La doble crisis que paraliza Europa
Esde 1951, cuando los gobiernos de París, con el impulso del canciller Robert Schuman, y Bonn, bajo el liderazgo de Konrad Adenauer, dieron forma a la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA), Francia y Alemania han sido el motor político y económico del Viejo Continente, empujándolo hacia la Unión Europea, su actual configuración. Hoy, sin embargo, ese motor parece averiado. El origen de la falla es económico, pero, como ocurre casi siempre, sus efectos han contagiado el orden político.
Alemania, la economía más grande de la Unión Europea —y la cuarta del mundo— sufre problemas estructurales relacionados con la falta de competitividad de su industria, en especial la automovilística, y el alto precio dela energía. Se espera que este año termine con una contracción del 0,1 del PIB, pero los pronósticos para 2025 no son mucho mejores; el gran temor es que la crisis contagie también al mercado laboral.
El canciller Olaf Scholz perdió la semana pasada una moción de confianza en el Parlamento y es probable que en las elecciones adelantadas, el 23 de febrero, los socialdemócratas sean desalojados del po- “La imposibilidad de los gobiernos «de centro» de ofrecer respuestas podría arrojar a los electores hacia las ofertas populistas de derecha e izquierda”. Der.
Las encuestas sugieren una victoria de los democratacristianos (UCD), y un avance de la extrema derecha (AfD). Pero es probable que ningún partido consiga la mayoría absoluta, lo que podría obligar a largas negociaciones para tomar un nuevo gobierno y, por tanto, hará más difícil tomar medidas para enfrentar la crisis.
En Francia, el gran problema financiero es el déficit fiscal, por encima del 6% —el doble de lo previsto por la UE—. Pero los esfuerzos por recortar el gasto del gobierno de Emmanuel Macron, que controla apenas un tercio de la Asamblea Nacional, se han topado con el boicot tanto de la extrema derecha de Marine Le Pen como de la izquierda liderada por Jean-Luc Mélenchon, con un tercio cada uno.
El nuevo primer ministro, Francois Bayrou, ni siquiera ha podido armar todavía un gobierno, pero Le Pen ya lo ha amenazado con otra moción de censura similar ala que derribó a su antecesor, Michel Barnier, a comienzos de este mes.
El pronóstico de los analistas es una crisis fiscal profunda combinada con un bloqueo político prolongado, lo que podrían lastrar lo que resta del mandato de Macron, que culmina en 2027, o incluso obligarlo a dimitir. La parálisis política en París y Berlín llega en el peor momento para Europa.
Ambos gobiernos han sido claves para sostener la alianza que defiende a Ucrania frente a la invasión rusa; no está claro que tengan la energía para mantener aquella ición ni que sus potenci: sean tan firmes en su compromiso. Sise suma a las interrogantes que causa la llegada al poder de Donald Trump, no sólo en el ámbito militar sino también en cuanto a las políticas comerciales, el panorama es doblemente incierto.
El principal temor de los analistas, sin embargo, es que la imposibilidad delos gobiernos «de centro» de ofrecer respuestas a los problemas de la ciudadanía, y luchar efectivamente contra el estancamiento económico y el déficit fiscal, termine arrojando alos electores hacia las ofertas populistas de derecha e izquierda, escépticas tanto del proyecto europeo como de la democracia liberal.