LA PELIGROSA ADICCIÓN A LOS ULTRAPROCESADOS
Señora directora: Las últimas investigaciones alertan de una crisis silenciosa cn salud pública sobre la adicción a los alimentos ultraprocesados. Un análisis ca la revista British Medical Journal vincula su alta ingesta con 29% más riesgo de cáncer colorrectal y 32% más de muerte cardiovascular. Otro reciente estudio, de la Universidud de Michigan, asegura que el 14% de los adultos cumple criterios de adicción alimentaria u trastornos por sustancias.
La evidencia despliega el impacto masivo: 53% de las calorías de la dicta cstadounidense son alimentos ultraprocesados; en Chile bordca cl 30%. Niños y adolescentes lideran el consumo gracias a productos hiperpa latables, baratos y muy publicitados, lo que perpetúa sobrepeso, diabetes y depresión. Urge una respuesta como la del tabaco, con advertencias frontales, impucstos, veto a la publicidad infantil y compras públicas con criterios NOVA. Además, reconocer formalmen tc la adicción a esta comida como un trastorno mental y parte de la clasificación internacional de enfermedades permitiría terapias de deshabituación y cobertura sanitaria, hoy inexistentes. Mantener la laxitud regulatoria es condenar a la población a un entorno que supera la fuerza de voluntad individual. Se construyen, la política alimentaria también. Actuemos ya paru que otra generación no quede atrapada en esta dependencia industrial. Lidia Paz Castillo Nutricionista y académica