China quiere atraer a científicos talentosos y el gobierno de Trump le acaba de ayudar
China quiere atraer a científicos talentosos y el gobierno de Trump le acaba de ayudar Antes de que EE.UU. se enfrentara a las universidades y a los estudiantes extranjeros, Beijing había lanzado una campaña de inversión en ciencia para captar los mejores "cerebros". EL PROFESOR LU cree que si EE.UU. avanza en sus recortes a la investigación, puede ser una razón para que muchos científicos se vayan del país. THE NEW YORK TIMES C hina ya estaba obteniendo algunos triunfos en su rivalidad con Estados Unidos por el talento científico. Había atraído a algunos de los mejores investigadores del mundo a sus campus, personas galardonadas con premios Nobel, becas MacArthur "Genius" y, al parecer, todos los demás laureles académicos que se ofrecen. Ahora, las políticas de la administración Trump podrían impulsar pronto los esfuerzos de China. Bajo la Presidencia de Donald Trump, Estados Unidos está recortando los fondos para la investigación que ayudaron a que el país consolidara su reputación como líder mundial en ciencia y tecnología. El mandatario también está enfrentándose a las principales universidades del país y tratando de limitar la inscripción de estudiantes internacionales. Los científicos de China están sometidos a una presión especial, ya que los funcionarios estadounidenses han afirmado que pueden suponer una amenaza para la seguridad nacional al canalizar conocimientos valiosos hacia Beijing. Científicos nacidos en China han sido investigados o incluso detenidos. La semana pasada, la administración Trump afirmó que trabajaría para "revocar de forma agresiva" los visados de los estudiantes chinos en "sectores críticos". Como resultado, muchos académicos están buscando otras opciones. Una universidad creada por retornados Las instituciones chinas se han apresurado a intentar sacar provecho de ello. Las universidades de Hong Kong y Xi'an dijeron que ofrecerían una admisión simplificada a los estudiantes transferidos de Harvard.
Un anuncio de un grupo vinculado a la Academia China de Ciencias daba la bienvenida a "talentos que han sido despedidos por los NIH", los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos. "Estados Unidos se está disparando en el pie", afirmó Zhang Xiaoming, experto en anatomía que el año pasado dejó la Facultad de Medicina Baylor, en Texas, para dirigir el programa de educación médica de la Universidad Westlake, una universidad de investigación situada en el centro tecnológico de Hangzhou. "Desde que fui a Estados Unidos hace más de 30 años, gran parte de su investigación ha sido financiada por extranjeros, entre ellos muchos chinos", afirmó el profesor Zhang, quien subrayó que hablaba en nombre propio y no en el de su empleador. "Sin extranjeros, al menos en el campo de la investigación científica, no pueden seguir adelante". Por sí sola, China se ha vuelto más atractiva para los científicos en los últimos años debido a las enormes inversiones que el país ha realizado en investigación. Westlake es un buen ejemplo de ello. Fundada en 2018 por varios científicos de renombre que habían regresado a China desde Occidente, el campus de Westlake rebosa avance tecnológico. Una torre con forma de nave espacial se eleva sobre hileras de laboratorios de investigación. Los centros de computación y las instalaciones de experimentación con animales se agrupan alrededor de un área verde central, en una forma diseñada para evocar una célula biológica. En su edificio académico principal se exhiben los retratos de docenas de profesores, todos ellos contratados en el extranjero.
