Autor: Carlos González Morales Rector Universidad de Playa Ancha
COLUMNAS DE OPINIÓN: Acerca de frustraciones y el Estado
COLUMNAS DE OPINIÓN: Acerca de frustraciones y el Estado O Columna Columna Carlos González Morales Rector Universidad de Playa Ancha Acerca de frustraciones y el Estado rustración. Eso que sentimoslos rectores de universidades del Estado cuando llega el momento de discutir sobre el nanciamiento de nuestras instituciones, ya que el propio Estado parece amarramos alsuelo concadenas que nos impiden avanzar.
Estamos conscientes de quelas necesidades del paísson múltplesytodaslasreparticiones públicasse venobligadasatrabajar con presupuestos menores a los que desearían o deberían tener. ¿Pero por quésolamentelas universidades se ven obligadas a competir en desventaja con sussimilares privadas, que tambiénreciben financiamiento estatal? Llevamos décadas discutiendosobrela necesidad de cambiar el modelo de financiamiento, en que los aportes del Estado asus universidades dependen de la matrícula que tengan. Un sistema que perjudica más las universidades pequeñas y a las de zonas extremas. Lo sabe muy bien el Presidente de la República, nac doenPunta Arenas y egresado de la Universidad de Chile. Lo entienden ministros, subsecretarios, superintendentes, contralores... todos los que de alguna manera supervisan minuciosamente nuestros actos. Lo saben y entienden diputados y senadores. Muchos nos expresan su solidaridad y apoyo, prometen soluciones. Perola discusión llega al Congreso Nacional, en la discusión presupuestaria, y todose esfuma. Frustrante. Pero noes solo que tengamos recursos limitados e insuficientes. Luego nos ordenan implementar la Ley de Inclusión, sinasignarfondos paralos gastos extra. Nos exigen una Dirección de Género, que demanda equipos grandes de profesionales: ni un peso extra. Aprueban un reajuste de remuneraciones para el sector público y a otras instituciones se les asigna el presupuesto necesario, pero alas universidades no. Se trata de políticasjustas, que apoyamos plenamente, pero afectan al ya exiguo presupuesto universitario. Frustrante. Como en todaorganización, en la universidad hay un compromiso para pagarregularmentealos trabajadores. Sinembargo, una y otra vez, el Estado retrasa los pagos correspondientes, lo que nos obligaa contraer deudas paracumplir ese compromiso con nuestro personal. Los fondos llegan finalmente, pero para entonces ya hay una deuda generando intereses y tampoco hay recursos adicionales paracubrir esegasto. Resultado: la universidad pierde dinero todos losaños. Frustrante. Podríamos seguir con muchos ejemplos. El Estado nos exige muchísimo para el tamaño que tenemos, nos controla, nos pone demasiadas restrii 1es. No sería negativo si no fuera porque, al mismo tiempo, nos obliga a competir con universidades privadas que no tienen ninguna de esaslimitaciones. Todas las universidades del Estado tenemos un compromiso social, de vinculación con nuestros territorios, de entregar cultura, desarrollar investigaciones y mucho más. No esnecesario obligarnos, queremos hacerlo.
Pero el Estado tiene que apostar por sus universidades y darles financiamiento suficiente y oportuno, ojalá mediante fondos basales que permitan responder a todas las exigencias que plantea una educación superior de calidad. las exigencias que plantea una educación superior de calidad. las exigencias que plantea una educación superior de calidad..