, y da mucha impotencia, da pena, da rabia", BOMBEROS En ambas desapariciones hubo una constante que las familias no olvidan: la entrega total de los voluntarios de Bomberos. Desde el primer dia, los cuerpos de Bomberos de El Taboy Cartagena movilizaron personal, vehículos, drones, cuerdas y herramientas para rastrear cerros, bosquesy quebradas, incluso en condiciones adversas y durante semanas completas. Ambas familias coincidieron en agradecer públicamente el compromiso humanoy operativo de los voluntarios de bomberos. Natalia Rojas, nieta de Manuel Gaete. Carlos Mariángel y Manuel Gaete desaparecieron hace un año con solo cinco días de diferencia. Las familias de ambos relataron cómo se vive cuando el Estado no busca con el mismo ahínco a personas sin poder.
Un año sin pistas: los desaparecidos de El Tabo y Cartagena que el tiempo no quiso devolver BOMBEROS DE EL TABO Y CARTAGENA CUMPLIERON UN ROL CLAVE EN LAS BÚSQUEDAS impotencia, da pena, da rabia porque si el desaparecido es alguien que tiene plata mueven el cielo y la tierra, pero si es una persona minorista, una persona de escasos recursos, no hacen nada. El Estado lo deja de lado, así como a nosotros que nos dejaron abandonados. La sensación de abandono es transversal.
Las dos mujeres, que no se conocen entre ellas, coinciden en que si sus seres queridos fueran personas jóvenes, con apellido conocido o cuentas bancarias abultadas, la historia sería distinta. "Para buscar a un adulto mayor pobre no hay recursos. Es como si no valiera la pena. Es una decepción profunda con el Estado. La municipalidad apareció una vez y luego desapareció. La fiscalía, la PDI, igual. Tuvimos que hacer todo solas", reclama con vehemencia la hija de Carlos Mariángel. -Se nota decepción en tus palabras Kimberlim, ¿crees que faltaron diligencias? -Es que es así. Nosotros sentimos una decepción súper grande de la autoridad porque ellos no se han acercado a nosotros en todo este tiempo.
Te puedo decir con toda razón que la municipalidad fue un show lo que hicieron al principio, eso de ir a la casa a darnos apoyo. porque después desaparecieron, nunca más nos ayudaron en nada, nunca mas supimos de ellos.
Y de hecho fuimos a pedir ayuda para la búsqueda en la municipalidad y nos dijeron que ellos no tienen esos servicios. ¿ Qué decir de la fiscalía y la PDI?, cero ayuda, no nos ayudaron en nada. DECEPCIÓN TOTAL Natalia va más allá. "Estoy agradecida de quienes nos ayudaron por voluntad, no por obligación institucional. Pero lo demás, nada. El que tiene plata mueve todo. El pobre, el viejo, queda botado, si no hay recursos, no hay búsqueda. Así es este país". Un año ha pasado desde que ambos se esfumaron. El calendario avanza, pero para estas familias el tiempo se congelo en aquel julio gélido e injusto. Sus nombres, Carlos Mariangel y Manuel Gaete, no aparecen en portadas ni en informes ministeriales.
Pero en sus casas, en los campos y quebradas, se repite la misma pregunta que nadie responde: ¿ Cómo alguien puede desaparecer sin dejar una sola pista? Mientras tanto, Vilma sigue intentando distraerse dando comida a los perritos del barrio en la comunidad de Campo Lindo de El Tabo, y lejos de ahí, la tía Paty recorre, unay otra vez, los mismos rincones del Cajón de la Magdalena, con la esperanza testaruda de encontrar algo. Ambas familias siguen buscando, aferradas solamente a la esperanza que les da el amor por sus seres queridos. Porque no hay consuelo sin cuerpo. No hay justicia sin verdad. Y porque nadie, ni el más pobre, ni el más viejo, merece desaparecer sin que se agote hasta el último recurso por encontrarlo. O Nunca más supimos de ellos.
Y de hecho fuimos a pedir ayuda para la búsqueda en la municipalidad y nos dijeron que ellos no tienen esos servicios. ¿Qué decir de la fiscalía y la PDI?, cero ayuda, no nos ayudaron en nada", 11 de julio, desde su casa en el sector Campo Lindo de El Tabo, desapareció Carlos Mariangel. 16 de julio desde su casa en el Cajon de la Magdalena, desapareció don Manuel Gaete. Kimberlim Mariangel, hija de Carlos Mariangel.