Autor: Marcela Momberg Alarcón, rectora Universidad Católica de Temuco
Columnas de Opinión: Inclusión en la educación superior
Columnas de Opinión: Inclusión en la educación superior a reciente rendición de la Prueba de Acceso a la Edu1cación Superior (PAES) por parte de dos mil estudianAes en La Araucania resalta un momento crucial en la educación en Chile.
Sin embargo, más allá de los números, la pregunta que debemos hacernos es: ¿ cómo estamos abordando la inclusión en este proceso? La Universidad Católica de Temuco (UCT) ha asumido este desafio, reconociendo que la inclusión no es solo un objetivo, sino un derecho fundamental que debe ser garantizado para todos. La inclusión en el ámbito universitario ha ganado relevancia en las últimas décadas. La UCT ha establecido politicas que buscan equiparar las oportunidades de acceso, especialmente para jovenes de contextos vulnerables. Programas como PACE y el Centro de Recursos Tecnológicos InclusiVOS (CERETI) son ejemplos de este compromiso. Estos esfuerzos enriquecen a la comunidad universitaria, promoviendo un entorno más diverso y equitativo. La Dirección General de Inclusión y Acompañamiento Académico (DGIA) juega un papel fundamental en este proceso. Desde su creación en 2016, ha actuado como un eje articulador entre la UCT y los estudiantes en situación de vulnerabilidad. Este enfoque busca generar un cambio cultural donde la diversidad sea valorada y celebrada, permitiendo que todos los jóvenes desarrollen sus talentos y habilidades. La inclusión se convierte en un valor central que debe inspirar a toda la comunidad UCT. No se trata solo de ofrecer vias de acceso, sino de asegurar que cada estudiante reciba el apoyo necesario para permanecer y triunfar en su trayectoria académica. La UCT adopta un enfoque integral que incluye recursos tecnológicos, académicos y apoyos socioemocionales cruciales para el bienestar de los estudiantes. Este compromiso ético también es fundamental. Como universidad católica, la UCT se guia por principios de humanismo cristiano, que enfatizan la dignidad humana y la opción preferencial por los más vulnerables.
Esto nos insta a abrir las puertas de la educación superior y a trabajar activamente para que esos espacios sean inclusivos y accesibles, La invitación es clara: debemos reconocer que la inclusión es un camino hacia la movilidad social. No es suficiente con permitir el ingreso; debemos cultivar un entorno que respete y valore la diversidad, promoviendo una cultura de apoyo mutuo. Al hacerlo, no solo beneficiamos a los estudiantes, sino que enriquecemos nuestra comunidad y, en última instancia, a la sociedad. Como rectora de la UCT, reafirmo mi compromiso con un liderazgo inclusivo, basado en el diálogo y la colaboración. Juntos podemos construir una universidad que forme no solo profesionales competentes, sino también ciudadanos comprometidos con el bienestar de todos. La inclusión es, sin duda, el camino hacia un futuro más justo y próspero para nuestra región y país. C Columna Como rectora de la UCT, reafirmo mi compromiso con un liderazgo inclusivo, basado en el diálogo y la colaboración..