Este 8M, hablemos de Jocelyn
Este 8M, hablemos de Jocelyn Jocelyn llegó al Programa Terapéutico Residencial a tratamiento de drogas con su hija de apenas semanas de vida.
Una fuerza interior la empujó a darse lo más posible y a tener a su “bebé”. Perdida, sola, sin fuerzas, cansada después de lrs intentos por disminuir el consumo y recuperar salud, su instinto de sobrevivencia la hizo pensar lesta nueva vida que latía en ella podría darle la rza para volver a intentarlo. Así llegó al Programa que tenemos en Quilicura. [dio una oportunidad. Luego de mucho tiempo, ió en ella misma y se permitió tratar de salir ante. Lleva seis meses aquí. Hace tres la vi endiendo a tejer y viendo televisión, mientras guagua dormía en un coche a su lado.
La vida diana la sigue superando como a tantas y en s de una ocasión flaquea y piensa que no puede. se sobrepone y, la verdad, ya está mucho más rte para salir de nuevo al mundo. Confía en que ne más herramientas que antes y que esta vez sí ogrará. Esta historia, mucho más común de lo que siéramos, es parte de la agenda feminista que ho Hogar de Cristo nos moviliza.
Las cifras entre s y niños, mujeres y hombres, dan cuenta de que )obreza en Chile sigue teniendo rostro de mujer. portas de la conmemoración del 8M, vemos esos chos números que reflejan las brechas de género reportajes y notas periodísticas. Aunque hoy, después de muchos años, Chile ó completar el circuito de tratamiento de consumo blemático para mujeres en todas las regiones, existe lista de espera. Tener que esperar para a rehabilitación en consumo de drogas y alcohol impresentable, porque en esta materia es clave er coincidir motivación y oportunidad. También es portante avanzar en presupuesto. )e los 60 mil millones destinados al tema, sólo 7 millones son para programas de mujeres.
Esto es pas el 12% del total. ilás allá de la cobertura, ¿por qué sigue siendo s difícil para las mujeres acceder a procesos de bilitación? i le preguntamos a Jocelyn, su respuesta es pIe: nadie se lo ofreció cuando estaba sola y no ía hijos. Las veces que llegó a la urgencia por bredosis sintió la actitud castigadora. La misma la obligó a dejar su casa cuando era adolescente. misma que la llevó a vivir en un ruco, en la calle, ando las amigas ya no supieron que más hacer ella. Esa mirada instaló en Jocelyn la culpa “haberse metido en las drogas”. Así empezó a stigarse y a no encontrar una salida. Idemás de las causas estructurales que tienen a ile con un 7 por ciento de su población en pobreza, ta sigue siendo mayoritariamente femenina.
Esto entuado, porque en nuestra sociedad permanecen radas castigadoras que, sumadas a la culpa propia, ran muchas oportunidades. agenda feminista que debemos seguir sando necesita, además de recursos, leyes rspectiva de género al momento de diseñar cas y ofertas programáticas. Pero sobre todo e ser compasiva. Capaz de traspasar las barreras la culpa y del castigo. Más programas con ectiva de género, no sólo son necesarios, son bligación. Eso para que, dentro de 20 años, la a de Jocelyn esté junto a su madre, marchando acortar otras brechas que permitan a Chile seguir ciendo en igualdad para todas las mujeres. Opinión Liliana Cortés Directora Social Nacional de/Hogar de Cristo r :ste 8M, hablemos de Jocelyn. -