Autor: CHIP CUTTER Y AMRITH RAMKUMAR The Wall Street Journal
Trump está haciendo del negocio de los directores ejecutivos su propio negocio
Trump está haciendo del negocio de los directores ejecutivos su propio negocio E l P r e s i d e n t e Trump. debido a los aranceles. Su gobierno empezó su segundo período atacando los programas corporativos de diversidad, equidad e inclusión (DEI), amenazando a las organizaciones que practicaran la “DEI ilegal” con investigaciones. En junio, para aprobar una fusión entre Nippon Steel de Japón y U.S.
Steel, Trump obtuvo una “acción dorada” que otorga al presidente la autoridad para designar a un miembro del consejo de Nippon Steel en EE.UU. y aprobar cualquier cierre de p l a n t a s e x i s t e n t e s e n EE.UU. Incluso para Trump, un llamado público para que el director ejecutivo de una compañía importante “renuncie de inmediato” es un territorio nuevo, observaron historiadores. La táctica encaja con su patrón de apuntar públicamente contra aquellos en los que quiere influir. La había utilizado con el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, y el Presidente ucraniano Volodymyr Zelensky antes de volverse contra Intel esta semana. “Este sin duda no es un enfoque que EE.UU. haya visto en la política moderna estadounidense”, señaló Meena Bose, directora de un centro que estudia la presidencia en la Universidad Hofstra. “Es un gobierno que doblega los intereses económicos”. El factor China Intel toca dos nervios especialmente sensibles para Trump: las inversiones de las empresas en la producción estadounidense y China. Los problemas financieros del fabricante de chips han limitado su capacidad para aumentar sus inversiones nacionales, una prioridad para Trump.
Asimismo, China ha surgido como el principal objetivo en la guerra comercial de Trump, y los vínculos de Tan con ese país provienen de su época en la industria de semiconductores y como un capitalista de riesgo que invirtió en China. Tan, quien nació en Malasia y es ciudadano estadounidense, se convirtió en director ejecutivo de Intel en marzo. Muchos ejecutivos tienen vínculos de largos años con socios chinos y tienen que estar preparados para ataques similares si aparecen en el radar de Trump, indicaron analistas. “Este es el nuevo estado normal”, manifestó Ray Wang, analista de semiconductores en la firma de investigación y asesoría Futurum Group. Jeffrey Sonnenfeld, profesor de la Escuela de Administración de Yale, aseguró que la exigencia de Trump ya estaba repercutiendo entre los líderes corporativos. “Es un proceso alarmante que el comandante de las fuerzas armadas de EE.UU. se ponga a elegir a quién va a dirigir las empresas privadas”, manifestó. En la industria bancaria, la orden ejecutiva de Trump está inspirada en parte en sus propias experiencias cuando le negaron cuentas en JPMorgan Chase y Bank of America.
Las instituciones han sostenido que sus deciCONTENIDO LICENCIADO POR THE WALL STREET JOURNAL En su trato con las empresas más grandes de EE.UU., el comandante en jefe no tiene reparos en actuar como el microgerente en jefe. El Presidente Trump llevó su afición por indicar a los jefes corporativos cómo dirigir sus empresas a otro nivel el jueves pasado al pedirle públicamente al director ejecutivo de Intel que renunciara.
La acción no fue inusitada: Trump ha dicho a los fabricantes de automóviles de Detroit que no suban los precios y ha exigido a Walmart que “asuma los aranceles”. Ha presionado al equipo de fútbol Washington Commanders para que cambie su nombre y quiere que Coca-Cola utilice azúcar de caña en lugar de jarabe de maíz. Toda esa intervención está creando un riesgo para los líderes empresariales, quienes creían que habían descifrado el manual de estrategias de Trump. Se suponía que la adulación pública y los anuncios ostentosos de inversión en EE.UU. aplacarían al Presidente y mantendrían a sus empresas fuera de sus publicaciones en Truth Social. En cambio, el republicano está interviniendo en las decisiones empresariales en formas sin precedentes, en industrias que abarcan desde la farmacéutica hasta la bancaria y pasando por la manufacturera. Ahora que el Presidente ha pedido la cabeza de un director ejecutivo, el temor es que tenga en la mira a otros que le desagradan, según ejecutivos y asesores corporativos.
“Es un error que el Presidente de EE.UU. esté diciendo al consejo de una importante corporación que despida a su director ejecutivo”, señaló Bill George, exjefe ejecutivo de Medtronic, la que fabrica dispositivos médicos, quien se mantiene en contacto con ejecutivos de diversas industrias.
