Autor: PADRE RAÚL HASBUN
COLUMNAS DE OPINIÓN: Luz
COLUMNAS DE OPINIÓN: Luz OPINIÓN PADRE RAÚL á HASBUN a Luz % e avecina un alza, legal y brutal, de nuestras cuentas de luz. Consecuencia de otra ley, afincada en la naturaleza humana. Consumidores que necesitan un producto o servicio esencial para la vida, dan una señal a los productores para que inviertan mucho en ello. Y si diversas razones aconsejan no dejar tal producto a la libre competen= cia, la autoridad adjudica su generación a una sola empresa. Si el precio de producir la luz es mayor que el cobro legalmente fijado, ésta tendrá un problema de imposible solución. Lo tiene desde noviembre de 2019, hasta que el actual Ministro de Energía informó al Congreso que, para evitar esa quiebra, se abulta= rían las cuentas de la luz. Las elecciones, en octubre, de autoridades comunales y regionales despertaron inquietud en legisladores cercanos al Gobierno, que reclaman no haber recibido información completa del Ministro. Tremendo problema. Porque la luz, como el agua, es indispensable para vivir. Lo experimentamos cuando la luz se corta, obligándonos a usar velas y pilas; y cuando hay sequía por largas temporadas. Con la naturaleza no se juega ni se improvisa, mediante leyes o decretos.
Tampoco sirve inventar un paliativo, como focalizar el subsidio de la luz y el agua en sectores de bajos ingresos: alguien tiene que costearlo, y Hacienda alega no tener los recursos. ¿Traspasar el incordio a un gobierno futuro? Es confesarse incapaz de iluminar al pueblo que los eligió. Tremendo problema. Entendemos ahora que Dios comenzara la Creación diciendo: "Hágase la luz ". Sin luz no hay vida. La luz tiene además facultades admirables. Velocidad, superada sólo por nuestros pensamientos. Delicadeza: un rayo de sol atraviesa el ventanal sin trizar el vidrio, y atrae flores y árboles, para que ten= gan vida, y fruto. La luz es universal, no discrimina entre buenos y malos, justos y pecadores. Sabe que es vitalmente necesaria, para humanos, animales, árboles y plantas. Quiere el bien de todo lo existente, y lo prodiga (sólo molesta a ladrones y facinerosos). Además carece de toda autorreferencia, es entera para los demás, modelo de admirable servicialidad. Jesús es la Luz del mundo, y ordenó a sus discí pulos serlo también. Él comparó nuestro amor con el sol, llamándonos a imitar todo lo que el Astro Rey hace por nosotros.
También su Madre, María, en cuanto supo que sería la Madre del Mesías, entendió que debía ser luz para su parienta Isabel, marchando de prisa a servirla y trayéndoles, a ella y a Juan Bautista en su seno, el fuego iluminador del Espíritu Santo. Si buscamos un modelo de cómo amar, lo encon traremos en las propiedades de la luz: delicadeza, rapidez, universalidad, vital necesidad, benevolencia, beneficencia, carencia de toda autorreferencia. Como Jesús, Maestro y Servidor. Como María, pequeña esclava que obra maravillas, sirviendo con humildad. Agradezcamos que tantas mujeres se llamen LuzMaría. LuzMaría..