Jorge Guzmán "Bolivia es un problema para la seguridad de Chile"
Jorge Guzmán "Bolivia es un problema para la seguridad de Chile" El académico y exdiplomático Jorge Guzmán. J orge Guzmán (San Felipe, 1960) es uno de los observadores de la política exterior chilena más frontales y cáusticos.
Sus opiniones --muchas de ellas vertidas en sus columnas en radio «BioBío» y «El Mostrador»-no causan mucha gracia en los pasillos del edificio Carrera, sede del Ministerio de Relaciones Exteriores, y en el mundillo de la diplomacia local.
Guzmán es especialista en asuntos polares y marítimos, doctorado en la Universidad de Cambridge, graduado de la Academia Diplomática, con una carrera en la Cancillería de 22 años (1986-2008) que incluyó, ser parte del equipo que en julio de 1990, llegó a Moscú a reabrir la embajada chilena en la entonces Unión Soviética. Como pocas veces en las últimas contiendas electorales, las relaciones internacionales parecen jugar un rol central en el debate. La política de apoyo del PC a las únicas dictaduras del continente (Cuba, Venezuela y Nicaragua) constituyen uno de los flancos débiles de su candidata, Jeannette Jara. Lo mismo se podría decir de la cercanía (al menos ideológica) de José Antonio Kast con Trump, Milei e incluso el primer ministro húngaro Víktor Orban, apuntados como líderes de una internacional ultraconservadora. Para Guzmán buena parte de los desafíos apuntan a perfeccionar el servicio exterior y tener buenos orejeros. "Creo que quienes acompañen al próxima o próximo Presidente, deben tener verdadera vocación de servicio a Chile. El país está extenuado de ver que su interés queda en manos de diletantes y oportunistas", dice el también académico de la U. Autónoma. "El desorden en la Cancillería tiene tiempo incubándose" --Si pudieras hacer un balance: ¿ cómo ha gestionado las relaciones internacionales el Gobierno de Gabriel Boric? --Errática y casuísticamente. Difícil distinguir una verdadera política, no solo porque sus dos cancilleres no son comparables en gestión, sino porque no es posible identificar un claro hilo conductor.
Quizás el mínimo común denominador estuvo en el peso de la emociones del Presidente sobre ciertas decisiones para generar "tendencia" en su propio sector, como por ejemplo, respecto de Israel. --¿ No ha existido cierta tendencia a lo performático? En una columna sobre las tensas relaciones entre La Moneda e Israel, escribiste: "¿ Por qué ni el Gobierno, ni la colonia árabe, se han inscrito entre los agentes de la comunidad internacional que han reaccionado enviando ayuda humanitaria a Gaza, comenzando por alimentos? ¿ Cuántos kilos de arroz o cuántas botellas de agua ha enviado el Presidente?". --Sí. Observo insistencia en un relato emotivo, una suerte de "guitarreo en la playa con amigos" antes que decisiones de Estado haciéndose cargo de una larga tradición político-diplomática. Chile pudo intentar sumarse al grupo que funciona en Qatar, abocado a intentar detener el sufrimiento de la población palestina. No lo hizo. También pudo articular a la comunidad chileno-árabe para aportar ayuda humanitaria; tampoco lo hizo.
La decisión final fue cómoda y sin imaginación: acción judicial en La Haya, cuyos únicos beneficiados son conocidos abogados a honorarios cuyos montos convendría conocer. --La primera canciller de este Gobierno, Antonia Urrejola, tuvo una gestión donde se mostró muy debilitada, entre otras cosas por los públicos conflictos que tuvo con sus dos subsecretarios. ¿Cómo has visto al ministro Alberto Van Klaveren? --Creo que ha sido el arquero de un Gobierno especializado en los autogoles. Le ha tocado contener y/o morigerar desaciertos, como el manejo de las relaciones con Venezuela desde 2023.
En lo sustantivo, sin embargo, su gestión puede ilustrarse con el dicho "el que nada hace, nada teme", pues, todo indica, que lo que importa es llegar a marzo 2026 con la menor cantidad de desaciertos posibles. Mirada desde el interés permanente de Chile, su gestión me parece monocorde, anodina, sin propuestas y solo de contención de problemas evitables.
Logró que la mentada "política turquesa" terminara en "política incolora". --¿ Cuál crees que fue el aporte de los embajadores políticos nombrados por Boric? En principio habría que establecer diferencias: a gente como Jaime Gazmuri (Venezuela) y José Antonio VieraGallo (Argentina) les tocaron destinos complejos. En cambio, las gestiones de Javier Velasco (España), Sebastián Depolo (Brasil) o Beatriz Sánchez (México), tuvieron más el sentido de un exilio tibio y cómodo más que otra cosa. --No observo ningún aporte significativo.
