Ecosistemas de salud, la integración de los actores para el bienestar de todos
Ecosistemas de salud, la integración de los actores para el bienestar de todos El concepto de salud ha dejado de centrarse únicamente en la ausencia de enfermedades y su tratamiento. Ahora se ha expandido hacia una mirada más integral.
Hoy, la pregunta ya no es únicamente cómo tratar una dolencia, sino cómo prevenirla, cómo generar entornos más saludables y, sobre todo, “cómo construir ecosistemas de salud donde todos los actores sociales se hagan parte de la solución”, explica Paula de Orúe, profesora de la Facultad de Medicina de la Universidad de Concepción y expresidenta de la Sociedad Chilena de Salud Pública (Sochisal). Estos ecosistemas no solo se conforman por hospitales, centros de atención primaria o clínicas. También los municipios, escuelas, empresas, organizaciones sociales y medios de comunicación tienen un rol que cumplir.
La clave está en la colaboración y en entender que cada actor puede actuar sobre, por ejemplo, los determinantes sociales (DSS), que según la Organización Mundial de la Salud (OMS) explican más del 70% de las diferencias en el estado de salud de las personas. Entre los DSS están el entorno social, de habitabilidad, acceso a servicios públicos, a alimentos saludables, a salud preventiva, a espacios para hacer ejercicio, etc. En Chile, hay dos realidades que afectan y estresan el sistema de salud. Primero, según encuestas de diversas universidades, entre 2023 y 2024, el 45% de los hogares tenía al menos a un integrante con una enfermedad crónica. Entre las más reportadas están la diabetes, hipertensión arterial, cardiopatía, artritis y el accidente cerebrovascular.
A ello se suma que, según la OCDE en 2023, el 26,4% de los adultos en Chile sufría de obesidad, y el Mapa Nutricional Junaeb 2024 indica que la mitad de los estudiantes presenta sobrepeso u obesidad. Segundo, el factor edad.
Según un estudio del Observatorio del Envejecimiento UC-Confuturo, el 29,2% de la población sobre 60 años reporta una enfermedad crónica; el 22,7%, dos; el 12,6%, tres, y 10,2%, cuatro o más, aumentando la complejidad del tratamiento y los costos asociados.
Entonces, no se trata solamente de curar enfermedades, sino de “cómo hacemos entre todos para mantenernos sanos, y si no podemos estar sanos, cuáles son las estrategias para recuperarnos” o tener una mejor calidad de vida, dice De Orúe. Para que este ecosistema funcione adecuadamente, se requiere una conectividad que permita una atención centrada en resultados, no solo en prestaciones. “Implica personalizar la atención, ya que debe estar desde la mirada de las personas”, enfatiza la académica. Bajo este enfoque, los servicios de salud en red (RISS) surgen como una propuesta concreta.
Inspirados en las recomendaciones del 2008 de la OMS y la Organización Panamericana de la Salud (OPS), buscan articular todos los niveles de atención, desde la promoción hasta los cuidados paliativos, apuntando a “una continuidad asistencial: que el paciente sienta que entre todos estamos resolviendo el problema”, destaca. Una ventaja clave de este modelo es que combate la fragmentación del sistema. “Cuando pasamos del centro de salud al hospital, muchas veces tenemos que contar toda nuestra historia de nuevo. En una red integrada, eso se evita”, afirma. Además de mejorar la experiencia, esta continuidad eleva la calidad, seguridad y oportunidad de las atenciones preventivas, de control y tratamiento. Chile tiene fortalezas que permiten avanzar hacia un ecosistema de salud, como una red amplia de establecimientos, equipos multidisciplinarios en atención primaria y cobertura territorial sólida.
“Es uno de los pocos países donde uno encuentra médico, enfermera, matrona, asistente social, kinesiólogo, odontólogo, psicólogo, nutricionista y farmacéutico en el mismo centro”, lo que potencia una atención más integral y territorializada, destaca la especialista. Sin embargo, la implementación no es homogénea: “No hay una zona del país donde el modelo funcione al 100%”, dice. Superar los desafíos estructurales requiere más que voluntad. “Las reformas implican recursos, capacitación y convencer a equipos y políticos de que este sector requiere decisiones más técnicas que políticas”, comenta Paula de Orúe.
Además, insiste en la importancia de mantener políticas públicas estables, “con visión de largo plazo”. La salud de las personas no depende solo de hospitales y centros médicos, sino de un trabajo conjunto y en red de los diferentes estamentos de la sociedad. Según la OMS, los determinantes sociales explican más del 70% de las diferencias en estado de salud entre las personas. NUEVA MIRADA: PROPUESTA CONCRETA REALIDAD LOCAL. NUEVA MIRADA: