Gestión de riesgo de desastres: un aprendizaje continuo para una sociedad más resiliente
Gestión de riesgo de desastres: un aprendizaje continuo para una sociedad más resiliente 12 Diario Concepción Domingo 03 de agosto de 2025 Ciencia & Sociedad DE AVANCES A DESAFÍOS Gestión de riesgo de desastres: un aprendizaje continuo para una sociedad más resiliente Nuestro territorio alberga múltiples amenazas naturales y antrópicas; sólo esta semana la naturaleza provocó dos alertas que obligaron a tomar acciones precautorias para reducir impactos.
Ahí está el permanente y creciente desafío ante el escenario de cambio climático y aumento poblacional que también aumenta la ocurrencia de eventos y vulnerabilidad que podrían gatillar catástrofes que, con conocimiento y preparación, se pueden afrontar y mitigar. Siempre aprender de las experiencias para crecer, ser mejor y más resiliente.
Una premisa tan humana es la mejor forma de avanzar en la gestión del riesgo de desastre (GRD) como política pública y acción colectiva e individual, vital en una sociedad que habita un territorio con tantas amenazas naturales y antrópicas y en aumento ante las crisis climática y socioambientales.
Con una alerta de tsunami por un terremoto en Rusia que implicó serias medidas y alertas por un nuevo sistema frontal que ha dejado cientos de viviendas afectadas en Biobío esta semana, en pocos días la naturaleza ha mostrado cuántos factores que no están bajo nuestro control y abruptamente pueden ponernos en riesgo y potencialmente provocar un desastre.
Y también demostró una vez más el peso de nuestras acciones para gestionar riesgos, prevenir y mitigar impactos de eventos potencialmente catastróficos, la necesaria consciencia colectiva para el presente y oportunidad de mejora para el futuro.
Materia que ante la actual contingencia abordan el doctor Octavio Rojas, director del Departamento de Planificación Territorial de la Facultad de Ciencias Ambientales e investigador del Centro EULA de la Universidad de Concepción (UdeC); y la doctora María Teresa Bull, académica responsable del Programa de Gestión de Riesgo y Resiliencia del Núcleo Científico Tecnológico para el Desarrollo Costero Sustentable de la Universidad Católica de la Santísima Concepción (Ucsc). Proceso continuo Bull explica que la GRD busca reducir factores de riesgos asociados a amenazas naturales y antrópicas para proteger la vida, bienes, sistemas sociales y entornos.
Para ello comprende distintas etapas que involucran acciones antes, durante y después de un evento para reducir impactos y aumentar la resiliencia del territorio y comunidad, que involucran desde instituciones y políticas públicas, hasta comunidades e individuos: prevención y mitigación para reducir exposición y vulnerabilidad; preparación para enfrentar las amenazas; respuesta cuando la amenaza se manifestó; y recuperación al evento (reconstrucción). Por ello es un proceso sistemático e integral que requiere una mejora continua.
Rojas destaca que "la GRD es un ciclo que se retroalimenta, aprende y saca lecciones constantemente, sobre todo en países expuestos a múltiples amenazas como Chile". También están los sismos, sequías, olas de calor e inundaciones, por sólo decir ejemplos. Es que como puede haber vitales aciertos, también falencias o nuevas amenazas y vulnerabilidades que se deben conocer y saber afrontar. Tal como ocurre en el escenario actual que vuelve aún más crucial fortalecer la GRD y la consciencia social. Rojas releva que el cambio climático ha modificado los patrones normales de ocurrencia de FOTO: ISIDORO VALENZUELA M. La gestión del riesgo es un ciclo que se retroalimenta, aprende y saca lecciones constantemente, sobre todo en países expuestos a múltiples amenazas como Chile. Doctor Octavio Rojas, académico UdeC. Natalia Quiero Sanz natalia.quiero@diarioconcepcion.cl.
Gestión de riesgo de desastres: un aprendizaje continuo para una sociedad más resiliente 13 Diario Concepción Domingo 03 de agosto de 2025 eventos naturales en distintas zonas y aumentando la frecuencia e intensidad de los extremos como sequías, olas de calor y ríos atmosféricos, y así amplifica las amenazas como incendios forestales, inundaciones o remociones en masa Y Bull añade que "existe una mayor exposición y acumulación de vulnerabilidades dado el aumento demográfico de Chile: la alta concentración de habitantes en centros urbanos y aumento de casas en zonas de interfaz urbano rural complican las acciones de prevención y respuesta". De avances a desafíos Ante ello se deben destacar los avances y también los desafíos en esta materia.
El antes y después fue tras el desastre del terremoto y tsunami del 27 de febrero de 2010, porque su magnitud demostró lo vital de conocer las amenazas del territorio y la gestión del riesgo, y también la necesidad de transformar paradigmas y acciones a todo nivel de la sociedad. "Estuvimos muchos años con una cuyo foco fue atender la emergencia instaurando una cultura de riesgo reactiva y el 27/F enseñó que nuestra institucionalidad y mirada para abordar el riesgo estaban obsoletas y que necesitábamos un cambio", relata Rojas.
