«La nobleza de COANIQUEM»
«La nobleza de COANIQUEM» El Premio Nacional de Medicina 2o24, Jorge Rojas, se refiere a la inspiración y resultados de la obra a la que ha dedicado su vida.
Camila Pistacchio Mensaje Hace exactos 45 años, Jorge Rojas Zegers, médico cirujano cirujano de la Universidad Católica de Chile con especialidad en Cirugía Plástica y Reparadora, subespecialista en las áreas de cuidado y rehabilitación de quemaduras y de malformaciones craneofaciales, fundó una de las entidades más emblemáticas de la historia chilena: la Corporación de Ayuda al Niño Quemado, popularmente conocida como COANIQUEM. Desde entonces, más de 150.000 pacientes han sido atendidos de manera gratuita tanto en Chile como en toda América Latina y el Caribe.
La obra, nacida en 1979, hoy cuenta con cuatro centros de rehabilitación, una casa de acogida; un colegio hospitalario, más de dos mil profesionales formados en la institución; un Centro de Investigación, Desarrollo e Innovación, y la Fundación Coaniquem BCF Burn Center Aid for Children Foundation, Foundation, con sede en Estados Unidos, que desde 1998 financia el programa internacional que permite capacitar a más de seiscientos profesionales, dar tratamiento de rehabilitación integral a pacientes sin recursos en toda la región, y liderar campañas de prevención de quemaduras en diversos países.
Como líder de esta labor, que ha salvado y mejorado la calidad vida de cientos de niñosy niñas, el doctor Rojas fue galardonado recientemente con el Premio Nacional de Medicina 2024, entregado por la Academia chilena de Medicina, el Colegio Médico, la Asociación de Sociedades Sociedades Científicas Médicas y la Asociación de Facultades de Medicina de Chile.
Recibir esta distinción, después de un gran viaje de esfuerzo, entusiasmoy, sobretodo, fe, es para este médico «una gran alegría», aunque no se atribuye el mérito solo a sí mismo: «Este reconocimiento tiene que ver con todas las personas que trabajan hoy en COANIQUEM y que en el día a día hacen esto posible, desde la persona que hace el aseo al que está parado en la calle pidiendo una contribución, y también con las io mil personas que se han atendido «La nobleza de COANIQUEM». «La nobleza de COANIQUEM» «Estamos todos unidos para servir al paciente de forma integral, y esa es la filosofía de Por eso este premio es de un país completo». aquí, porque sin ellos esto no existiría.
Son muchos los que han contribuido a esto, las autoridades, el Ministerio de Salud que ha sido un socio indispensable... Estamos todos unidos para servir al paciente de forma integral, y esa es la filosofía de COANIqUEM. Por eso este premio es de un país completo». El origen de un modelo virtuoso «Yo a los 12 años supe que iba a ser médico. No había nadie médico en mi familia, pero Dios lo puso en mi corazón y punto», dice el doctor Rojas con enorme convicción cuando habla sobre los orígenes de su labor.
Egresó de medicina de la Pontificia Universidad Católica de Chile en 1974, y enseguida se casó con su compañera de clase, la cardióloga María Ester Goldsack, a quien conoció el primer día de iniciada la carrera: «pololeamos desde el principio, y nos casamos cuando nos recibimos», cuenta el doctor con joven entusiasmo. Después de titularse, realizó su formación de postgrado en Cirugía Infantil en el Hospital Roberto del Río, y se especializó en el área de cuidado y rehabilitación de quemaduras y en malformaciones craneofaciales.
Fue ahí cuando, mientras se desempeñaba en el servicio de plástica y quemados, comenzó a notar algo en la gran cantidad de afectados que debía atender: «estos pacientes eran distintos, porque venían de familias más vulnerables, vulnerables, y en general eran menores de tres años. Yo sabía que ese niño que llegaba quemado tenía que crecer y que las cicatrices no lo iban a acompañar en su crecimiento», expresa. Cuando el entonces novato médico descubrió ese sufrimiento en los niños, comprendió que no podía ser ajeno y que debía hacer algo.
En 1976, después de asistir a un seminario donde aprendió técnicas pioneras de tratamiento que aún no se conocían en Chile, el doctor Rojas recibió en el hospital a un paciente de seis años con graves quemaduras en el 68% de su cuerpo: «Lo que tuvimos que hacer fue poner injertos de donantes para cubrir lo que se había quemado», quemado», recuerda. «A los cien días este paciente ya estaba en su casa. Su recuperación fue tan buena y corta para un paciente tan grave, que decidimos hacer lo mismo con todos los enfermos.
Entonces, fue ahí cuando nos pusimos a estudiar sobre rehabilitacióny prótesis, conceptos que recién estaban apareciendo». Continuar con esta nueva forma de rehabilitación en el hospital público significaba un enorme gasto, por lo que el doctor debió buscar una alternativa para seguir con la tarea, a la que se sumaron el cirujano Ricardo Ayala, el protesista Guillermo Ibarray el abogado Sergio Domínguez.
Sin recursos disponibles, y solo con la expertisse, una buena idea, red de contactos, y una buena dosis de fe, el grupo de profesionales se puso manos a la obra, y gracias a la unión de muchas voluntades y a la disponibilidad de un terreno en la comuna de Pudahuel, fue posible levantar los primeros primeros ioo mz del primer hospital exclusivamente dedicado a atender a pacientes quemados en Chile: COANIqUEM.
La gran obra, que comenzó con seis trabajadores y que tras 45 años congrega a más de Goo, ha logrado autofinanciarse autofinanciarse y contar cada año con los recursos necesarios para entregar un servicio totalmente gratuito a niños y niñas afectados: «Es bonito ver cómo las oportunidades surgen en adversidades. Logramos sortearlas usando las herramientas que existían en el minuto, y construimos paralelamente una solución más permanente, que fue que el pueblo de Chile financiara C0ANIQUEM. Hoy, la mitad de todo el presupuesto la financian io mil personas que dan un aporte mensual fijo, y casi todos de su cuenta RUT.
