CARTAS: "Ciclovías y congestión"
“Ciclovías y congestión” Señor Director: Su editorial del martes sobre ciclovías sugiere, primero, que quienes proponen impulsar el uso de la bicicleta esperan que todos los viajes en automóvil de menos de 5 km (la mitad de los viajes diarios en ese modo) se realicen en bicicleta.
Segundo, que se espera que personas para las cuales la bicicleta puede no ser conveniente (de la tercera edad, que trasladan niños o mercadería), se bajen forzadamente del automóvil. tercero, atribuye una supuesta superioridad moral a quienes promueven el uso de la bicicleta. La congestión es un fenómeno no-lineal, por lo que, para reducirla de manera significativa, no es necesario eliminar una cantidad exorbitante de viajes en automóvil.
La evidencia internacional muestra que en ciudades que han construido abundante y buena infraestructura ciclista (casi siempre a costa de espacio para vehículos motorizados) la congestión se mantiene igual o incluso disminuye en el mediano plazo, favoreciendo a personas que, por fuerza mayor, no tienen otra opción que moverse en auto.
Es en estas mismas ciudades (que incluyen a más grandes que Santiago, como París) donde además se ve a niños y familias viajando a sus actividades cotidianas en bicicleta, algo indudablemente positivo y que en Santiago comienza a verse incipientemente, justamente gracias a infraestructura ciclista como la que se cuestiona.
La ciudad no se puede planificar pensando en maximizar el flujo de automóviles ni puede simplemente orientarse a satisfacer la demanda privada por usar un modo que hoy es artificialmente barato al no pagar por sus costos sociales.
Mientras no se corrija esta falla de mercado, destinar el espacio mayoritariamente al flujo de autos, sin ofrecer alternativas, es un error que nos lleva a más congestión y a ciudades menos sostenibles en el largo plazo.
Aspirar a tener ciudades que permitan acoger opciones de movilidad no motorizadas y saludables no es superioridad moral, es simplemente abogar por generar espacios que nos permitan avanzar hacia un futuro con ciudades menos ruidosas y contaminadas, más amables y seguras. RICARDO HURTUBIA Universidad Católica de Chile ALEJANDRO TIRACHINI University of Twente (Esta carta también la suscriben quince académicos de las universidades Católica, de Chile y de Concepción)