Autor: Jorge Salomó Flores Historiador
COLUMNAS DE OPINIÓN: Tiempo de primavera
- - COLUMNAS DE OPINIÓN: Tiempo de primavera Jorge Salomó Flores 66 Para los alérgicos, Historiador es tiempo de estornudos, lagrimeos y antihistamínicos, consecuencia del aumento del polen y las sustancias ambientales que abundan, acompañadas del típico viento de estos días de septiembre y octubre. También puede ser época de rupturas, decepciones y depresión, entonces toma sentido la canción popularizada por la artista mexicana Yuri: La maldita primavera. Tiempo de primavera riodo de cambios importantes, no sólo en el clima, sino que en el ánimo, la inspiración personal, la luminosidad de cada día. El origen etimológico latino, señala que se trata de la primera (prima) verdad (vera) o verdor. Es el tiempo de la gestación de frutas, con la floración de árboles que llenan de colores los campos, como duraznos, damascos, ciruelos o de floridos magnolios, abundantes en los jardines de Viña del Mar.
En el ámbito pictórico, Sandro Boticelli, representó la alegoría mitológica con la representación de El nacimiento de la Primavera, realizada alrededor de 1480, por encargo de Lorenzo de Pierfrancesco Medici, primo del famoso principe Lorenzoel Magnífico, en un periodo de profundas contradicciones en la corte florentina. El cuadro, exhibido en la Galería de los Uffizi (Oficios) de Florencia, resalta la figura femenina central, que corresponde a la diosa Venus, de la mitología romana. Un frondoso bosque de laureles, pinos y naranjos, envuelve la escena que se armoniza con margaritas, jazmines, amapolas, clavelinas y otra variedad de flores, que nacen en el tiempo de la primavera. En 1721, Antonio Vivaldi compuso Las Cuatro Estaciones, concierto para violín y orquesta acompañado de textos poéticos. En su labor como sacerdote en Venecia, trabajó para el Hospital de la Piedad, institución benéfica encargada de la acogida de niños abandonados. De las partes musicales, la más interpretada en el mundo es La Primavera. Dulce, armónica, compuesta en las nuevas estructuras del barroco, podemos señalar que se convirtió en un himno indisociable con este periodo del año. En muchos pueblos del mundo, la llegada de esta emblemática época, se acompaña de ceremonias, rituales, danzas, C on lallegada de la primavera nuestro entorno vive un perelacionadas con la fertilidad. Tiempo propicio al embarazo, al goce de la vida y de los frutos de la maternidad. En Chile, durante la primera mitad del siglo XX, se organizaron fiestas de primavera, con desfiles de carros alegóricos, disfraces y despliegues juveniles que alegraban el ambiente urbano. Se proclamaban reinas, declamaban poesías y organizaban actividades para celebrar el fin del frío invierno y la llegada de días gratos y soleados. Los agricultores y feriantes anuncian los primores, aparecen sabrosas primaverales, como las chirimoyas y las frutillas.
En algunos parques de Chile, miembros de la colectividad nipona rinden tributo a la flor del cerezo, un simbolo cultural que da cuenta del significado que los japoneses otorgan al espectáculo que regala la naturaleza, cuando estos árboles rebozan sus delicadas flores blancas y rosadas. Para los alérgicos, es tiempo de estornudos, lagrimeos y antihistamínicos, consecuencia del aumento del polen y las sustancias ambientales que abundan, acompañadas del típico viento de estos días de septiembre y octubre. También puede ser época de rupturas, decepciones y depresión, entonces toma sentido la canción popularizada por la artista mexicana Yuri: La maldita primavera. Para quienes deseen aprovechar la generosidad primaveral en Chile, el desierto florido es un milagro de belleza, vida, fuerza, con la esporádica aparición de millones de florcitas en medio de la aridez.
Garras de león, añañucas, suspiros lilas, orejas de zorro y cientos de especies enterradas en la arena, aprovechan la temperatura, humedad y viento propicios, para gestar uno de los fenómenos de la naturaleza impactante, que pone ante nosotros el sublime misterio de la vida, delicada y pujante, en cada germen de esas semillas que esperan ocultas el despertar de la estación, como si escucharan los sones de Igor Stravinsky, para regalarnos La consagración de la primavera. e e.