Entre ellos se encuentran Guan Kunliang, un bioquímico que ganó una beca MacArthur "Genius" mientras estaba en Michigan; Cheng Jianjun, un ingeniero de materiales galardonado en múltiples ocasiones por la Fundación Nacional de Ciencias; y Yu Hongtao, un biólogo celular formado en Harvard que recibió millones en financiación del Instituto Médico Howard Hughes de Maryland. Los anuncios de contratación ofrecen una alta remuneración, en línea con las de las mejores universidades extranjeras. La meta: ser una superpotencia científica Westlake ha sido quizás la universidad china más exitosa en la contratación de talento extranjero, pero no es la única. Entre 2010 y 2021, casi 12.500 científicos de ascendencia china abandonaron Estados Unidos para irse a China, según un estudio publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences. La tasa de salida se aceleró: más de la mitad de ellos se marcharon en solo cinco años, entre 2017 y 2021. Los científicos chinos llevan mucho tiempo acudiendo en masa a las universidades estadounidenses, atraídos por la promesa de una educación y unos recursos de primera categoría que su país de origen no podía ofrecerles.
En la década de 1980, los científicos chinos que visitaban Estados Unidos recogían tubos de ensayo desechables para reutilizarlos en China, según Rao Yi, neurobiólogo de la Universidad de Beijing, que estudió y trabajó en Estados Unidos durante dos décadas.
Sin embargo, en los últimos años, cada vez más científicos han regresado a China, atraídos en parte por los programas de contratación del gobierno, que les prometen millones de dólares en financiación, así como subsidios para la vivienda y otras ventajas. El gasto de China en investigación y desarrollo solo es superado por el de Estados Unidos. Además, instituciones chinas como la Universidad de Tsinghua y la Universidad de Zhejiang se encuentran habitualmente entre las mejores del mundo en ciencia y tecnología.
La inversión forma parte de un plan para convertir a China en una superpotencia científica, especialmente en campos de importancia estratégica como la inteligencia artificial, los semiconductores y la biotecnología. "La revolución científica y tecnológica está entrelazada con el juego entre superpotencias", afirmó el año pasado el líder chino, Xi Jinping. Al mismo tiempo, Estados Unidos lleva años alejando a los científicos, en particular investigando sus vínculos con China. Lu Wuyuan, un químico especializado en proteínas que trabajaba anteriormente en la Universidad de Maryland, fue uno de los afectados. Fue investigado por los Institutos Nacionales de Salud por supuestamente no revelar sus conexiones de investigación con China, vínculos que, según él, Maryland conocía. Tras 20 años en la universidad, dimitió en 2020. La mayoría de los casos presentados en el marco de la denominada Iniciativa China acabaron fracasando. Muchos investigadores criticaron la campaña por considerarla un caso de discriminación racial. El profesor Lu, que ahora trabaja en la Universidad de Fudan en Shanghái, dijo que muchos de sus amigos pensaron en abandonar Estados Unidos, pero la mayoría decidió quedarse porque habían construido sus vidas allí.
El ataque de la administración Trump a la financiación de la investigación puede cambiar eso. "Si recortan tanto la financiación, creo que puede ser la gota que colme el vaso para mucha gente", dijo el profesor Lu. Las dudas, las sospechas y el factor político Aun así, China se enfrenta a sus propios problemas a la hora de captar talento. E incluso en su propio país, los científicos no se libran del escrutinio político. Las universidades chinas se enfrentan a limitaciones en la libertad de expresión, y el Ministerio de Seguridad del Estado de China ha advertido de que los académicos que regresan del extranjero pueden ser espías. Varios científicos nacidos en China, tanto los que habían regresado a China como los que seguían en Estados Unidos, hicieron hincapié en que no querían verse envueltos en la política. Solo intentaban hacer un buen trabajo. Muchos coincidían en que, sencillamente, era cada vez más fácil hacerlo en China. "Es difícil sobrevivir en Estados Unidos.
Y China se está desarrollando muy rápido", dijo Fu Tianfan, de 32 años, investigador en inteligencia artificial que dejó el Instituto Politécnico Rensselaer en diciembre para incorporarse a la Universidad de Nanjing. "Si fue la mejor opción", dijo, "quizá pase algún tiempo antes de poder decirlo". Para el Presidente Xi es parte del "juego de las superpotencias": China quiere atraer a científicos talentosos y el gobierno de Trump le acaba de ayudar VIVIAN WANG THE NEW YORK TIMES.