Y claro es que más vital al afrontar es la prevención, preparación y proactividad, no reactividad. "Bajo esta óptica se emprendieron transformaciones relevantes en la normativa e institucionalidad: se creó el Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (Senapred) y se fortaleció el sistema de alerta temprana y comunicaciones, incluyendo el ras, las personas deben informarse de las amenazas en la ubicación de sus trabajos, hogares y escuelas, incluso el lugar de vacaciones. Cada uno de nosotros somos los que primero debemos responder ante una emergencia", manifiesta.
Y para ello "necesitamos que todos comprendamos las amenazas y con ello disminuir el riesgo de desastre". Educación para la acción Aquí aparece el rol básico e inigualable de educar para fortalecer el conocimiento, preparación, consciencia y cultura de la protección y prevención en la población. Puede ser igual y hasta más impactante que una política pública ante el instante de la emergencia. Como la GRD es un proceso integral y sistemático, con amenazas que aumentan en los territorios, lo debe ser la educación.
La doctora Bull enfatiza que debe abordarse de forma transversal en todas las etapas o ámbitos, desde la infancia y escuela hasta instancias comunitarias y de forma periódica para mantener viva la memoria y fuerte la consciencia. "Hay que educar desde el empoderamiento, mostrando que la preparación salva vidas y que todos podemos aportar", afirma, como también que "un enfoque desde la educación para la acción, a través de juegos o ferias donde las personas puedan aprender a través del hacer, es mucho más efectivo que una meramente informativa". Y no se puede obviar el rol personal, porque Rojas recalca que hay una propia responsabilidad de las personas y comunidades de mantenerse debidamente informada sobre su contexto, amenazas y acciones para prevenir, mitigar y afrontar riesgos. Desde la educación y empoderamiento se puede fortalecer la vital acción comunitaria. "Hoy se busca que la comunidad se organice y sea más proactiva en materia de prevención.
Se reconoce que desde los propios barrios se pueden impulsar acciones concretas que contribuyan a disminuir el riesgo", destaca Rojas. "Hemos observado que la acción comunitaria puede ser decisiva: la autoorganización, la educación informal, la memoria del riesgo y la acción voluntaria son factores que han salvado vidas", sostiene Bull. OPINIONES Twitter @DiarioConce contacto@diarioconcepcion.cl Aportes desde la ciencia Y desde la academia hay varios esfuerzos para generar y transmitir conocimientos para la GDR a nivel local.
Octavio Rojas cuenta que desde el Laboratorio de Reducción de Riesgos Socionaturales de la UdeC desarrollan investigación y asesorías técnicas. "Acabamos de finalizar el estudio de riesgos para la Imagen Objetivo del Plan Regulador Metropolitano de Concepción y el estudio de riesgo para el Plan Regulador de Coronel. Ambos proyectos involucraron el análisis de diferentes amenazas y vulnerabilidades del territorio, con un proceso amplio de participación ciudadana. Esto ha permitido que las recomendaciones generadas desde la academia dialoguen con el conocimiento local y respondan de manera más precisa a las realidades del territorio", destaca.
Actualmente ejecutan dos proyectos sobre riesgo de inundaciones fluviales; uno analiza la relación entre sociedad e inundaciones en el contexto del cambio climático, el otro se enfoca en los procesos de reconstrucción y recuperación en territorios afectados. El equipo del Programa de Gestión de Riesgos y Resiliencia Ucsc también ejecuta distintos trabajos de impacto social. Los tsunamis han sido un foco. El investigador Rafael Aránguiz ha trabajado en modelamiento para Punta Lavapié (Arauco) y junto a María Teresa Bull han avanzado en modelos de evacuación y elección de las mejores rutas. La académica también ha participado en instancias de capacitación y levantamiento de amenazas y necesidades de información junto y para la comunidad de Santa Juana. Ello ha derivado en un trabajo sobre sistemas de monitoreo de taludes a cargo de Robert King y José Montenegro, y otro sistema de monitoreo de cambios de caudal en esteros que lidera Diego Caamaño. En ello se trabaja junto al MOP y Municipio, y se proyecta que en 2026 haya información suficiente para modelar eventos y apoyar decisiones. establecimiento del SAE", valora. En este contexto se releva el rol de municipios a escala local.
Y se ha avanzado en establecer planes comunales de reducción del riesgo y varias municipalidades crearon departamentos de gestión con foco primordial en la prevención, en lo que destaca los casos de Talcahuano y San Pedro de La Paz. Aunque queda por hacer, con brechas en inversión y recursos, como también territoriales y sociales. Al respecto releva que falta integración del riesgo y actualización en instrumentos de planificación territorial a nivel regional y comunal, también una gobernanza local del riesgo que involucre a las comunidades en decisiones sobre gestión. También destaca que falta avanzar en procesos de reconstrucción que no reproduzcan condiciones de vulnerabilidad y mitiguen riesgos.
En este contexto Bull considera que falta sostener un vital cambio sociocultural, desde el conocimiento y consciencia personal y colectiva más allá de un evento desastroso. "Falta una cultura basada en la autoprotección: cada persona debe ser autosuficiente por 72 hoHay que educar desde el empoderamiento, mostrando que la preparación salva vidas y que todos podemos aportar. Doctora María Teresa Bull, académica Ucsc. FOTO: ISIDORO VALENZUELA M..