Autor: IÑIGO DÍAZ
La canción como artefacto: António Zambujo vuelve al Festival de Fado
La canción como artefacto: António Zambujo vuelve al Festival de Fado TEATRO NESCAFÉ DE LAS ARTESuna música en constante transformación. “Yo era muy pequeño cante tradicional de c u a n d o c o n o c í e l mi región, Alentejo, en el sur de Portugal. Escuchaba a los hombres en ese canto polifónico que me impactaba. Mi abuela, que no cantaba pero conocía todas las canciones, me enseñaba las letras para que yo me acercara a los coros, que se forman espontáneamente, en cualquier lugar. Así apareció la música para mí”, dice António Zambujo, desde Lisboa.
Zambujo es una de las voces centrales en la música portuguesa actual, con resonancia fuera de su país a partir de una discografía extensa que se inicia en 2002 con “O mesmo fado”, justo en los tiempos del resurgimiento del fado en Portugal. Ahora regresa a Chile para protagonizar el Festival Internacional de Fado, una cita que cada año se realiza en el Teatro Nescafé de las Artes. Allí han cantado Cristina Branco, Cuca Roseta, Sara Correia, Kátia Guerreiro, Mariza y Carminho, con quien Zambujo se presentó por primera vez en Chile hace cinco años. El concierto es este 14 de noviembre (20:00 horas, entradas entre $30.000 y $50.000 ), con un conjunto acústico con guitarra portuguesa, piano, contrabajo y guitarra clásica. El centro del programa girará alrededor del repertorio de “Cidade”, su discocantó por primera vez en Chile. Ese año también grabó una canción con Mon Laferte. OJUBMAZOINÓTNAOVIHCRAde 2023 en cuyas canciones se observa la soledad de las personas en las grandes ciudades. Todo el repertorio fue escrito porsu compañero de armas, Miguel Araújo. “Yo me imagino los discos como el registro de los momentosen la vida y por eso siempre va a aparecer algo distinto. Todos vamos cambiando y creo que mi música está siempre en transformación. De dos en dos años es imposible que algo sea igual”, dice Zambujo.
Esa trayectoria ha estado marcada por la música popular brasileña, y él ha tenido cruces y colaboraciones con artistas diversos, desde el cantautor uruguayo Jorge Drexler y el virtuoso guitarrista brasileño Yamandú Costa, a la estrella chilena Mon Laferte, con quien en 2019 Zambujo grabó “Madera de deriva”. “Yo no sé cómo llamar a lo que hago. Es una canción que va cambiando con los tiempos por las vivencias e influencias que recibo. El fado que hoy defendemos como fado también fue una transformación que surgió en los años 30, porque siempre aparecen cantores que añaden alguna cosa, un instrumento, un arreglo nuevo. Como el fado es la poesía cantada, entonces aparece la visión de cada cantor, de cómo él vive ese poema. Por eso el arte es tan libre”, dice. Aquí se asocia a mujeres, y de hecho, el Festival de Fado ha tenido solo a mujeres. “Fuera de Portugal se conoce a su gran cantante, Amália Rodrigues. De algún modo, ella, Mariza, Ana Moura o Carminho son embajadoras del fado. Pero en la historia siempre ha habido muchos hombres cantando fado. Uno fundamental es Alfredo Marceneiro, que además de cantor escribió la música de los principales fados tradicionales. También están Armandinho, Tony de Matos, Carlos do Carmo, Camané, Ricardo Ribeiro. Hay muchas voces masculinas”. En sus inicios está el cante alentejano, reconocido por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad. “Alentejo tiene tres capitales, Évora, Portalegre y Beja, donde nací y conocí el cante. Esa cultura es muy fuerte y se traslada entre generaciones, porque está muy ligada a la socialización. Alguien llega del trabajo, entra a una taberna, toma una copa de vinho, se pone a conversar con otras personas y luego todos cantan. Es una expresión natural en los barrios. Si estás en Alentejo, en un café o un restaurant, y al final de una cena no empiezan a cantar sería muy raro. Todos cantan, algunos muy mal, pero todos cantan.
Y así comencé a cantar yo”.. A cinco años de su estreno en Chile junto a Carminho, este 14 de noviembre el cantor portugués presentará su disco “Cidade”, una mirada libre sobre TEATRO NESCAFÉ DE LAS ARTES En 2019, Zambujo