Cada día más conservadores
Marcelo Somarriva Q., asta hace muy poco no sabía nada sobre J. D. Vance.
Solo cuando Donald Trump lo designó como candidato a la vicepresidencia para que lo acompañara en su nueva campaña supe que había escrito un libro de memorias “Hillbilly Elegy” contando su infancia en una familia pobre y disfuncional con raíces en los Apalaches, que su mamá era drogadicta y cómo superó todas estas dificultades y llegó a estudiar derecho en Yale. Cuando supe que había una película sobre estas memorias la vi de inmediato. No me gustó mucho la verdad, porque es porno duro de pobreza, pero eso daba lo mismo; lo que me pareció más relevante fue reconocer que estaba frente a un artefacto político extraordinario. Después de ver la película pasé un rato deambulando por internet y aprendí más sobre el personaje. Cómo la crítica había tenido tres tiempos para referirse a él y que en cada ocasión el tono fue diferente. Cuando publicó su libro en 2016, algunos lo celebraron como una explicación del trumpismo delos pobres blancos abandonados por la élite de Washington. Tras el estreno de su película, cuando Vance todavía parecía un detractor de Trump, aparecieron las sospechas y todo explotó con su designación reciente. Ahora la mayoría de los medios liberales lo acusa de ser un impostor en serie. Es curiosa esta obsesión con lo genuino, tratándose de un país dos Unidos y que ha reconocido estar cableado con muchas subculturas “raras” de la derecha. El punto es que, si Trump gana estas elecciones, toda esta derecha disidente que hace poco era un fenómeno marginal va a llegar al corazón de la Casa Blanca.
Si pasamos de los Apalaches a los Andes, vemos como en donde nunca hubo un “Verbos como Chile la agenda del enpolítico que lo fuera, ¿noi ¿ hi frentamiento al crimen desde George Washingrestringir, prohibir, y la delincuencia manton enadelante. Vigilar y castigar tiene secuestrada a la lo acusan de falsear el MO pertenecen al política yla atención del mundo de los Apalaglosario político público. Mientras esto ches, de hacer un cosprogresista ni subsista veremos asoplay Hillbilly y de marse las orejas del falso populista, lo que es raro, porque equivale a decirle falso mentiroso. Vance no sería un redentor, sino un hombre de negocios o un bot humano de conservadurismo radical, que más encima tiene contactos con billonarios de Silicon Valley, lo que se contradeciría su ideario conservador.
Todo esto puede ser serio, pero me parece más importante considerar, como dicen algunos, que Vance tiene vínculos directos con el movimiento intelectual conservador de la nueva derecha de Estaconservadurismo por todos lados: cualquier solución propuesta para resolver este dilema, en un corto plazo, será una fórmula conservadora. Más orden y control. Restablecer el principio de autoridad en la familia, el colegio y la vida pública. Verbos como restringir, prohibir, vigilar y castigar no pertenecen al glosario político progresista y tampoco liberal. Ya decía la señora Carrá que es peligroso decir siempre la verdad, admitamos que cada día estamos más conservadores.