El día más esperado
El día más esperado E l sábado es el día tan esperado. Tan esperado por los seguidores de Universidad Católica. Pero es más que eso: es esperado por toda la gente del fútbol, porque es un aporte para toda la afición. Y es más que eso: debe ser esperado por toda la gente del deporte, pues San Carlos de Apoquindo es un enorme terreno que acoge a una gran variedad de especialidades. Y el Claro Arena se incorpora a esta casa deportiva precordillerana con un escenario para el fútbol que debe ser el más moderno del país. Es el mismo recinto que ocupa el club hace algunos años, pero modernizado desde el pasto a las tribunas. Notable. Suele decirse que el estadio anterior fue Independencia. Es cierto, pero antes de Independencia hubo otro. ¿En serio? En serio. Para detallarlo hay que recordar que el CDUC nació en 1927. Hay quienes dicen que fue en 1937 y que su primer presidente fue Augusto Gómez.
La prensa del día siguiente decía, sin embargo: "Por sexta vez fue reelegido `Ganchito' Gómez". Entendido eso, hay que señalar que la UC, en 1928, fue local en el viejo Campos de Sports de Ñuñoa, donde se escribieron tantas páginas de los comienzos del fútbol chileno.
Los Campos eran propiedad del Arzobispado de Santiago y fue monseñor Crescente Errázuriz quien lo donó para su uso por los jóvenes universitarios, pues de estos había nacido la idea de la fundación, con la que conquistaron al rector, monseñor Carlos Casanueva, gran entusiasta de los deportes. Además, rápidamente el club creció a más disciplinas. La difusión, podemos decir, está en su ADN (como corresponde a una universidad). Se mencionan también otros escenarios muy antiguos como sedes locales de la Católica, pero eso no está confirmado. El que estuvo al interior de la Casa Central fue solo para uso de los alumnos. El estadio de Independencia nació en 1945. El 12 de octubre fue la inauguración.
Dos días más tarde se jugó el primer partido oficial, contra Audax Italiano, que anunciaba como campeón al año siguiente y que en este partido produjo el marcador más abultado del año: 9 a 2 le ganó a la UC.
No había marcador de goles, de modo que los tantos se señalaban elevando banderitas de colores (verdes las de Audax, por supuesto) y solo había 7. ¿Qué hacer? Según la revista Estadio, el problema lo resolvió "una hincha, no del Audax, sino de los católicos. Se arrancó un adorno de su vestido, una cinta verde, y los dos goles últimos fueron izados con esas banderitas improvisadas. Dos banderitas que eran pedazos del lindo vestido de la dama. Pedazos arrancados a su corazón entristecido de hincha aplastada por el dolor, pero de pura y auténtica hidalguía". Un párrafo romántico, si es que fue así. Lo de este sábado será distinto, no solo porque habrá marcador de goles, sino porque será de última generación, como muchas otras cosas. Y el rival será la Unión Española, con una larguísima rivalidad y amistad desde los tiempos de Independencia y Santa Laura, cuando eran vecinos de barrio. El día más esperado EDGARDO MARÍN.