Claro, probablemente esas personas saben que su hijo, su nieto, su sobrino o el compañero de oficina se atendió en coiquy ven que realmente funciona». Como relata el doctor, «el modelo que creamos no existe en ninguna parte del mundo: tenemos i6 especialidades, especialidades, cuatro centros de rehabilitación en Antofagasta, Santiago, Concepción y Puerto Montt, todos cerca de la carreteray el aeropuerto, donde se atiende a cerca de 8 mil pacientes al año. Y en ellos hemos ido creando un espacio para alojar a los niños que vienen de lejos. En Santiago tenemos Casa Abierta, que tiene capacidad de alojar a 28 pacientes acompañados de uno de sus padres, gratis, donde les damos cuatro comidas y un colegio para mantener mantener la educación. Además, Latamy Turbus nos regalan pasajes sin límites para los pacientes. Entonces, es una cadena maravillosa de servicios por el placer de servir al paciente. Nadie nos manda a hacer esto.
Esa es la nobleza de c0ANIqUEM, que en este ambiente evangélico, servimos por el placer de servir, por ver a Jesucristo en cada niño». ((Todo por el niño quemado» «Y cuál es la gracia de C0ANIqUEM?», se pregunta el doctor Rojas. Y él mismo se responde: «Que fuimos incorporando incorporando cada vez a más personas y que construimos juntos una realidad, un modelo centrado en el paciente.
Esto no es un invento mío, está en el Evangelio: Estuve enfermo, me visitaste; entraste a mi casa, te sentaste, te. «La nobleza de COANIQUEM» «Esto no es un invento mío, está en el Evangelio: Estuve enfermo, me visitaste; entraste a mi casa, te sentaste, te comprometiste, me ayudaste. Por eso, cuando decimos “todo por el niño quemado”, es todo». los Estados Americanos (OEA), siendo aprobada por los 34 países miembros, en 2022.
Y su espíritu inquieto e innovador también lo ha llevado a ser gestor de precursores proyectos, como la ficha médica electrónica y telemedicina en Chile, que transforma los datos de los pacientes de COANIUEM en valioso material para la formación e investigación aplicada. aplicada.
Además, es creador y líder del piloto para echar a andar el primer Registro Latinoamericano de Pacientes Quemados (RELAQ), en colaboración con la Universidad Católica de Chile y la Organización Panamericana de la Salud (ops), que busca reunir información de seis países de la región sobre su población quemada para incidir en las políticas públicas. comprometiste, me ayudaste.
Por eso, cuando decimos “todo por el niño quemado”, es todo». Justamente este lema se ha convertido en la bandera de lucha del doctor Rojas, quien ha sido parte de iniciativas e hitos fundamentales, tanto para el tratamiento de niños y niñas quemados, como para la prevención.
Su trabajo de incidencia ha ido desde el apoyo a la modificación de normas, como el cambio del diseño de los hervidores eléctricosy eléctricosy cocinas, ola inspección de los «guateros» todas causas importantes de quemaduras infantiles, hasta la promoción de la ley 19.680, promulgada en el año 2000, que prohíbe la compra, venta yuso de fuegos artificiales con fines domésticos, y regula los espectáculos pirotécnicos: «El resultado de esta ley fue que, al año siguiente de ser promulgada, bajamos un 85% los casos de quemaduras por esta causa. Yeso, entre 2000 y 2024, se ha mantenido inalterado. Es decir, cambiamos toda una cultura», afirma el médico. Asimismo, Rojas cuenta que, junto a su equipo, lograron presentar la misma ley ante la Organización de Sufrir con el que sufre El doctor Jorge Rojas hoy tiene 77 años, siete hijos y 27 nietos.
Dejó de operar a los 72, «porque vi que ya otros lo hacían mejor que yo», dice. «Uno tiene que tener una actitud de irse desprendiendo de las cosas para que otro lo haga». Y así como dejó de operar, también decidió dejar la presidencia de COANIQUEM que ocupó democráticamente por 42 años, pero reconoce que dejar la institución totalmente, totalmente, cuando aún se puede aportar, es muy difícil. Por eso, hoy sigue contribuyendo como director de Extensión, Docencia, Investigacióny Asuntos Internacionales, lo que le ha permitido ir descubriendo nuevos talentos y formar a quienes tomarán la posta de su obra.
Desasimiento qué mensaje puede dejar a las nuevas generaciones de médicos? Tres cosas muy claras: primero, que cuando vean un paciente, piensen que esa persona es un sujeto de enorme dignidad, porque es hijo de Dios.
Segundo, que está en sus manos lo más valioso que tiene esa persona, su salud y su vida, por lo tanto, tiene que atenderlo con el mismo amor y cariño que atendería a su madre, a su esposa o a su hijo.
Y tercero, que piense que esa persona necesariamente está sufriendo, y que se debe hacer lo posible por acompañarlo en ese sufrimiento; tengo que ser capaz de sufrir con él, y uno a uno, aunque sean diez los enfermos que atienda al día. Es posible para usted dejar completamente COANIQJJEM después de haber entregado su vida a la causa? Hay una virtud que se da en la fe, que se llama el desasimiento.
Asirse a algo, es aferrarse; desasimiento es ir soltando, porque cuando yo me muera dejo aquí todo lo que no di, y me llevo todo lo que di. ¿Qué me llevo? Los méritos de lo que hice. Yo desde hace quince años empiezo a soltar cosas, cuando ya veo que otro lo puede hacer, para no ser indispensable. NL.