En el caso de Argentina, no solo nos quedamos con una agenda bilateral magra, sino que estamos terminando con una embajada en Buenos Aires en crisis, a propósito de denuncias cruzadas entre funcionarios (por maltrato laboral e irregularidades Jorge Guzmán: "Bolivia es un problema para la seguridad de Chile" El académico y exdiplomático habla de los desafíos que tendrá el próximo Gobierno en materia internacional. "Observo ciertos grupos de embajadores en retiro que quieren volver de la jubilación y que rondan a los candidatos, especialmente de derecha", dice.
Martín Romero E.. Jorge Guzmán "Bolivia es un problema para la seguridad de Chile" administrativas, entre otras). En el caso de Brasil, en los hechos la agenda la marca Lula, empeñado en conseguir una salida al Pacífico y en atraer a Chile a los BRICS.
Lo de Venezuela quedó para el libro de Ripley, incluyendo el "acuerdo de cooperación policial" encabezado por el exsubsecretario Monsalve. --¿ Cuál es el principal desafío que deberá enfrentar el próximo Gobierno en materia internacional? --Reestructurar y reformar al servicio diplomático, por definición una organización jerarquizada y disciplinada. En la Cancillería el principio de autoridad parece estar muy relativizado. Esto, en parte, explica una política exterior carente de propuestas y también la turbulencia administrativa que condena a nuestra primera línea de defensa a la irrelevancia. El desorden y la división tienen mucho tiempo incubándose. Partió en los 90, cuando los partidos comenzaron a intervenir la selección de los funcionarios que ingresaban a la Academia Diplomática. Muchos "funcionarios problema" tienen hoy más de 20 años de carrera. Estos no parecen dispuestos a trabajar con un Gobierno por el que no votaron. Tampoco a acatar las instrucciones de las autoridades. Guzmán agrega: "El funcionamiento de la Cancillería parece relativizado por ideologismos, abundancia de derechos adquiridos, discriminación positiva en favor de minorías, incluidos los malos funcionarios, y por cualquier norma que permita argumentar abuso de poder.
Algunos funcionarios de carrera son corresponsables del deterioro de la calidad de nuestra diplomacia, muy bien pagada, y del reemplazo del mérito profesional por el padrinaje político. --¿ Crees que los candidatos presidenciales, y más en general los partidos, tienen buenos asesores en política internacional? --Uno esperaría que sí. Por ahora observo ciertos grupos que quieren volver de la jubilación, y no veo a una generación de relevo con propuestas a problemas distintos a los de la globalización.
Como país mediano y periférico del hemisferio norte, creo que el próximo Gobierno necesitará gente capaz de asegurar un análisis realista para definir, con pragmatismo, qué es lo que en materia internacional conviene al interés de Chile. --¿ Cuáles son esos grupos que "quieren volver de la jubilación"? --Ciertos grupos de embajadores en retiro que quieren volver de la jubilación y que rondan a los candidatos, especialmente de derecha. "Argentina es el desafío mayor para el próximo Gobierno" --El historiador Alfredo Riquelme dijo que el principal problema de Jeannette Jara es la política exterior del PC. ¿Estás de acuerdo? --Absolutamente. No creo que haya misterio en este ámbito.
Lo lógico --toda vez que conforme con la Constitución la política exterior es privilegio del Jefe de Estado-es que una Presidenta comunista alinee a Chile con Venezuela, Cuba y Nicaragua; y en la confrontación in crescendo entre Estados Unidos y China, tome partido por el país asiático. --¿ Cuál sería el flanco de José Antonio Kast? ¿ Trump, Milei, Orban? --Con Estados Unidos el desafío para Kast estará en estructurar una agenda de cooperación económica y de seguridad muy concreta. Todo con un perfil más bien técnico y, ojalá, sin ningún protagonismo. Con Hungría habrá que evitar identificarse con señales anti Unión Europea y, desde el inicio, condenar la agresión rusa a Ucrania. Eso marcará la pauta.
Creo que en que el caso de Argentina radica el mayor desafío y también la mayor oportunidad para una política exterior proactiva. --¿ A qué te refieres? --Con un Gobierno de Kast habría espacio para avanzar en integración fronteriza, por ejemplo.
Chile podría invitar a Argentina a mirar la relación bilateral a muy largo plazo, e iniciar una coordinación que incluya temas macro como la defensa de los recursos pesqueros de la Zona Austral y la Antártica, la cooperación minera y la mejora del acceso argentino al Pacífico, bajo reglas claras y de equidad.