La publicación de Trump en la que critica los acuerdos de negocios anteriores del jefe ejecutivo de Intel, LipBu Tan, en China tuvo lugar el mismo día en que utilizó una orden ejecutiva para obligar a los bancos a que hagan negocios con más conservadores y otros aliados políticos. Un día antes, dejó exentas a compañías tecnológicas como Apple de los nuevos aranceles a los semiconductores, con la condición de que aumenten sus inversiones en EE.UU. “El Presidente Trump ha estado enfocado en hacer de EE.UU. el mejor lugar del mundo para hacer negocios e invertir”, afirmó el vocero de la Casa Blanca, Kush Desai.
“Mientras el gobierno reorienta las políticas gubernamentales para poner a los estadounidenses y a EE.UU. primero, las empresas deberían seguir el ejemplo”. En los últimos meses, ha instado a las compañías farmacéuticas a que bajen los precios y ha amenazado a los ejecutivos automotores por si subían los precios siones no son discriminatorias y que a menudo se ven impulsadas por factores legales y reguladores.
La semana antepasada, Trump envió cartas a 17 compañías, entre ellas Pfizer y Johnson & Johnson, en las que les pide que reduzcan los precios de los medicamentos en EE.UU. para que igualen a los de otros países. la semana pasada, dijo que pronto se van a anunciar los aranceles a las importaciones farmacéuticas. El mandatario ha demostrado que está dispuesto a intervenir en otras áreas de la sociedad.
Ha emitido una ráfaga de órdenes ejecutivas contra bufetes de abogados, puesto que asegura que algunos “han armado” el sistema legal, y ha lanzado una serie de andanadas contra universidades de investigación que dependen de fondos federales. Los directores ejecutivos tienen escalofríos Algunos líderes empresariales expresaron su gran frustración ante el hecho de que Trump pidiera la salida de un ejecutivo estadounidense sin dar ninguna prueba de una mala acción. Otros dijeron que habrían preferido que Trump resolviera el problema tras bambalinas con el consejo de Intel.
“Tiene derecho a decir lo que quiera, pero hay una diferencia entre tener el derecho y ¿ es lo correcto de hacer en un sistema capitalista de libre mercado?”, señaló Harry Kraemer, exdirector ejecutivo de la compañía de atención de salud Baxter International, quien ahora es profesor de liderazgo en la Escuela de Administración Kellogg de la Universidad Northwestern. Presidentes como el demócrata Franklin D. Roosevelt han tomado el control de empresas por no cumplir con los acuerdos laborales o para mantener industrias clave a flote. En 2009, el gobierno de Obama presionó para que el entonces director ejecutivo de General Motors, Rick Wagoner, renunciara cuando rescató a la empresa automotriz de Detroit. Una diferencia clave fue que el gobierno era un gran inversionista de GM en ese momento. A menos que Tan compartiera tecnología en forma indebida o actuara en forma ilegal, Intel debería mantener su curso, afirmó George, el exjefe ejecutivo de Medtronic. Una reorganización del liderazgo ahora retrasaría aun más la recuperación de una compañía fundamental para la industria de semiconductores estadounidense.
Los directores ejecutivos han tratado de cortejar a Trump en su club de Mar-a-Lago en Florida, y han contratado a nuevos grupos de presión que tengan vínculos con él y han evitado cualquier comentario público que pudiera ofender al gobierno. No obstante, la medida más reciente del mandatario hace que sea incluso más difícil navegar ahora en Washington, aseguran líderes empresariales. “Estoy realmente incómoda con este tipo de actividad”, expresó Nancy Tengler, directora ejecutiva y jefa de inversiones en Laffer Tengler Investments. Exigir la renuncia de un jefe ejecutivo sugiere que el gobierno sabe mejor cómo se debería dirigir una empresa.
“Creo que esto no es competencia del Presidente”. Artículo traducido del inglés por “El Mercurio”. PFA RIVAL China ha surgido como el principal objetivo en la guerra comercial de Trump.. El Presidente, quien se ha movido según su visión empresarial, no se abstiene de decirles a los jefes corporativos cómo dirigir sus empresas, o cuándo renunciar. El mandatario ha demostrado que está dispuesto a intervenir en otras áreas de la sociedad: RIVAL China ha surgido como el principal objetivo en la guerra comercial de Trump.