Brillos de época
Brillos de época L a conexión que tenía Priscilla Cúneo con su abuela materna era muy especial. Ella vivía en una casona en Recoleta, rodeada de muebles y objetos antiguos, y a Priscilla le encantaba visitarla, porque alucinaba con ese mundo de otra época. La cercanía con la estética es quizás lo que la llevó a elegir Arte, aunque después de un año, a fines de los 90, se cambió a Arquitectura en la Universidad Católica de Valparaíso. Mientras era estudiante su abuela murió, y luego de ayudar a su mamá a desocupar y ordenar la casa, quedó con la tarea de descolgar seis lámparas de lágrimas y bronce que necesitaban algunos arreglos.
Buscó en persas y mercados de antigüedades las lágrimas y piezas perdidas, fijó las que estaban sueltas, hizo una restauración profunda y cuando quedaron en perfectas condiciones se dio cuenta de su prolijidad, por lo que se animó a publicar un aviso en Facebook. Ese fue el comienzo de este nuevo camino. Mientras continuaba sus estudios, se metió de lleno en el mundo de la restauración para aprender, revisando libros y fotos de lámparas antiguas, y fijándose en los más mínimos detalles.
También tomó cursos de electricidad, que es lo más complejo de reparar, sobre todo porque muchas eran originalmente de velas, y al convertirlas en eléctricas, el cableado no puede alterar el diseño y las Brillos de época El delicado y minucioso oficio de restaurar lámparas de lágrimas es para la arquitecta Priscilla Cúneo una pasión que descubrió gracias a sus raíces familiares, y se convirtió en un quehacer que la llevó a reparar incluso algunas piezas de embajadas y del Palacio de la Moneda. Producción, Paula Fernández T. Fotografías, Carla Pinilla G. A Priscilla Cúneo se la puede contactar a través de su cuenta de Instagram, @restauratulampara. OFICIOS. Brillos de época En su departamento, donde conserva muebles heredados de su abuela, armó un ordenado taller. soldaduras. Su papá, dueño de una maestranza, maestranza, le ayuda con la fabricación de partes de bronce quebradas por las caídas o a enderezar enderezar las que quedan a maltraer. Otras piezas de ese metal o cristales las compra en mercados de antigüedades en Estados Unidos, donde pasa tres meses al año; allá viven su mamá y su hermana. Así se transformó en una experta en este oficio en el que, según explica, lo más importante importante es ser perfeccionista.
Es lo que se advierte advierte en el taller que armó en su departamento departamento en Las Condes, donde todo luce muy ordenado y organizado, con diferentes espacios espacios habilitados para limpiar, soldar, electrificar electrificar y afinar los últimos detalles de cada lámpara. VE) 4A La belleza de los cristales y los bronces la llevó a enamorarse enamorarse y perfeccionarse perfeccionarse en este oficio..