Autor: FranCisCO león POnCe,
Columnas de Opinión: Dulce patria
CoNCEjAL DE PUNTA ARENASTodos quienes hemos podido recorrer Chile, o, por lo menos, gran parte de esta larga y angosta faja de tierra, no puede dejar de amarla porque no sólo es bella, sino que, también, generosa, y la gente que produce es tan gallarda, altiva y belicosa que no ha sido por rey jamás regida ni a extranjero dominio sometida, al decir de don Alonso de Ercilla y Zúñiga, el poeta español que cantó la epopeya araucano-chilena primigenia. Pero eso no es todo.
Dios Todopoderoso le regaló un desierto col-mado de minerales preciosos, como el cobre, el oro, la plata y por estos días, el litio, y sus fértiles quebradas, cuna de culturas ancestrales, bañadas por el agua de unos ríos que, exceptoel Loa, nunca llegaron al océano Pacífico con lafuerza y el caudal de sus descensos cordillera de Los Andes abajo.
Pasado el Norte Verde, con viñas excepcionales, los versos de Gabriela y piques apenas dominados sólo por duros mineros, se abre el Valle Central, con sus ciudades trazadas a escuadra, excepto Valparaíso, puerto de poetas y cantores, sus campos de cultivo de frutas, verduras, hortalizas y viñedos que imponen sus sabores finales a lo largo y ancho de este mundo, derribando rivales en cuerpo, bouquets y otros atributos que sólo dan a nuestros vinos, excepcionales “terroirs”, entre cordillera y mar.
A la par, ese mar que tranquilo, a veces, otras con furia, nos baña, entrega sus productos, desde los choritos hasta los locos y los erizos y desde el modesto jurel hasta congrios dorados para “gourmets”, salmones, langostas en Juan Fernández y centollas en los mares australes.
Y al sur del sur, “donde mueren las distancias”, nuestros canales flanqueados por el hielo de los glaciares, con el recuerdo de canoeros ya idos, de viejos marineros y capitanes piratas o corsarios, y de otros venidos de muy lejos y que fondearon, ya como pioneros, a orillas del Estrecho de Magallanes, en las estepas y bosques australes, siguiendo la singladura de la goleta “Ancud”, de los primeros vapores que no se detuvieron frente a Fuerte Bulnes y cruzando la Tierra de los Fuegos, llegaron a nuestro Beagle y miraron hacia el continente blanco, donde, al cabo de un tiempo, los chilenos izaron la bandera tricolor en nuestras bases, que sigue flameando y flameará hasta el fin de los tiempos.
Sí, dulce Patria, querido Chile, “que o la tum-ba serás de los libres o el asilo contra la opresión”porque creemos en Dios, en ti Patria querida, en laFamilia, base de nuestra sociedad, en la Libertad, regalo divino, y en Magallanes, donde el sacrificio, el frío, el viento y la distancia, nos ha dado la voluntad y el temple para vencer todos los obstáculos y resguardar nuestra soberanía:¡ Viva Chile, viva Magallanes ! Viva PuntaArenas y su gente¡.