Con el apagón, sí suceden cosas
Con el apagón, sí suceden cosas Opinión Con el apagón, sí suceden El martes 25 de febrero de 2025, a las 15:16, quedará grabadoen la historia como el día en que Chi lese quedósin energía. Este corte eléctrico, que afec tó a 14 regiones de nuestro país, impacta de manerasignificativa a una economía ya debilitada, gene tando más incertidumbre queconfianza.
Surgen nu merosas preguntas:¿ Qué tan vulnerable es nuestro sistema de transmisión? ¿ Se pudo prever y evitar? ¿ Es probable que vuelva a ocurrir ¿ Cuánto afecta a muestra economía? ¿ Y en un mes de vacaciones, cuánto se pierde en turismo? Muchas de estas interrogantes seresolverán con el tiempo; sin embargo, ya es evidente que este apagón no fue inocuo para Nuestra economía. Desde el día del suceso hasta hoy, continúan evi denciándose inestabilidades y se van materializan doalgunosdelosimpactosen sectoresclave.
La ma nufactura, la agroindustria y la minería han sufrido interrupciones significativas: las plantas industria lessevieron obligadas adetenersusoperaciones, lo que generó pérdidas no solo en producción inme diata, sino también en costos asociados a la parada y el reinicio de las líneas de producción. La cadena Cosas de suministro se vio afectada, ya que el transporte de bienes, la logística y las operaciones de servicios experimentaron retrasos que, a su vez, crearon un efecto dominó en toda la economía. El sector comercial tampoco fue ajeno al impac to. Tiendas, supermercados y centros comerciales registraron pérdidas durante el apagón, afectando directamente la venta de productos perecederos y otros bienes esenciales. La incertidumbre provoca: da por este evento, aunque puntual, mermó la confianza del consumidor, un pilar fundamental para mantener una economía dinámica. Ante la percepción de riesgos, los ciudadanos tienden a retrasar sus inversiones y gastos, afectando la circulación del dinero en el mercado. La gran minería del cobre, motor esencial de la economía chilena, también sevio gravemente afec tada. Según datos de la Comisión Chilena del Cobre (2024), Chile produce aproximadamente 5,5 mi: llones de toneladas de cobre al año, lo que equivale a unas 15.068 toneladas diarias. Si consideramos que un apagón de ro horasrepresentaalrededor del 42% de un día, se podrían perder aproximadamen: 42% de un día, se podrían perder aproximadamen: 1e 6.329 toneladas de cobre en producción. Suponiendo un precio promedio de 9.000 dóla res por tonelada, la pérdida en ingresos brutos al canzaría cerca de 57 millones de dólares. Esta es timación, aunque simplificada, podría incremen: tarsesi se suman costosindirectos y otros efectos colaterales. Más allá de los efectos inmediatos en la produc cióny el comercio, el apagón ha generado costosin directos queno pueden pasarse poralto. En unaeco nomía cada vez más digitalizada, la interrupción afectasistemas bancarios, plataformas de comercio electrónico y otros servicios en línea, lo que podría derivar en pérdidas significativas y en la vulnerabi lidad de información crítica. Estos inconvenientes subrayan la necesidad de contar consistemas deres paldo y estrategias de mitigación que aseguren la continuidad operativa en situaciones de crisis. Este suceso es una lección para repensar las polí. ticas de inversión en infraestructura energética. La modernización y diversificación de la matriz ener gética, junto con el desarrollo de redes de distribu ción inteligentes y resilientes, son fundamentales ción inteligentes y resilientes, son fundamentales para evitar que episodiossimilaresse repitan. Inver tiren energías renovables y tecnologías de almacenamiento, respaldado porun marco regulatorioque incentivela innovación, podría transformar estere to en una oportunidad de cambio. El gran apagónen Chile nosolo haevidenciadola fragilidad de ciertos sectores económicos, sino que también ha resaltado la urgente necesidad de una planificación estratégica integral.
La adopción de medidas preventivas, la mejora en la gestión de crisisyel fortalecimiento delainfraestructurason esen ciales para minimizar futurosimpactos, En estecon texto, el papel de economistas, responsables políti cos y empresarios resulta crucial para construir un modelo económico más resiliente y adaptado a los desafíos del siglo XXI desafíos del siglo XXI desafíos del siglo XXI MO LUIS FELIPE SLIER MUÑOZ APAS Jngerieo ¡ comercial 4 4.