El Presidente y Don Otto
Daniel Loewe Facultad de Artes Liberales, Universidad Adolfo Ibáñez as crisis se suceden en Chile. “Cri I sis” señala el punto en que se puede producir un cambio fundamental y definitivo.
En su versión clásica (krinein, en griego) refiere a separación y decisión: la delgada línea que separa a la enfermedad de la recuperación o de la muerte (que sería una catástrofe, un cambio irreversible) y que marca el momento crucial en que el médico debe decidir cómo tratar al paciente. No sin razón (filológica, por cierto) “crisis” se relaciona con “crítica” y “criterio”, que es la facultad para analizar lo que se ha separado, roto, escindido. Así, esperamos que el médico tenga criterio al decidir en una crisis de salud. Pero en este mal reality que es nuestro país, las crisis políticas rara vez se enfrentan con criterio y así las decisiones son sistemáticamente malas.
El modo cómo el gobierno enfrentó (más bien: se tropezó, un slapstick en forma) la denuncia por violación contra el exsubsecretario Monsalve es clara muestra de ello: dándole tiempos generosos para dejar el cargo incluso sabiendo que revisó cámaras violentando la ley (¿ no pasó el Presidente por la facultad de derecho?, algo habrá quedado de esos años, digo yo); esperando hasta que La Segunda lo hiciera público (¿ qué habría pasado si la prensa fuera menos capaz, o careciera de libertad para denunciar a los “poderosos”?); prestando el escenario privilegiado de La Mo- “Sabemos que al Presidente le se ciernen sobre él. Las palabras, gestos, y estados de ánimo lo traicionan.
Y dado que, como político que se precie, tiene una alta estima de sí mismo (¿ cómo sino creer que se está llamado a guiar los destinos de la nación?), tiende a dar por sentado que sus ideas repentinas son geniales (como mostrar “transparencia” con una entrevista atípica e improvisada que genera incertidumbre), en neda para que defendieFesulta difícil lo que suele equivoc: ra su inocencia.
Ni que COntenerse cuando se como un médico indecir de la cantinela del las expectativas se continente y falto de gobierno feminista y de ciernen sobre él”. Criterio. los 53 minutos de infortunio autoinflingido del Presidente frente a los periodistas. Podría haber sido un problema de estrategia. Sería grave, cierto, pero mejorable. Las crisis son difíciles de gestionar y por ello hay especialistas en hacerlo. Pero lo que vimos es más grave que mera inoperancia: evidencia la imposibilidad de implementar una estrategia debido a la espontaneidad presidencial. Sabemos que al Presidente le resulta difícil contenerse cuando las expectativas Los chistes de Don Otto eran comunes en mi niñez.
En uno, hecho canción, Don Otto con Don Federico van a Viña del Mar a navegar, pero: “el Bote tenía un hoyito, por donde el agua entró/ Don Otto le hizo otro hoyito, por donde el agua salió”. La estrategia del Presidente se parece a la del personaje teutón: hacer agujeros en la institucionalidad presidencial para solucionarla crisis por la que ya hace aguas. Y así le va. Un slapstick, pero de humor negro.