Aquí habría mucho espacio para crecer. --En tus columnas has puesto el acento en las relaciones con Argentina, y en su pretensión de poner en duda la soberanía chilena del territorio antártico. ¿Crees que debería ser una de las prioridades de la próxima Cancillería? --Este será un desafío mayor para el próximo Gobierno. Durante las últimas décadas el interés chileno se debilitó por falta de conocimiento en materias limítrofes. Se actuó impulsivamente o tarde, y con mucha improvisación. Con Argentina está pendiente la cuestión de Campo de Hielo Sur y también aquel de la plataforma continental extendida más allá de las 200 millas en la Zona Austral. Yo la llamo "plataforma magallánico-antártica", porque conforme con la ley Antártica y el decreto Antártico de 1940, geográficamente Chile es una continuidad entre Visviri y el Polo Sur. En Chile, cualquier medida en contrario a esta definición es ilegal. La pretensión argentina de plataforma continental (2009) reinterpretó los alcances sustantivos del Tratado de Paz y Amistad de 1984. Esta disputa territorial existe y es muy compleja.
Uno esperaría que las próximas autoridades lleguen al Gobierno con conocimiento de causa, y con una estrategia clara y concreta para enfrentarla. --En esa línea: históricamente las relaciones con Bolivia han sido tensas a causa del tema marítimo. Pero hoy la relación ha tomado otra fisonomía: Chile se transformó en una especie de plataforma de circulación al servicio del crimen organizado boliviano, especialmente en lo referente al tráfico de drogas.
Has dicho que el próximo Gobierno debería realizar un "golpe de timón", ¿pero qué sería eso exactamente? --Creo que hay consenso de que Bolivia es un problema para la seguridad de Chile, y que no podemos seguir como estamos. Más allá de las diferencias al interior de Bolivia, lo concreto es que, mirado desde nuestro territorio, dicho país ejercita una permanente hostilidad. Sabemos que con ayuda extranjera iraní, Bolivia mejoró la vigilancia de la frontera, sin que eso redujera ni el contrabando, ni el tráfico de drogas, ni la inmigración ilegal. Al contrario, parece haberlas potenciado, con el acápite de grupos yihadistas que operan en la «Triple Frontera» y que justificadamente preocupan a EE.UU. Hasta aquí parecería que la llamada "política de apaciguamiento con Bolivia" actuó en forma de laissez faire, lo que terminó generando las metástasis de inseguridad que afectan al conjunto de la sociedad chilena. En todo esto considero injusto concentrar la culpa en las FF.
AA, sin acordarse que este Gobierno no tiene simpatía por ellas, y que tampoco las dotó del material o autoridad suficientes para la vigilancia de cientos de kilómetros de frontera. --Para intentar controlar el flujo migratorio en el norte se ha sugerido minar nuevamente la frontera, lo que va contra la Convención de Ottawa firmada por Chile. ¿Qué te parece esta idea? --Exactamente. Esa convención se negoció en los 90, teniendo como referentes conflictos en África, Asia y la exYugoslavia.
En Chile existían campos minados remanentes de las crisis con Perú y Bolivia (197580) y con Argentina (1977-1984). Como parte de su contribución a la entonces Red de Seguridad Humana, Chile adhirió hacia 2003, y comenzó un costoso "desminado humanitario". El resultado práctico es haber pavimentado la ruta del contrabando, la inmigración ilegal y el crimen organizado. Es urgente corregir esta situación.
Si alguien se opone al despliegue de minas antipersonales, es importante saber qué tipo de solución alternativa y definitiva, con resultados y costos financieros mensurables, propone. --Bachelet, Piñera y Boric, cada uno a su manera, confiaron más en sus tincadas que en los profesionales de la política exterior. ¿Crees que el próximo Presidente/a deba dejar de considerar las relaciones exteriores como patrimonio personal? --Creo que sería un error que el próximo Presidente prescinda de opinión experta, y prefiera ser su propio Canciller. Vivimos una época con recurrentes episodios críticos. Para definir nuestra posición en el nuevo y cambiante tablero global es necesario análisis, seguimiento especializado de los problemas y mucho conocimiento práctico. Esto, tanto para evitar ser arrastrados a disputas inconducentes para nuestro interés y seguridad, como para aprovechar espacios que refuercen nuestra propia situación en el mundo, especialmente en el plano vecinal. Pienso que el nuevo Presidente debería contar con un equipo experto que combine experiencia y novedad, capacidad de análisis y voluntad política. Está demostrado que ministros y embajadores especialistas en decir que "sí" tienen utilidad limitada. En el mejor de los casos, sirven para postergar y agravar problemas. La gestión de Van Klaveren me parece monocorde, anodina, sin propuestas y solo de contención de problemas evitables". En la Cancillería el principio de autoridad parece estar muy relativizado. Esto, en parte, explica una política exterior carente de propuestas y también la turbulencia administrativa"..