Editorial: El Presidente Boric confió en la Armada
Editorial: El Presidente Boric confió en la Armada C on el nombramiento del vicealmirante Fernando Cabrera Salazar como nuevo Comandante en Jefe de la Armada, el presidente Gabriel Boric ha dado una señal clara de confianza en la trayectoria, competencia y liderazgo técnico de uno de los oficiales más experimentados de la institución.
Cabrera, con una carrera impecable que abarca desde el mando operativo hasta funciones estratégicas como jefe del Estado Mayor General y director de Inteligencia Naval, representa la continuidad profesional de una Armada moderna, articulada y preparada para enfrentar los desafios del siglo XXI, en reemplazo del muy correcto Juan Andrés de la Maza, y superando en el sprint final al Jefe del Estado Mayor Conjunto, Pablo Niemann, quien pasará a retiro.
La formación de Cabrera en artillería y misiles, sumada a estudios en Estados Unidos y Francia, lo posiciona como un oficial con mirada global, capaz de integrar las exigencias de la defensa nacional con el complejo contexto internacional. Desde Talcahuano hasta el Estado Mayor, su recorrido habla no solo de mérito, sino también de capacidad de adaptación en una institución que, sin hacer ruido, ha dado pasos firmes hacia la profesionalización.
En ese contexto, resultó inevitable que surgieran otras alternativas dentro del alto mando, como la del vicealmirante Mauricio Arenas, actual Comandante de Operaciones Navales, el "sexto de la quina". Arenas cuenta con la peculiar cualidad de ser el único oficial del escalafón superior graduado en democracia, durante el gobierno de Patricio Aylwin, en el mes de diciembre de 1990.
Su perfil más joven y su formación contemporánea lo convirtieron en una carta atractiva para sectores más ideologizados del gobierno, al punto de que se llegó a evaluar la idea -impulsada desde el entorno del subsecretario Ricardo Monterode una renovación profunda del mando para una "despinochetización" definitiva.
Esa propuesta no prospero, en parte por la oportuna mediación de figuras como la alcaldesa Macarena Ripamonti, y con razón: el sistema de ascensos y relevos en las Fuerzas Armadas responde a una lógica institucional que ha probado ser estable y eficaz. Cabrera representa precisamente esa estabilidad. A partir del 18 de junio, liderará una Armada que, sin estar ajena a los cambios sociales, valora la continuidad, la experiencia y la disciplina.
Su tarea no será sencilla, pero llega con todos los atributos para ejercer el mando con firmeza y visión.. El vicealmirante Fernando Cabrera asumirá como nuevo Comandante en Jefe, en una señal de continuidad y liderazgo técnico. E Editorial